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  • La NASA ordena el seguimiento de un asteroide con probabilidades de impactar con la Tierra

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 08/02/2025 11:31

    Lo que comenzó con un simple avistamiento, ahora se ha convertido en una alerta mundial. Se trata del asteroide 2024 YR4 detectado a fin del año pasado y que al principio no revistió gran importancia. Pero a medida que corrieron los días, logró captar la atención de la comunidad científica y de la opinión pública debido a su potencial riesgo de impacto con la Tierra en 2032. Descubierto el 27 de diciembre de 2024 por uno de los telescopios de la red ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) de la Universidad de Hawái situado en Río Hurtado (Chile), se trata del objeto celeste que con un diámetro estimado entre 40 y 90 metros, ha sido clasificado en cuanto a su peligrosidad en el nivel 3 de la escala de Turín, lo que indica que merece un monitoreo constante por parte de los astrónomos. Y la preocupación fue tal que la Organización de Naciones Unidas emitió un alerta para que más telescopios se sumen a la vigilancia de este cuerpo que vaga en el espacio. El organismo internacional también decidido que 2029 va a ser el Año Internacional de Concienciación sobre los Asteroides y de la Defensa Planetaria. “Se está simplemente informando de que, como expertos y por nuestros protocolos, tenemos que poner una atención especial a este asteroide particular”, explicó el español Juan Luis Cano, coordinador de la Oficina de Defensa Planetaria de la NASA, quien envió un mensaje de tranquilidad por la activación del protocolo. Sin embargo, el mensaje de tranquilidad choca con una realidad preocupante. Generalmente, cuando se descubre una roca espacial y se determina el grado de probabilidad de colisión con la Tierra, estudios y observaciones posteriores hacen bajar ese porcentaje. Cosa que no ocurrió aquí. En una semana de observaciones hemos pasado de 1 entre 83 posibilidades de que el asteroide se cruce con el planeta Tierra a 1 entre 43. Desde su detección, los científicos han analizado la órbita de 2024 YR4 para determinar con mayor precisión su trayectoria y la probabilidad de impacto con la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Lo que comenzó con números de 1,3%, pasó a 2,3%, según los cálculos más recientes del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), elaborado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, una cifra que la Agencia Espacial Europea (ESA) ha confirmado con su propia estimación del 2,27%. Si bien el número es bajo, resulta suficiente para que el asteroide siga bajo observación hasta que se descarte cualquier riesgo. El protocolo internacional establece que cualquier asteroide con más de un 1 % de probabilidades de impacto y un tamaño superior a 50 metros debe ser reportado a la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de la ONU (UNOOSA). En consecuencia, el 29 de enero, la Red Internacional de Advertencia de Asteroides (IAWN) notificó oficialmente su existencia, lo que activó la vigilancia internacional. Así, el 3 de febrero el grupo SMPAG (Space Mission Planning Advisory Group) de la ONU, encargado de coordinar la respuesta internacional ante posibles impactos de asteroides, comunicó que seguiría vigilando el asteroide 2024 YR4 hasta que la probabilidad baje del 1%. Pero lejos de descender esa probabilidad, aumentó. “Un encuentro cercano con la Tierra que merece la atención de los astrónomos y el público”, señalan los científicos que elaboran la escala de Turín al referirse a los asteroides en nivel 3. A pesar de esto, los científicos confían en que la probabilidad de impacto disminuirá en los próximos meses a medida que se obtengan datos más precisos sobre su órbita. Según explicó Kelly Fast, oficial de defensa planetaria de la NASA, el asteroide tiene una órbita peculiar que lo lleva a recorrer el sistema solar interior, pasando cerca del Sol y de la Tierra, antes de alejarse hacia la región entre