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» Diario Cordoba
Fecha: 10/02/2025 08:46
-¿Cómo se puede aplicar la IA al campo y qué beneficios tiene? -La IA es una herramienta que nos puede ayudar a tomar mejores decisiones basadas en información, en datos. Cuando hablamos de tecnología la IA emerge con fuerza y hoy en día hay una atención muy clara puesta en esto, en lo que puede aportar. Tiene un potencial enorme pero también riesgos e incertidumbres. La IA puede ayudarnos a gestionar cantidades masivas de datos para interpretar o automatizar decisiones, hacer predicciones, optimizar procesos, aprender patrones... eso son decisiones que en el ámbito agroalimentario tienen mucha utilidad. -Póngame ejemplos prácticos de lo que se puede hacer con la IA en el campo. -Aprovechar mejor los recursos en el caso del agua, que es de lo que más nos preocupa, por ejemplo con sensores de humedad conectados a IA. Así podemos aplicar solo el agua necesaria, con una reducción de costes y mejor productividad. También puede ayudar a identificar el momento óptimo de cosecha mediante el análisis de datos climáticos o fenológicos. O adelantarnos a plagas y enfermedades con la identificación a tiempo. La IA nos puede ayudar a posicionarnos mejor en los mercados y mejorar la logística. En el caso de la industria la utilización es clara en la optimización del control de procesos y mejora de la calidad. -Los agricultores cordobeses siguen en gran medida métodos tradicionales de cultivo, sobre todo en el olivar. ¿Ahí también se puede aplicar la IA? ¿Son compatibles estas tecnologías con los sistemas tradicionales? -Claro que sí. La IA al final nos ayuda a tomar decisiones y viene a acompañar el conocimiento que ya tenemos. Es necesario algo que demandamos, que es el acompañamiento a los agricultores. La adopción de esta tecnología no es una decisión individual, quien compra o usa una tecnología y tiene que avanzar solo. Hay que estar cerca del sector. Rosa Gallardo. / A. J. González -Los agricultores, sobre todo los mayores, no suelen ser receptivos a este tipo de innovaciones que pueden parecer complejas. ¿Cree que habrá que convencerlos? ¿De qué manera? -Entendemos que haya incertidumbre en la eficacia real de la IA. ¿Servirá, saldrán las cuentas, será demasiado complejo? Es lógico que surjan estas preguntas. Por eso creo que es fundamental el acompañamiento, mostrar y demostrar. El agricultor , cuando ve que una innovación funciona, la adopta. Al agricultor le tienen que salir las cuentas y que lo que aporta la IA tenga una repercusión en los resultados económicos. Eso es lo que tenemos que mostrar. La IA tiene que adaptarse a la realidad del sector. Es una realidad heterogénea que hay que entender y escuchar y a partir de ahí adaptar a la realidad. Para eso hace falta un trabajo cercano con el sector y ponerse en su lugar. -¿Y qué hay de los costes? ¿Esos sistemas son caros de aplicar al campo? -Hay de todo. Para incorporar determinadas tecnologías hace falta una determinada dimensión. Pero también hay vías que nos pueden permitir facilitar el acceso de los agricultores a esta tecnología. No todas las que se basan en IA son caras. Por ejemplo hay asistentes virtuales que pueden servir para el asesoramiento de agricultores en distintos ámbitos. En estos casos el coste no tiene por qué ser alto. La utilización de modelos predictivos de cosecha o demanda de insumos no tiene mucho sentido para un solo agricultor, pero puede haber asociaciones o grupos que pueden abordar el uso de esta tecnología para tomar mejores decisiones. La cátedra sirve para salvar estos obstáculos y poner a disposición estos avances. -En la cátedra participan cuatro empresas privadas que han aportado un millón de euros. Es una cantidad importante, ¿qué recibirán a cambio? -Las empresas han visto también el potencial de la colaboración. Son empresas innovadoras con una trayectoria importante y han entendido que crear junto a la UCO, el CSIC y la Universidad de Melbourne puede ayudarnos a avanzar más lejos que individualmente. Los avances repercuten en estas empresas y en general también pueden a medio plazo repercutir en todo el sector. Desde el principio han ayudado a orientar el plan de actividades de la cátedra. -¿Piensan desarrollar una IA propia o aprovecharán las herramientas que ya existen? -Estamos ahora mismo aprovechando herramientas que hay pero avanzando en modelos propios, en sistemas predictivos. También avanzamos en los gemelos digitales, sobre todo para almazaras, pero también uno de bosque mediterráneo, otro de invernadero... Estamos diseñando asistentes virtuales propios. Y estamos diseñando una gran plataforma de datos. -A medio plazo, ¿seguirá la cátedra más allá de 2027? -Nace con vocación de permanencia, es fruto de una trayectoria exitosa de grupos de investigación que han apostado mucho por la tecnología, que llevan tiempo trabajando en IA aplicada al campo. Suscríbete para seguir leyendo
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