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» La Capital
Fecha: 10/02/2025 10:19
El Puma Rodríguez, ícono canalla que se enamoró de Central, confió que cuando llegó a Rosario lo primero que le dijeron fue que había que ganar el clásico. El cabezazo del Puma Rodríguez va rumbo a la red para empatar el clásico del 92 que luego quedaría para Central. El ídolo de Central reconoce sin vueltas la trascendencia y efervescencia del clásico de la ciudad. el Puma Rodríguez charló con Ovación en la previa del duelo de rojinegros y auriazules que se jugará en el Coloso. Un personaje ineludible en la historia reciente de este partido que conmueve a todo Rosario. “Lo que tiene de especial el clásico rosarino es que la gente te inculca su importancia y su pasión. Cuando vine a Central lo primero que me dijeron es «queremos ganar el clásico» y me asombró. Pensé que me iban a decir que hay que salir campeones. El hincha de Central sobre todo en este partido es exigente al mango”, dijo un emocionado Puma en el mano a mano con Ovación —Justo la semana antes de mi primer clásico en 1992 me lesioné la cadera y casi no lo juego. Y el DT Cai Aimar más allá de que tenía otros muchachos que podían jugar me dijo “¿como venís?, el jugador de Newell’s te tiene más respeto a vos que a cualquiera que entre, te necesito en la cancha, al cien por ciento, al setenta, al cincuenta, pero necesito que estés”. La semana previa fuimos a entrenar a San Pedro. Antes del partido me hice unos estudios y pude estar en ese primer clásico. Jugué tres clásicos nada más. Pero son hermosos, aparte en ese tiempo era jugar con las dos hinchadas y eso que era sensacional, ahora los jugadores se lo pierden. A mí si había algo que me gustaba era que me gritaran en contra. No sé si es el ego de uno, pero pensaba que si me gritaban desde la otra tribuna era porque algo les generaba y yo era importante. Por algo me insultaban a mí. Eso era una gran motivación. Leer más: La venta de uno de los campeones del 2023 —¿Y qué recordás de ese partido tan especial? —Perdíamos en cancha de Central con un golazo de Lunari. Luego, Galloni tiró un centro perfecto, le dio de zurda fuerte, la pelota me fue justa y logré cabecear con dirección para el gol. Me marcaban Pochettino y Gamboa. Y después lo ganamos con tiro libre de Hugo Galloni junto al palo. Fue una fiesta total. Y en ese partido justo me echaron con el Chocho Llop. Pero no faltaba nada de tiempo. Ahí creo que empecé a ser ídolo de Central, que la gente me adoptó con su cariño. Yo soy de Buenos Aires, pero cuando viene a Central me quedé enamorado. Hace siete años que vivo acá, me enamoré no sólo del club sino de la ciudad. Incluso hace poco me postulé como concejal también. Embed - Central 2 VS Newell`s 1 Torneo Ap 92 - Fecha 2 El otro gol en el clásico —Después en el clásico de 1993 hiciste un gol en la cancha de Newell’s. ¿Cómo fue? —Hice un gol de penal en la cancha de Newell’s. Era el último minuto del partido, le había apuntado al medio arriba, la agarré mal y la pelota salió a media altura, al costado y casi la saca el Gringo Scoponi. Fue con ayuda de Dios, yo soy muy creyente. Lo grité con alma y vida. —En 1993 Maradona vino a Newell’s y no se pudieron cruzar en el clásico. ¿Te hubiera gustado enfrentarlo en el derbi rosarino? —Hubo un clásico en ese momento, pero no nos pudimos enfrentar. Ninguno de los dos lo jugó. Habíamos sido compañeros de la selección. Tuve siempre una muy buena relación con Diego. También me ayudó en un momento complicado cuando me querían sacar plata los representantes y él habló con ellos y lo solucionó. El mismo Diego se involucró para ayudarme. Un crack como jugador, para mí el mejor que vi, independientemente de que me encanta y muero cada vez que lo veo jugar a Messi. Para mí Diego es Diego, no es ni mejor ni peor, igual son muy buenos los dos. Conviví con Diego como jugador y como técnico porque después lo tuve en Racing, así que lo disfruté. Teníamos una linda relación. Leer más: El último refuerzo de Central El respeto con el hincha de Newell's —¿Cómo te trata el hincha de Newell’s hoy? —Yo no me puedo quejar del hincha de Newell’s, siempre hubo respeto. Me han cargado y yo también he dicho cosas en cuanto a la cantidad de hinchas. Pero no puedo hablar mal de la gente de Newell’s, siempre me han respetado. Es lógico que te carguen en la cancha. A mí me cantaban “no es un puma, es un lechón”, y los de Central decían “es un león”. Ese es el folclore que había y nosotros queríamos. Después volví a la cancha de Newell’s jugando para Racing y cantaban esa canción y les hice un gol. Jugaba en ese equipo con el Turco García, fuimos a festejar cerca del banderín del córner, yo no hice nada, pero el Turco me levantó la camiseta y me tocaba las abdominales. Más allá de esas cargadas nunca hubo problemas con la gente de Newell’s. —Siempre hablas muy bien del Tata Martino. ¿Por qué? —Para mí, un crack. Verlo jugar adentro del campo. Su técnica, una pulcritud impresionante. Siempre decía que con el Tata Martino de un lado y el Negro Palma del otro había fútbol asegurado de los dos lados. Me hubiese encantado jugar con el Tata y con el Negro Zamora también. Además, fui compañero de Fabián Basualdo y el Flaco Theiler. El por qué de la supremacía de Central —En los últimos años se da una supremacía de Central sobre Newell’s, ¿por qué ocurre esta situación? Leer más: El segundo retiro de un arquero de Central —Creo que pasa más que nada por lo mental. Ya creo que el jugador, supongo yo, es como que ve esa diferencia en la previa y entra con más precaución. Pero ahí hay que olvidarse porque es otro partido. Por ahí arranca con la intención de querer pasar por arriba al rival, pero cuando se complica está el temor de volver a perder. Porque Central no lo supera de manera amplia. Y en lo mental es al revés, los jugadores de Central que sienten que van a volver a ganar. La mente juega mucho. Cuando perdés te querés morir. Pasa todo por lo mental. Yo por suerte gané uno y empaté dos. Por ahí se da que los técnicos, no solo en un clásico, prefieren no arriesgar tanto para no perder. Un clásico hace que te suban o te tiren allá abajo, te cuesta con la gente que es muy exigente. —¿Qué función cumplís hoy en las inferiores de Central? —Hace siete años que estoy trabajando en Central, habiendo sido técnico de cuarta división, reserva y otras categorías, y ahora me desempeño en tecnificación con los delanteros y volantes ofensivos, mejorando la etapa formativa de los chicos de inferiores. Siempre lo principal del delantero es que haga goles, además de colaborar en la marca.
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