las órbitas de Marte y Júpiter. El descubrimiento de 2024 YR4 El licenciado Mariano Ribas, jefe de Divulgación Científica del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, explicó a Infobae cómo fue descubierto este asteroide: “Tiene una entrada de catálogo, una identificación que es 2024 YR4 y fue descubierto muy a fines del año pasado, el 27 de diciembre por uno de los telescopios de la red Atlas, que es un sistema de monitoreo y búsqueda de objetos cercanos a la Tierra. Uno de sus telescopios que está en Chile es el que encontró a este objeto que tiene un tamaño estimado en torno a los 50 o 60 metros. Se habla de un mínimo de 40, un máximo de 100”. Y agregó: “A partir de ese momento se lo empieza a monitorear, a rastrear en su trayectoria día a día y se estima una órbita. A partir de esa estimación se vio que el 22 de diciembre de 2032 va a pasar muy cerca de la Tierra. Eso en términos reales, es a unos 50.000, 100.000, o 150.000 kilómetros, con márgenes para arriba y para abajo. La probabilidad inicial de impacto sería en el orden de 1,3%, que es lo suficientemente importante como para que se lo pase a rastrear con especial cuidado. Y justamente por ese porcentaje que supera el 1%, se activa el protocolo de seguridad planetaria que dicta la ONU”. “Esta estimación ha ido variando en los últimos días en función de parámetros orbitales más precisos fue elevado a 1,6% y después fue subido a un poquito más del 2%. En algunos estudios más inclusive. Por ejemplo, hay un artículo en la revista Sky & Telescope donde se cita un estudio que habla de una chance del 3 al 6%. Por lo tanto estamos en una tendencia hacia el alza. En muchos otros casos, estos porcentajes van eliminándose o borrándose, pero en este caso, no, lo cual es llamativo”, precisó Ribas. Comparación con otros asteroides El caso de 2024 YR4 recuerda al del asteroide Apophis, descubierto en 2004. En su momento, las primeras estimaciones indicaban una probabilidad de impacto del 2,7 % para 2029, lo que lo llevó a alcanzar el nivel 4 en la escala de Turín. Sin embargo, estudios posteriores descartaron cualquier riesgo, y se confirmó que pasará a 38.000 kilómetros de la Tierra sin representar una amenaza. A diferencia de Apofis, que tiene un diámetro de 185 metros, 2024 YR4 es un objeto más pequeño. Si bien no representa un peligro a nivel global, su impacto podría generar daños significativos a nivel regional. Según estimaciones, un choque en tierra firme equivaldría a la explosión de ocho megatones de TNT, una energía 500 veces mayor que la bomba de Hiroshima. Si explotase sobre el océano, el impacto podría desencadenar un gran tsunami que golpearía a varios países. El 17 de diciembre de 2028, 2024 YR4 pasará a una distancia de aproximadamente ocho millones de kilómetros de la Tierra. Este sobrevuelo será clave para obtener más datos sobre su tamaño, composición y órbita. “Ahora mismo, el nivel en el que se encuentra es el de un asteroide que merece la atención de los astrónomos”, explicó la NASA. En qué países podría caer el asteroide 2024 YR4 El astrónomo Daniel Bamberger calculó que, de producirse un impacto, la posible zona de colisión abarca desde el este del océano Pacífico hasta el sur de Asia, pasando por Sudamérica y África. No obstante, estas estimaciones son preliminares y podrían cambiar con nuevos datos. El supuesto impacto se podría producir en una franja de la Tierra que va desde Colombia, Venezuela y norte de Brasil, hasta la zona media de áfrica, India y hasta Myanmar. Esa trayectoria incluye mucho mar, pero también zonas muy pobladas. “En caso de impactar con la Tierra, no produciría una tragedia a escala global, como sí ocurrió, por ejemplo, hace unos 65 millones de años, momento en que un asteroide de unos nueve o diez kilómetros de diámetro impactó en lo que hoy es la península de Yucatán y provocó la desaparición de más del 90% de las especies vegetales y animales, entre ellas los dinosaurios”, explicó a Infobae el astrónomo Diego Bagú. “Pero un objeto de este tipo sí produciría, por ejemplo, un