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» La voz
Fecha: 08/02/2025 20:28
Muy chiquito, a upa de Juan, su papá, mientras este volanteaba en la peatonal de Carlos Paz promos del pequeño local de bikinis que Cynthia, su esposa, atendía en el fondo de la galería Coral. Ese es uno de los primeros recuerdos que Andrés Groppa tiene de Marea, la empresa de trajes de baño y ropa deportiva creada por sus padres que, al igual que él, acaba de cumplir 31 años. Hoy, junto con sus dos hermanos, acompaña de lleno a los fundadores en la gestión del negocio que creció hasta convertirse en una marca con sucursales en todo el país, presencia flamante en Ecuador y agresivos planes de crecimiento. “Estamos abriendo la tienda 50 en Mar del Plata y será la más grande: nueve metros de altura, 220 m2 y en plena calle Güemes, muy impactante”, anticipa el empresario en diálogo con La Voz, instalado en las oficinas ubicadas a tres cuadras del Cucú. Allí mismo se inició la historia de esta empresa que espeja la idiosincrasia del principal polo turístico de la provincia. ¿Ejemplos? Muchos. La pareja bonaerense que la inició se enamoró de Carlos Paz pasando allí las típicas vacaciones familiares en la “casa de las Sierras” de la familia de Juan –hijo de cordobesa–, ubicada casi a la vista del pájaro más famoso de la Villa. Marea se hizo fuerte con sus bikinis, un producto con nexo genético con el verano y el agua; y de particular atractivo para el turista estival. En estas tres décadas, muchas veces se subió al carrusel de la temporada vistiendo cuerpos femeninos y hasta proveyendo (por encargo) los “hilos dentales” que una famosa supo popularizar en caravanas. Su esquema de franquicias nació en forma orgánica, a partir de pedidos de visitantes que querían llevar un “Marea” de regreso a su ciudad natal. Sin embargo, cuando el matrimonio Groppa llegó a Carlos Paz con “una mano atrás y otra adelante” y dos hijos pequeños (Andrés uno de ellos), los trajes de baño ya estaban en la valija como el embrión de una marca. “Marea fue una especie de hobby durante mucho tiempo porque mis padres trabajaban en paralelo en un negocio familiar de venta directa. Mi viejo siempre vendió, arrancó en la calle con un maletín. Empezó con cosmética, luego pasó a la lencería y casi por casualidad, a raíz de un pedido que le surgió, debutó con bikinis”. –¿El primer local de trajes de bajo que tuvieron en Carlos Paz fue donde hoy se levanta el flamante shopping WO, la novedad comercial de la temporada? –Sí, allí estaba la galería Coral donde mis viejos abrieron un localcito de 20 metros bien al fondo, por eso tenían que volantear: ¡para que la gente entre! Las mallas colgaban de un palo tipo de escoba que se doblaba del peso. Luego logramos mudarnos más adelante y después dar el salto a la galería Strada. –Una de las más lindas en la peatonal, hasta que llegó WO... –Lo de WO es realmente un fenómeno de público. Allí estamos con un local muy lindo, casi en la entrada. No soy objetivo pero me animo a decir que es uno de los más atractivos del shopping. –Están abriendo la tienda 50, ¿cómo se llega a eso? –Hago un poquito de historia. Mientras seguía siendo un hobby para mis padres, Marea tenía un par de locales. Uno en Mina Clavero y otro en Carlos Paz, y no sé si estaba ya el primero en Córdoba. Fueron varios años en esa situación, se vendía fuerte en el verano y el resto del año se ofrecería alguna otra cosa o se cerraba. –Igual que las heladerías antes de que Grido rompiera la estacionalidad: en el invierno café o persiana baja.. –Acá era hacer la plancha. Quizás teníamos algunos suéteres, pero dependíamos de lo que vendíamos en verano. Andrés en las oficinas de Marea de barrio El Cucú, el mismo lugar donde sus padres se instalaron al mudarse desde Buenos Aires. Allí funcionaba la casa de los abuelos de su padre, Juan. La empresa se muda este año a una nueva sede corporativa muy cerca del puente Uruguay. (La Voz) –¿Cuándo empiezan