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  • La hormonización que el Gobierno nacional quiere prohibir no se hace en niños y es muy excepcional en adolescentes mayores de 16

    » La voz

    Fecha: 08/02/2025 21:17

    El reciente anuncio del gobierno de Javier Milei que prohíbe los tratamientos de hormonización para menores de 18 años generó un fuerte impacto en la comunidad médica, organizaciones de derechos humanos y colectivos LGBTIQ+. La medida, que impide el acceso a tratamientos hormonales para adolescentes trans, contradice la Ley de Identidad de Género vigente desde 2012 y fue calificada como un retroceso en materia de derechos humanos y salud pública, según estas organizaciones. Son muy pocos los pacientes que tienen entre 16 y 18 años que hacen estos tratamientos. Profesionales de la salud y miembros de organizaciones que acompañan a niñeces trans aclararon que lo que dijo el Presidente sobre las cirugías es falso: “Ningún niño es sometido a cirugías de cambio de género”, repitieron uno a uno al ser consultados por La Voz. Por ello manifestaron su repudio al basar una medida en algo que no sucede. En cuanto a la hormonización explicaron cómo funciona el tratamiento, a partir de qué edades. Las asociaciones que acompañan a familias con hijos e hijas trans remarcaron que son esas mismas familias las más preocupadas por la salud de sus hijos y “las que más miedo tienen” a cualquier tipo de tratamiento, en respuesta a esta idea que circulaba sobre la supuesta “presión” a niños y niñas para someterse a tratamientos. Estos tratamientos se utilizan para modificar algunos aspectos corporales como el crecimiento de las mamas y el vello, entre otros, y es una elección subjetiva de cada persona. Es decir, no toda persona trans utiliza la hormonización, algunos viven su identidad de género sin necesidad de cambios físicos. El papel de la endocrinología en los tratamientos hormonales María Eugenia Estario, médica endocrinóloga, explicó en diálogo con La Voz que los tratamientos hormonales para personas trans son parte de la atención endocrinológica habitual y que cada paciente recibe un abordaje individualizado según su salud y necesidades específicas. “Desde nuestra perspectiva, es una consulta más en endocrinología. Se evalúa al paciente, se explican los tratamientos disponibles y se orienta sobre las opciones más adecuadas”, señaló. También explicó que se piden una serie de estudios previos para evaluar el estado general del paciente: análisis de sangre, ecografías, entre otros y aclaró que son muy pocos los pacientes que tienen entre 16 y 18 años, la mayoría lo analiza después de esa edad. En caso de que estén en condiciones de recibir el tratamiento se utiliza para mujeres trans, se utilizan estrógenos y bloqueadores de andrógenos para disminuir las hormonas masculinas. Para varones trans, se administra testosterona en diferentes presentaciones, como inyectables o geles. “No todos los cambios son iguales ni reversibles. Por ejemplo en mujeres trans, el crecimiento mamario es irreversible después de un tiempo. En varones trans, la voz grave, el vello y el crecimiento del clítoris tampoco retroceden una vez instalados”, explica Estario. El tratamiento para menores de 18 sigue protocolos estricto. Desde los 16 años se puede acceder a hormonización sin autorización judicial teniendo en cuenta lo que establece el Código Civil y Comercial sobre el reconocimiento de la autonomía progresiva de los jóvenes de esa edad, excepto en casos con contraindicación médica. Por su parte, a los menores de 16 la situación es diferente: “Entre los 13 y 16 años no hay hormonización. Lo que se suele hacer, en caso de que el paciente lo requiera, es un bloqueo puberal, es decir un tratamiento que retrasa los cambios de la pubertad hasta que la persona pueda decidir con mayor autonomía, pero no provoca daños irreversibles. Sólo se retrasa la aparición de la menstruación o el crecimiento”, explicó Estario. Los efectos del anuncio y la incertidumbre médica Con la prohibición del tratamiento hormonal a menores de 18 años, los profesionales de la salud deben replantear la atención a sus pacientes. La incertidumbre también alcanza a los pacientes en tratamiento, que ahora enfrentan posibles interrupciones en su medicación, dado el caso de un joven de 16 o 17 años que venía con este tratamiento. En términos de acceso, el decreto también puede generar problemas en la provisión de insumos. Hasta hace poco tiempo era el Gobierno Nacional el encargado de proveer los insumos y desde hace aproximadamente un año lo hace la Provincia, como pasa con otros insumos de salud. Una barrera legal y un golpe a la salud pública Cristina Monserrat, abogada trans, señaló ante medios nacionales que el anuncio presidencial contradice el Código Civil y Comercial de la Nación, que reconoce la capacidad progresiva de los adolescentes de entre 16 y 18 años para tomar decisiones sobre su salud. “Con este DNU, todos