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» Diario Cordoba
Fecha: 11/02/2025 03:09
El PSOE intenta proyectar a la política doméstica la respuesta “unitaria” de la UE ante la amenaza de guerra arancelaria por parte de EEUU. La justificación por parte de Vox y su abrazo al trumpismo, como se visibilizó este fin de semana en la cumbre de Patriots celebrada en Madrid, ha llevado a los socialistas a redoblar la presión sobre el PP. A azuzar lo que Pedro Sánchez viene denominando durante los últimos días como “coalición negacionista”. Tras situar a Alberto Núñez Feijóo como “'pagafantas' de la ultraderecha”, desde el PSOE elevan el tono para exigir que se haga frente “todos unidos, a diferencia de lo que ha hecho el PP hasta la fecha”. Los populares solo mantienen coaliciones con Vox a nivel municipal, aunque dependen de su apoyo en una buena parte de las comunidades donde gobiernan para sacar adelante las cuentas públicas. El Gobierno contemporiza con la Comisión Europea para alinear mensajes ante los anuncios de Trump sobre la imposición de aranceles, pero en la batalla partidista contraponen la defensa del ejecutivo de coalición progresista a la “ola ultra que invade mundo”. Una corriente sobre la que el ministro de Transformación Digital y líder del PSOE en Madrid, Óscar López, remarcaba este lunes su “peligrosidad” para concluir que “hay que combatirla”. “España es el ejemplo de todo lo contrario”, señalaba en una entrevista en RNE para concluir que “se le venció” en las pasadas elecciones generales. Una estrategia electoral que ahora se rescata a modo de pegamento de una fracturada mayoría de investidura y para frenar un acercamiento de Junts a PP y Vox, con el debate sober la cuestión de confianza como prueba de fuego. Desde Ferraz van más allá para llamar directamente a recoser las mayorías de investidura ante estos desafíos. “España se ha convertido en el enemigo a batir de la internacional ultra, y por eso todos los progresistas, toda la izquierda de este país, están llamados a defender un gobierno que garantiza derechos y demuestra que con justicia social se gestiona mejor, se crece más y se reducen las brechas sociales”, trasladaban en el marco de la cumbre en Madrid del grupo de Vox en el Europarlamento, con la presencia de líderes como el presidente de Hungría, Viktor Orbán o la francesa Marine Le Pen. El propio Pedro Sánchez, ya unos días antes de la investidura de Trump, advirtió sobre la que la “internacional ultraderechista, liderada por el hombre más rico del planeta”, en referencia a Elon Musk, “ataca a nuestras instituciones, azuza el odio y llama a apoyar a los herederos del nazismo en Alemania”. El preludio de su llamada a la UE para "rebelarse" contra la “tecnocasta” por la interferencia en procesos democráticos, la xenofobia o el cuestionamiento de la soberanía territorial que provocarían redes sociales como la que dirige la mano derecha de Trump. Si el PSOE utiliza la afinidad de Santiago Abascal con el movimiento del presidente de EEUU para intentar aislar una alternativa del PP con Vox y cohesionar a la mayoría de investidura, desde Vox ponen en valor sus relaciones. "Lo que es evidente es que si tenemos un presidente como Sánchez, que se erige en el paladín de la defensa 'antitrumpista' por el mundo con sus aliados socialcomunistas (...) no nos va a ir bien", reprochaba este lunes el portavoz de Vox, José Antonio Fúster, en declaraciones recogidas por EFE. Al tiempo que señalaba que lo mejor para los intereses de España sería que Vox estuviera en el Gobierno, dadas sus buenas relaciones con Trump, señalaba la política arancelaria de EEUU como “legítima”, aun reconociendo que causará "algo de daño" a la economía española. Una posición lejos de la manifestada por los populares, para quienes “los aranceles no son la solución a nada". En esta línea, el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, ha apelado a la "capacidad de negociación de la UE para que "el libre comercio no se vea afectado”. Si los socialistas presionan al PP por la izquierda, cuestionando su acercamiento a Vox, estos últimos lo hacen también para que en Bruselas se alineen con las posiciones de la ultraderecha a cambio de dar su apoyo a los presupuestos autonómicos. El portavoz del PP, Borja Sémper, se zafaba al reprochar tanto a Sánchez como a Abascal su interés por "convertir determinadas políticas internacionales en debate nacional", en referencia a la amenaza de guerra arancelaria. Violencia de género y menores migrantes En la estrategia de marcaje a la “coalición negacionista”, Sánchez anunciaba este lunes el último impulso para la revisión del pacto de Estado contra la violencia de género. El PP llegó a acuerdos de gobierno con Vox en los que se aludía referirse al concepto de “violencia de género” para diluir esta realidad con otros términos como “violencia intrafamiliar”. Ahora se espera que sea respaldado por todos los grupos parlamentarios, a excepción de Vox. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, reconocía que se logre la unanimidad con la que contó hace una década este pacto de Estado, pero confiando, en referencia al PP, a que “consiga la fuerza de la inmensa mayoría y sea capaz de superar el negacionismo”. Su última renovación se produjo hace siete años. Entonces, no solo fue aprobada por todos los partidos políticos, sino también por las comunidades autonómicas. Este mismo lunes, la subcomisión del Congreso concluyó sus trabajos para la actualización del pacto de Estado y se acordó elevar el informe final a la comisión del ramo para debatirlo, con cerca de 400 nuevas medidas para abordar cualquier forma de violencia machista, como la digital o la económica. A la renovación del pacto de Estado contra la violencia de género, se suman las presiones al PP para que se sumen al acuerdo sobre el traslado de menores migrantes llegados a las islas canarias, donde el PP gobierna con Coalición Canaria, y que originó precisamente la salida de Vox de sus coaliciones autonómicas con los populares.
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