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» Diario Cordoba
Fecha: 11/02/2025 22:42
Una calle de Benidorm (Alicante), próxima al paseo marítimo, llena de turistas paseando y en las terrazas, en una imagen de archivo. / Europa Press La reciente edición de la Feria Internacional del Turismo (FITUR) ha superado todas sus expectativas, según los datos publicados por la propia organización. Cifras que anticipan la previsión de que en 2025 tanto los viajeros como el gasto turístico seguirán creciendo impulsados por una fuerte demanda. En este contexto, los actores participantes en este gran evento del sector han defendido la sostenibilidad como la vía para garantizar un crecimiento del turismo equilibrado y viable, a medio y largo plazo, para el planeta y las comunidades locales. En España, la actividad turística mantiene una clara tendencia alcista. Prueba de ello es el récord de 94 millones de visitantes extranjeros registrado en 2024, un 10% más que el año anterior, y los 126.000 millones de euros de gasto, un 16% más. Podríamos pensar que, con este buen estado de salud del que actualmente goza el turismo, todo está hecho. Nada más lejos de la realidad. El sector, como el resto de las actividades económicas, no es neutro y genera un impacto en los territorios donde se desarrolla. El actual escenario de cambio climático hace aún más necesario actuar de manera responsable y tomar medidas para que el turismo se desarrolle de manera sostenible. Así pues, el reto está en la sostenibilidad. Este modelo, el único posible a medio y largo plazo, se basa en el respeto al ecosistema, de manera que se genere el mínimo impacto sobre el medioambiente y las comunidades locales. El turismo sostenible precisa de unos servicios públicos eficientes: energía, transporte, telecomunicaciones, entre otros. En este contexto, la gestión eficiente del ciclo del agua, en todas sus fases (captación, tratamiento, almacenamiento, distribución, saneamiento y depuración) se erige imprescindible. Los servicios públicos básicos conforman un “pack ciudadano” que la población percibe como evidente, como algo consustancial a las aglomeraciones humanas. Y lo entiende así sin valorar los recursos, la tecnología o el coste necesarios para disponer de estos servicios de manera permanente, las 24 horas y los 7 días de la semana. El agua y el turismo están fuertemente interrelacionados y las empresas de ambos sectores deben colaborar y abrir vías para que su impacto sea positivo. En Aqualia hemos definido un rumbo a seguir y asumimos un compromiso ineludible con la transición hacia la sostenibilidad a través de proyectos punteros desarrollados en estrecha coordinación y colaboración con las administraciones. Actuamos intensamente en la reducción del consumo de agua, aplicando nuevas tecnologías, invirtiendo en digitalización y aportando soluciones innovadoras en materia de economía circular y ecoeficiencia. En nuestro país, desde Galicia hasta Andalucía, desde Extremadura a Cataluña, y, desde luego, en los archipiélagos canario y balear, el turismo juega un papel fundamental en la economía y afecta directamente al modo en que debemos gestionar el agua. Por ello, el sector turístico debe seguir siendo una de las fuerzas clave del cambio hacia la sostenibilidad. Las empresas y los destinos deben invertir en una adecuada gestión del agua, conscientes de que su correcto desempeño contribuye de manera decisiva al desarrollo y bienestar de los territorios y de las personas. Sin una eficiente gestión del agua no es posible un turismo sostenible.
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