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  • Podemos, entre el liderazgo total de Irene Montero para blindarse frente a Díaz o la bicefalia con Belarra

    » Diario Cordoba

    Fecha: 11/02/2025 02:46

    Podemos vuelve a agitar el tablero de la izquierda convocando su quinta Asamblea Ciudadana el 11 y 12 de abril para renovar sus liderazgos. Los planes de la formación pasan por situar a Irene Montero como candidata para las próximas generales, con la incógnita de si se presentará al proceso interno para tomar también las riendas del partido o si se mantendrá al margen del máximo puesto orgánico para preparar su vuelta electoral. Una incógnita que la formación guarda bajo siete llaves y que se anunciará en las próximas horas. La principal ventaja de Irene Montero a la hora de ocupar la secretaría general de Podemos es que supondría un blindaje en la eventual negociación de una candidatura electoral con otros partidos de cara a las próximas elecciones generales, que serán el trampolín para que Montero vuelva a la política nacional. La actual eurodiputada aspira a encabezar la lista al Congreso de los Diputados, y ocupar la máxima responsabilidad del partido morado daría fuerza a su pretensión de ocupar este lugar y evitar vetos como los sufridos en las últimas generales. Sin embargo, este salto también conlleva otras muchas implicaciones que pesan en la organización. Para empezar, la exigencia del puesto en sí mismo. El liderazgo orgánico de la formación conlleva un trabajo difícilmente compaginable con el cargo en Bruselas; el propio Pablo Iglesias ocupó ambas responsabilidades en 2014, antes de su salto al Congreso en 2015, pero por entonces Podemos era un partido en pañales, sin apenas organización territorial ni presencia en las instituciones. Sin embargo, el gran problema de que Montero asumiera los mandos totales de la formación es que Podemos quedaría sin ninguna voz de referencia en el Congreso de los Diputados. Hasta ahora la exministra Belarra ha ejercido de suerte de cabeza visible y era en quien recaía el grueso de las negociaciones con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Despojarle de la secretaria general de Podemos llevaría a convertirla en una diputada rasa, perdiendo visibilidad en el Congreso. Esta decisión, en condiciones normales, supondría además dar un paso atrás en sus responsabilidades institucionales. En caso de dimitir Belarra, entraría en su lugar sería Isa Serra, también de Podemos, que actualmente ocupa un escaño de eurodiputada junto a Montero. Pero también supondría perder la opción de ganar un quinto diputado en caso de que saliera algún otro dirigente de Sumar y corriera la lista por Madrid. La opción más plausible a día de hoy es que Podemos mantenga la bicefalia ya existente, donde Montero ejerce de líder in pectore mientras Belarra ostenta el cargo orgánico, asumiendo el peso del partido y dejando a Montero manos libres para ejercer de puntal en la guerra política contra Yolanda Díaz. Tanto Montero como Belarra comenzarán en las próximas semanas una gira por España con el objetivo de "fortalecer a la izquierda", según explicó el secretario de Organización de Podemos, Pablo Fernández, que reclamó una izquierda "valiente, autónoma y no subordinada al PSOE", en referencia velada a Sumar, a quien acusan de connivencia con las tesis socialistas. Irene Montero, candidata Montero es la cabeza visible de Podemos frente a Sumar, al considerarse a nivel interno como el símbolo de los agravios sufridos a manos de Yolanda Díaz. La exministra de Igualdad fue vetada a las listas del Congreso de los Diputados en las generales de junio de 2023 tras el pulso que abrió al PSOE en la crisis del sí es sí, con miles de rebajas de penas a agresores sexuales condenados. Después se le ofreció un puesto en una embajada, tal como ella misma ha denunciado en su libro. Tras su exclusión para la candidatura electoral, Podemos exigió su entrada en el Gobierno de coalición, pero Díaz rechazó esta opción. Finalmente, Sánchez fue investido a mediados de noviembre y Podemos rompió con Sumar tres semanas más tarde para pasar a la oposición. La dirigente estuvo un año fuera de la política institucional y emergió en las europeas para enfrentarse a Sumar. Es además, tras la salida de Pablo Iglesias, la líder fáctica del partido. Desde entonces, Montero ha estado trabajando en su vuelta a la política nacional y ha mostrado su intención de volver a las instituciones españolas, algo que consumará en las próximas generales, donde aspira a ser candidata. Además, ha apuntado a su búsqueda de "reparación" tras los agravios sufridos, en una suerte de vendetta que podría apuntar a la salida de Díaz como condición para cualquier posible acuerdo. Sin Verstrynge, Asens o Nacho Álvarez La V Asamblea de Podemos permitirá renovar la dirección, después de que Belarra asumiera a los equipos de Pablo Iglesias en su llegada a la Secretaría General del partido en junio de 2021, tras la abrupta dimisión de su antecesor tras sus resultados en las autonómicas a la Comunidad de Madrid. El entonces secretario general de Podemos se enfrentó al PP de Isabel Díaz Ayuso, que pasó de 30 a 65 escaños frente a la discreta subida de los morados, que aumentaron apenas un punto y medio y pasaron de los 7 a los 10 diputados. Iglesias había abandonado la vicepresidencia del Gobierno de coalición para intentar conquistar la Puerta del Sol, renunció a recoger sus cargos en la Asamblea de Madrid y abandonó la Secretaría General de Podemos para centrarse en la puesta en marcha de su empresa, Canal Red, ahora uno de los pilares mediáticos de la formación. La entonces ministra de Derechos Sociales se presentó con una dirección más o menos heredada de la etapa anterior y logró un 85% de los 51.589 votos válidos. En su equipo había multitud de nombres que, cuatro años después, dejaron las filas de Podemos para unirse a Yolanda Díaz o abandonar la política. La número dos de Belarra era entonces Irene Montero, seguida de la exsecretaria de Estado Noelia Vera, que dejó abruptamente los cargos para meses después ocupar la Dirección de Comunicación de Yolanda Díaz en la Vicepresidencia del Gobierno. También estaban Alejandra Jacinto o Nacho Álvarez, que fueron nombrados portavoces de Sumar durante la campaña de Díaz el 23J y que después abandonaron la política. Jaume Asens, hoy eurodiputado por Sumar, o Txema Guijarro, también estaban en aquellla dirección, donde ocupó un puesto destacado Lilith Verstrynge, que abandonó su acta en el Congreso tras diferencias con la formación, que quedó con un escaño menos, pasando de cinco a cuatro diputados.

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