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La Paz » Politica con vos
Fecha: 10/02/2025 12:58
Mientras miles de hectáreas arden en el Bolsón, el poder político se limita a la cacería de falsos responsables. Brigadistas combaten las llamas con pocos recursos y escasa ayuda del Estado. Por María Soledad Iparraguirre Lejos de haber sido controlado, el fuego avanza sin piedad sobre territorio sureño, en la provincia de Río Negro. Al cierre de esta nota el perímetro afectado abarca más de 25.000 hectáreas y zonas pobladas de El Bolsón están siendo evacuadas. El juez Ricardo Calcagno ordenó la liberación de seis detenidos por falta de pruebas en su contra. Brigadistas y vecinos denuncian persecución y detenciones arbitrarias mientras que el intendente local, Bruno Pogliano, comentó en conferencia de prensa brindada el viernes, la posibilidad de la militarización de la región. Las zonas afectadas corresponden los parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi, y las localidades de El Bolsón, Maillín Ahogado, Epuyén, Atilio Viglione, y El Pedregoso. «Es un ecocidio, estos bosques van a demorar 200 años en recuperarse», señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace. La zona de los Bosques Andino Patagónicos destruida este puñado de días, triplica la superficie afectada en los incendios de la temporada pasada. Bomberos voluntarios, brigadistas autoconvocados y lugareños de Bariloche, El Bolsón y Lago Puelo, enfrentan los incendios, con las únicas armas a su alcance; la solidaridad y la defensa férrea de un territorio en disputa. Como en la icónica frase de Rodolfo Walsh, el pueblo aprendió que estaba solo y debía sacar de su propia entraña, los medios, la astucia y la fuerza. Así lo demuestran las imágenes y los testimonios que llegan desde el sur, replicados por las redes sociales. Mientras los estados nacional y provincial son los grandes ausentes, la gran lucha la sigue dando un tejido social que abarca centenares de personas que ponen el cuerpo, sus herramientas y vehículos en un combate desigual contra las llamas. Un entramado de organizaciones sociales, grupos y colectivos que convoca, organiza, moviliza y tracciona. El panorama no deja de ser desolador: ya ardieron más de 150 viviendas, hay alrededor de 1.200 evacuados y el fuego se cobró la primera víctima. Se trata de don Ángel Reyes, antiguo vecino rural de Maillín Ahogado que había sido evacuado, pero volvió a su chacra para alimentar a los animales que no llegó a sacar. Reyes murió al quedar encerrado por un cambio de viento. Tenía 84 años. Los fuegos que incendian la Patagonia (así como meses atrás fueron quemadas vastas zonas en la provincia de Córdoba) se enmarcan en la categoría de eventos climáticos extremos y no pueden ser entendidos por fuera de la crisis climática global que azota al planeta. «El mes de enero de 2025 fue el más cálido desde 1850, y el décimo octavo consecutivo en sobrepasar los 1,5°C que es el límite establecido por el Acuerdo de París, del cual Milei quiere retirar al país. La temperatura superficial global promedio del planeta fue de 1,75°C. Lo que sorprende a los científicos es que estas temperaturas se dan cuando transitamos el período de La Niña, que es cuando la Tierra se enfría. Por eso decimos que los incendios forestales de mayor frecuencia y magnitud es consecuencia directa del aumento de la temperatura global por la quema de combustibles fósiles», explica Silvia Oliviero Ghietto, profesora titular de Ambiente, Ciencia y Tecnología en Latinoamérica de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) y exresponsable de Ambiente del Centro de Investigación sobre Contaminantes Orgánicos (INTI). En este contexto, la gestión de La Libertad Avanza (LLA), cuyo líder se muestra explícitamente negacionista del cambio climático, desmantela políticas ambientales, recorta partidas presupuestarias y deja el manejo del fuego en manos de Patricia Bullrich, ministra de Seguridad. Caza de brujas Mientras, la única e inmediata respuesta desde el poder nacional y provincial, es la construcción de un enemigo interno, aludiendo, por un lado, a la puesta en escena de chivos expiatorios –como se desprende de la intencionalidad de responsabilizar a la comunidad mapuche, reforzando el racismo antiindigenista presente en parte de la sociedad–, y por otro, al iniciar una verdadera caza de brujas. El grotesco llegó a límites impensados: a mitad de semana, las redes replicaron la golpiza a la que fue sometido un grupo de vecinos que, apostados en la comisaría 12 de El Bolsón, exigía la libertad de tres detenidos, presuntamente, responsables de iniciar los fuegos. Los lugareños fueron ferozmente atacados a rebencazos, ante la pasividad de la policía local que se limitó a dejar hacer, habiendo liberado la zona. Uno de los jinetes fue reconocido como empleado del magnate inglés Joe Lewis, amigo del expresidente Macri y dueño de12.000 hectáreas en Lago Escondido, en zonas linderas al espejo de agua, denunciado días atrás por haber retenido ilegalmente a un grupo de manifestantes ambientalistas. También se viralizó un video en el que se ve a un grupo de jinetes demorar el despegue de un avión hidrante. Vecinos. voluntarios y brigadistas denuncian el hostigamiento de parte de las autoridades locales y provinciales. Los bosques, mientras, continúan ardiendo. Fotos: Chino Leiva Abogado ambientalista y especialista en derecho ambiental, Enrique Viale es una de las voces que, desde un pensamiento alternativo al hegemónico, propone lineamientos por fuera de las lógicas perversas del capital, que llevan a la disputa por los territorios y sus recursos, en desmedro de las comunidades locales. El concepto de Estado eco-social debe entenderse no solo como estructura administrativa sino como la organización social capacitada para satisfacer las necesidades humanas de las personas, dentro de los límites que imponen las fronteras planetarias. La idea de Estado eco-social se presenta, entonces, como guía esencial para la reorganización de nuestras instituciones centrales. Y aquí entra en juego otro concepto que urge revisar; el de la naturaleza como sujeto de derechos. En su reciente libro publicado junto al economista y político ecuatoriano Alberto Acosta, La naturaleza sí tiene derechos, Viale desarrolla la idea de una madre tierra sujeta a derechos pasibles de ser defendidos jurídicamente, en un contexto de políticas de tinte extractivista, reprimarización de la economía y destrucción de los territorios. En este sentido, y frente a un panorama incierto y preocupante, con pérdida de territorios, flora, fauna y bienes naturales, las definiciones aquí propuestas, se entrelazan en la necesidad del tránsito hacia un «Estado diferente»; uno que permita repensar los modelos productivos, la relación con el medio ambiente y la urgencia de adquirir políticas públicas que defiendan y protejan el espacio que habitamos.
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