a poner el foco a Marea? –Allá por 2008 más o menos. Mi padres se plantean sumar más locales. Nunca se les habría ocurrido abrir franquicias pero se terminó dando porque venían turistas que veían los locales llenos en verano, con hasta ocho probadores, y nos decían: ‘Quiero esto en mi ciudad. Además me encantan sus mallas y siempre me llevo una”. Así empezamos con las franquicias y aún hoy surgen de esa manera. –Muy orgánico... –Si, aunque en el inicio “franquicia” no significaba lo mismo que hoy. Era darles a los interesados un cartel de Marea y venderles las bikinis a mitad de precio. Así abrimos en San Juan, en Río Segundo, en Río Cuarto. Llegamos a cuatro o cinco franquicias. Algunas se cerraban y abrían otras. El local más vendedor siempre era el de Carlos Paz. –¿Y cómo se dio la profesionalización? –Con los años empezamos a estudiar el modelo, a entrar a cámaras, a consultar. Fue algo gradual, a medida que crecíamos también con locales propios. Entonces nos empezó a pasar que teníamos descontrol, o mejor dicho un miedo a seguir creciendo. Y en 2018 vivimos una bisagra. –¿2018? –Teníamos unos 22 locales cuando conocimos Wise, una tecnología administrativa americana que nos mostró una gente de Ecuador que vino a asesorarnos. Es un sistema de administración de empresas que nos voló la cabeza. Hicimos un taller de tres días y nos dimos cuenta de que nos podía cambiar la vida. Terminando trabajando todo un año con una asesoría en aspectos financieros, de marketing, sobre el organigrama. Hasta nos acomodó como familia porque con mis padres y hermanos somos cinco y todos hacíamos de todo en la empresa, sin roles claros. –Y les dio envión para crecer... –Nos dio seguridad para pensar en escalar. Al inicio trabajamos más sobre la calidad y el control de lo que ya teníamos y hace tres años asumimos la meta de sumar 10 locales por año. Primero, parecía una locura pero venimos siguiendo muy bien el plan, este será el tercer año y vamos a sumar nueve tiendas. –Este mes abren el local 50 en Mar del Plata y es propio. ¿Cuántos son así y cuántos franquicias? –Con ese serán 27 propios y 23 franquicias. –¿Cómo se distribuyen en el país? –Te diría que están en casi todas las ciudades importantes a lo largo del país, lo mismo sucede en la provincia de Córdoba. Hay cinco en Buenos Aires, siete contando la costa. Estamos en Unicenter, Soleil, Abasto. En Córdoba capital también en todos los centros comerciales. –Listaste a los dos shoppings más grandes del país... –Unicenter es enorme y si mal no recuerdo fue el primer shopping de Argentina. Fue un gran desafío entrar allí porque es otra liga. Trabajamos mucho en posicionar la marca. En los centros comerciales más grandes tratamos de tener locales propios, pero en algunos estamos con franquicias. –Entrar a un shopping ayuda a una marca a “levantar la vara”, ¿no? –Completamente. Eso a nosotros nos pasó en 2018, cuando abrimos en Nuevocentro. Ese año renovamos nuestra imagen, la de los locales y comenzamos una nueva etapa, asociada a todo este crecimiento que mencionaba. –¿Dónde les gustaría sumar las nueve tiendas este año? –En Rosario, por ejemplo, abrimos un local en 2024 y nos está yendo muy bien. Si pensás que en Córdoba ciudad hay 12, allá hay mucho para crecer. A Buenos Aires hay que seguir potenciándolo. También abrimos hace muy poco un local exclusivo en Quito, Ecuador, a través de un master franquiciado; tiene otro en plan y su idea es abrir también en Miami. Nos pidieron una franquicia desde Neuquén, por el gran empuje que está teniendo Vaca Muerta. Desfile de Marea en Paseo del Jockey. Natalí, hermana menor de Andrés nacida en Carlos Paz, es diseñadora y se encarga de ese aspecto clave dentro de la empresa. (Marea) –Por lo visto, en todos lados se usan bikinis... –Sí, aunque fuimos sumando líneas y hoy producimos y vendemos trajes de baño femeninos, masculinos, ropa deportiva y de tiempo libre, cuyo uso ha crecido globalmente en especial luego de