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» El litoral Corrientes
Fecha: 09/02/2025 00:26
El asaltante nos trae voces vivas de la poesía argentina. Cada poeta nos acerca, además de poemas, su visión de la poesía. POÉTICA ¿Acaso la vida no es un camino cuya salida representa un misterio? El viaje es la búsqueda de esa salida que nos hace avanzar y retroceder, presas de titubeos y dudas. Hay que ir haciendo camino, sorteando dificultades, y mi forma de hacer camino es la poesía. Por eso muchos de mis poemas hacen referencia al proceso y a la dificultad de la escritura y plantean al lector la misma dificultad en el camino de la lectura ya que la escritura es una aventura en la que hay que contar con la complicidad del lector. El poema escrito no es más que una propuesta en la que el poeta va dejando pistas, sugerencias para que el lector, despojado de prejuicios, pueda olvidarse del diccionario y captar el clima que se genera en torno a la palabra al tiempo que va incorporando sus propias vivencias. De ahí surge el poema: de experiencias vitales compartidas o no, con las que cada uno se crea su propio poema. Para ello cuenta el poeta con esa ayuda fantástica que es la metáfora. Si yo digo: “La rosa es una flor hermosa”, eso no es poesía, es una opinión, pero si digo: La rosa es un remolino de pétalos que te atrapa, la palabra deja de ser hermética y se reviste de un nuevo significado. Aristóteles definió a la metáfora como una equivocación, y eso es lo que es. Una rosa no es un remolino de pétalos, todos lo sabemos, pero esa metáfora hace que la palabra pierda su hermetismo y nos permita avanzar en la construcción del poema. Por eso busco lectores comprometidos, que se impliquen en el proceso poético y compartan conmigo la desazón que representa la lucha contra la palabra, la creación de una complicidad que a veces creo que se encuentra más en todo lo que rodea al poema que en lo que queda escrito. La escritura que quedó en los márgenes, en las tachaduras, en el camino que fue haciendo la escritura poética. Muestrario mínimo "...porque fuerte como el amor es la muerte". Cantar de los cantares 8, 6. Una herida en el agua Luces y sombras jugando al escondite en la fronda recién amanecida: empalideció el verde ante el embate de la helada y el amarillo y el pardo son apenas destellos en el gris de la hierba aterida En tus ojos vi brillar un destello de agua rota y te estremeció el crujido de la escarcha pisoteada La distancia lo borró casi todo te llegaron debilitados los recuerdos de entonces atenuados por la ausencia que los pintó de olvido No recuerdas ya cuándo empezó todo y presientes que pronto acabará sin avisar como el desesperado aleteo de un pájaro herido como tu férrea resistencia al paso del tiempo Estación sin nombre Lectura de la tarde entre el verano falaz y el no invierno Vuelvo la pupila ojo adentro y exploro mis continentes-isla en busca del hilo postergado que remonte mi espera Me arrastro por una vida perdida en la inexistencia sepultada en la sima de hojas de esa estación -tiempo intermedio— que a veces se resiste a llegar Montada en un alarido de sombra protejo el fluir frente al miedo El desarraigo Antes de lo que somos —o creemos ser— fuimos materia desarraigada Flotábamos en el espacio —raíces al aire— —polvo desprendido de algún cuerpo estelar- a la espera de un suelo donde improvisar la casa Después fue todo deambular ir de un día a otro de un ser a otro buscando lo definitivo lo que nos permitiera aferrarnos a algo en un mundo tan difuso tan inestable bajo los pies Construcciones que se volvían escombros Escombros con que volver a construir Y así una y otra vez esa realidad borrosa esa amenaza de irrealidad esa aproximación al precipicio Siempre al borde del volver a empezar siempre la amenaza de lo perecedero en cada vuelta de lo incierto El poema Formas que se van gestando en el silencio Ausencia que se extravía en un laberinto de tinta en palabras que sin perder la resonancia del eco ocupan su lugar y lo evocan Una parte de lo escrito se escurre en el forjado se disipa en el exiguo margen entre el no ser y la tinta: tal vez AHÍ esté el verdadero poema en la rebeldía de la palabra que aferrada a la mordaza queda en las paredes silenciadas: en lo que enmudeció en el vacío El engaño Hay un vórtice en el que convergen desalentadas las palabras muertas —infancia inocencia ingenuidad— Todo lo borró el exilio Presencias divagantes urden el engaño disparando balas de luz falseada contra un corazón incauto que no llega a futuro Oblicua y disidente Extraviada en tu lengua hecha un ovillo en la ternura de tu cerco hoja al viento de tu torbellino atravieso la palabra con que te existí y me pierdo entre vocales y asonancias Busco la guarida donde palpita el silencio en que me aguardas Una aún-no-palabra me corta el camino
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