los adolescentes pueden decidir sobre sus cuerpos, excepto los adolescentes trans. Esto es una violación al principio de no discriminación”, enfatizó. Desde la Asociación Infancias Libres, Gabriela Mansilla, presidenta de la Asociación Civil Infancias Libres y madre de Luana, la primera niña trans en obtener un DNI con su identidad autopercibida en Argentina), advirtió sobre el peligro que representa este DNU: “No solo es un retroceso, sino una planificación de exterminio de la población travesti-trans. Mi hija me mira con ojos tristes y me pregunta: ‘¿qué vamos a hacer con esto? porque también está en juego el cupo laboral trans’”. Gabriela Mansilla junto a su hija Luana, la primera niña trans en obtener el cambio de su DNI en Argentina. Advirtió sobre el avance del odio hacia la comunidad trans. Mansilla también desmintió las afirmaciones del Gobierno sobre supuestas “cirugías de mutilación en niños”: “No hay operaciones en niñeces. No hay hormonización en menores de 13 años. Hay inhibidores de pubertad que son totalmente reversibles. Estamos volviendo a un estado de desinformación que nos hace retroceder una década”. Luana, su hija, está por cumplir los 18 años y no realiza tratamiento de hormonización ni tampoco accedió a los bloqueadores puberales, pero defiende la libertad de elección de sus pares. Repercusiones en las organizaciones trans Desde la Asociación La Casita Trans, Val Catoni expresó la angustia y el temor que la medida generó en familias con adolescentes trans. “Se intenta infundir la idea de que son los adultos los que incitan a las adolescencias a la hormonización y es totalmente al revés. El padre y la madre son los que más miedo tienen. Cuando sus hijos comienzan a consultar, los padres se acercan a nuestra organización para que los acompañemos y les brindemos información certera y con los cuidados que requiere”, dijo Catoni. Luego se refirió al estado de ánimo de las familias: “Desde ayer esto es llanto, angustia, desesperación. Estamos haciendo un relevamiento y de las 50 familias que acompañamos, entre 20 y 30 tienen adolescentes en terapia de hormonización en hospitales públicos”, afirmó. “Aunque no todos, lo que cambia acá es la cuestión obligatoria, la prohibición”, lo que valoró como un retroceso. Catoni, que se identifica como una persona trans no binaria, no utiliza tratamiento de hormonización. “Es una decisión personal los cambios que uno decide atravesar. Yo no siento que mi cuerpo tenga que lucir de cierta manera para pertenecer a un género pero entiendo que hay gente que sí lo necesita, que incluso lo hace para no ser discriminado y encajar en una imagen cultural que se tiene sobre el varón o la mujer”, explicó. Integrantes de La Casita Trans en la Marcha del Orgullo 2023. (Gentileza) Catoni también destacó que el proceso para menores es altamente supervisado y no implica tratamientos invasivos: “El bloqueo puberal no es un tratamiento crónico ni irreversible. Lo que buscan las niñeces trans no es una cirugía ni una hormonización inmediata, sino simplemente ser reconocidos en su identidad, retrasar el crecimiento del vello en el caso de chicas trans o el crecimiento mamario en el caso de varones trans”. Para el activista, el decreto es parte de una campaña de desinformación que busca criminalizar la diversidad. “El discurso del Gobierno no solo es una campaña de odio y discriminación, sino de aniquilación. No le tengo miedo a Milei, sino a mi vecino, a mi compañero de escuela que se puede sentir avalado en este contexto de odio. El Presidente está validando la violencia en las calles”, sostuvo. También recordó que en la última marcha, contra los dichos de Milei en Davos, muchas familias con hijos e hijas trans no se animaron a ir por miedo a ataques. El impacto en la salud y la comunidad trans Además del impacto legal y social, la medida afecta la salud integral de adolescentes trans. La interrupción de tratamientos puede generar consecuencias físicas y psicológicas, exacerbando la vulnerabilidad de esta población. “Hay adolescentes que ya estaban en tratamiento y ahora se encuentran en un limbo legal y sanitario”, explican desde Casita Trans. La médica endocrinóloga Estario también advirtió sobre el impacto emocional y social que puede generar la prohibición. “Los tratamientos hormonales son una herramienta médica que ayuda a muchas personas trans a vivir con mayor bienestar. Restringirlos genera sufrimiento innecesario”, señaló. Por otro lado, la desinformación que rodea la medida ha incentivado discursos de odio y ataques a la comunidad trans. Organizaciones de derechos humanos denunciaron un aumento de la violencia y discriminación en redes sociales y espacios públicos tras la firma del decreto, como sucedió en Córdoba, con la vandalización de murales en honor a un activista trans, Eugenio Talbot Wright, y de la fallecida presidenta de abuelas de Plaza de Mayo, Sonia Torres.

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