la pandemia. –¿Qué cantidad producen? –Cada año fabricamos alrededor de 400 artículos distintos. En volumen son alrededor de 400 mil prendas. –¿El traje de baño también cambia por temporada? –Completamente, cambia con la moda. El diseño tiene dos temporadas, invierno y verano; y el 70% de los productos cambian cada seis meses. El ciclo de diseño y producción arranca ocho meses antes de llegar al público y el de venta fuerte va de octubre a febrero, aunque se ve dende todo el año. Algo que nosotros siempre trabajamos fue una gran amplitud de talles, y fuimos pioneros en el país en mostrar mujeres con diversidad de cuerpos en nuestras campañas. –Cuando uno va a las Sierras comprueba que la argentina se animó hace rato al colaless... –Sí, está naturalizada. Aunque yendo con el suegro a la pileta no sé si la usa (risas). La argentina usa una bikini distinta a la que hay en otros países. La bombacha es colaless pero más ancha arriba, totalmente distinta por ejemplo de la brasileña, que la usa regulable detrás y adelante. O a la europea, que puede estar en topless pero no usa colaless. Esas diferencias de gusto existen. – ¿Qué precio tiene una biquini? –En promedio, entre $ 90 mil y $ 110 mil. –Hablando de Brasil, sorprende el modo en que los argentinos están comprando productos allá, en especial ropa... –Es obvio que hay una situación cambiaria que hace algo más de un año era al revés. Hoy estamos más caros que otros países. Subieron los sueldos en dólares y las marcas también están mas caras. Pero hay una economía interna que también se mueve. Creo que parte de lo alto que son los precios deriva de la cantidad de impuestos que tenemos, además de factores como cargas salariales, alquileres. En esta nueva etapa cambió el panorama para las empresas, la rentabilidad bajó y la ganancia se hace por volumen. A la vez, al bajar la inflación, la gente tiene referencia clara de precios. La inversión base para montar una franquicia de Marea es de U$S 50.000. "Un auto", bromea Andrés. (La Voz) –Otro cambio es la mayor apertura a las importaciones que ejecuta el Gobierno, ¿le temen? –No, para nada. No creo que se vaya a destruir la industria nacional, claro que hay adaptarse. A mi me encantaría competir en Miami o en España. Y poder ofrecerles mejoras a los clientes. Acá hubo muchos años de cierre y eso limitó el avance tecnológico. Nosotros diseñamos y producimos apoyados en proveedoras aquí y en el exterior; importamos insumos y también productos terminados que fabricamos afuera. Telas brasileñas, por ejemplo, porque su lycra es excelente. Tenemos estampas exclusivas. Vamos a seguir produciendo siempre una parte en el país e iremos sumando más y más posibilidades en el exterior. Zambullido en el negocio familiar Nombre. Andrés Groppa Casado con. Melanie. Tienen a Giovani, de 3 años. Hobby. Compartir tiempo con su familia, jugar al fútbol con amigos. Cargo. Gerente Comercial de Mallas Marea y miembro de la familia propietaria, compuesta por sus padres Juan y Cynthia y sus hermanos, Luciano y Natalí. Todos en equipo gestionan la pyme, cada uno con rol claro. Natali es responsable del diseño. Empresa. Marea diseña, produce y vende trajes de baño femeninos y masculinos, y ropa para deportes y de tiempo libre. Mueve unas 400 mil prendas anuales, a partir de 400 diferentes ítems o productos. Producción. Siguiendo el formato que se impone en el sector textil, Marea realiza de modo directo y con su personal el diseño de telas, prendas y moldes; y terceriza la confección en proveedores aquí y en el exterior. Locales. Acaba de llegar a 50 sucursales, 27 propias y el resto franquicias. Están a lo largo del país y desde 2024 en Ecuador. También tiene tienda digital. Empleados. 170 (sin contar franquicias) Inversión base para una franquicia. U$S 50.000 Contacto. Mail: franquicias@marea.com.ar; web https://www.marea.com.ar/franquicias y celular: +54 9 3541 33-5160
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