tremendo daño en la zona en la que impacta el registro más cercano que tengamos de un fenómeno de este tipo del cual se tenga conocimiento. Ocurrió en 1908, hace un poco más de 100 años en Tunguska, en el norte de la Siberia rusa. En el momento en que un asteroide de unos 50 metros ingresó en la atmósfera y si bien no impactó con la superficie de la Tierra porque fue tal la presión y la temperatura que levantó en la atmósfera terrestre que explotó, y la onda expansiva derribó toda una zona boscosa en más de 2100 hectáreas que quedaron absolutamente diezmadas por la onda expansiva de la explosión de un asteroide de este tipo”, agregó el ex director del planetario de La Plata. Posibles estrategias de mitigación Si la probabilidad de impacto se mantuviera alta en los próximos años, la comunidad internacional tendría tiempo suficiente para planificar una respuesta. En 2022, la misión DART de la NASA demostró que es posible desviar la trayectoria de un asteroide mediante un impacto cinético. Un método similar podría emplearse con 2024 YR4 si se considera necesario. “La única vez que se probó en la historia una técnica para desviar un asteroide ocurrió hace dos años, momento en que la sonda espacial DART de la NASA y de la Agencia Espacial Europea impactó sobre un asteroide de unos 100 metros. Se trató del asteroide Dimorphos, provocando, sí, el cambio de su órbita. Básicamente, el impactador, era una nave un poquito más grande que un automóvil. El objetivo fue chocar este asteroide y provocarle un mínimo cambio en su velocidad. Pero ese mínimo cambio en la velocidad con el correr de los días y las semanas generó un cambio de su órbita, un cambio de su recorrido”, precisó Bagú. Y completó: “Fue una emisión más que exitosa. Y la idea es justamente seguir avanzando en este tipo de técnicas, porque no estamos exentos en el futuro de tener que utilizarla. Ante la amenaza concreta de un asteroide que venga camino en colisión hacia nuestro planeta”. También se han evaluado otras estrategias, como el uso de explosivos nucleares o la evacuación de la zona de impacto, en caso de que la colisión fuera inevitable. La ESA tiene previsto lanzar la sonda RAMSES en 2028 para estudiar el asteroide Apofis en su acercamiento a la Tierra en 2029. Sin embargo, algunos especialistas han sugerido que esta misión podría redirigirse hacia 2024 YR4 si la amenaza persiste. Monitoreo constante y cooperación internacional La Red Internacional de Advertencia de Asteroides, la NASA y la ESA continúan recopilando datos para refinar las predicciones sobre la trayectoria de 2024 YR4. “Es un evento raro”, afirmó Tim Spahr, representante de IAWN, destacando que no es común que un asteroide supere el umbral del 1 % de probabilidad de impacto. En tanto, Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, expresó su tranquilidad respecto a la situación actual. “No estamos preocupados por el asteroide 2024 YR4, ya que las probabilidades de que no impacte son del 99 %”, explicó. Sin embargo, insistió en que el monitoreo continuará para garantizar la seguridad. A medida que se obtengan nuevas observaciones, lo más probable es que la probabilidad de impacto se reduzca y el asteroide sea reclasificado en el nivel 0 de la escala de Turín, lo que indicaría que no representa un riesgo para la Tierra. El caso de 2024 YR4 es un recordatorio de la importancia de la vigilancia astronómica y la cooperación internacional en materia de defensa planetaria. Los impactos de asteroides, aunque poco frecuentes, son los únicos desastres naturales que pueden prevenirse con suficiente anticipación. La tecnología actual permite detectar, monitorear y, en algunos casos, mitigar amenazas provenientes del espacio. El desafío radica en coordinar esfuerzos a nivel global y garantizar que los recursos necesarios estén disponibles cuando se requieran. Como concluyeron los expertos, “estos eventos son una oportunidad para unir a la comunidad internacional ante un enemigo realmente común”. Fuente: Infobae

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