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  • Saturación

    » Diario Cordoba

    Fecha: 08/02/2025 16:10

    No cabe ni un pensamiento más en mí. Lo sé, lo siento. La cabeza está demasiado abarrotada como responder: no puede. Es... como cuando se llena el almacenamiento del teléfono y no deja hacer más fotos y se bloquea el resto de funciones. Sí, justo como la metáfora del móvil, eso es justo lo que le ocurre a mi cabeza. Ya no hay sitio para un solo pensamiento más. Necesito liberar memoria, limpiar la caché. Mientras no lo haga, no funcionará, no responderán el resto de funciones básicas. Puede que sea eso por lo que tengo tanto sueño o tanta hambre o me desborda la ansiedad. He alcanzado un tope. La respuesta primera del cuerpo fue enfermar: una crisis de dolor bestial y una faringitis aguda. La voz desapareció. Dolor al tragar, dolor de oídos. Ni rastro de mocos o tos. Simplemente, estaba afónica. Algo falló en medio de toda la vorágine en la que estaba metida y ¡zas! Peté. Me desbordé. Mejor dicho, me desbordaban las tareas por hacer, las cosas por las que preguntarme. Y el cuerpo se colapsó. Intentaba compensar con la ingesta desmedida de alimentos (¿o eso sería ansiedad?) y el aumento de horas de sueño (¿o sería la respuesta a la derrota del cuerpo: incrementar la lentitud hasta su máxima expresión?). Así me las iba apañando para continuar pero sabía que no... Que había un fallo de base. Quizás ese fallo era simplemente yo o... O se había iniciado en mí un boicot interno que provenía de la saturación y apenas daba para cubrir con la energía que tenía disponible las funciones básicas. Pero necesitaba mantenerme alerta, funcionar a pleno rendimiento, tratar de leer la pila de documentos que se amontonaban en mi escritorio, dar salida a los ‘emails’ agolpados y la lista de tareas pendientes, cumplir la exigente agenda... Por no hablar de pasar la aspiradora, poner un par de lavadoras y otras tantas cosas inevitables de la existencia. Y yo sólo quería hacerme un ovillo con la manta en el sofá y dormir. Necesitaba parar: las palabras hacía tiempo que habían gastado su significado. Yo me había gastado: estaba descolorida. «Saturar: 1. colmar (llenar de modo que exceda). / 2. saciar (calmar el hambre y la sed)» y se completaba con un par de definiciones procedentes de la física y la química. Estaba tan colmada que por mucho que lo intentase no podía saciarme, quizás porque el cuerpo ya estaba demasiado cargado de preocupaciones, anotaciones en la agenda... Físicamente había claudicado y comenzaba a colapsarme, a quedarme aterida, a paralizarme poco a poco. ¿Cuánto tiempo más tendría que continuar con ese ritmo acelerado? Porque comenzaba a no dar de sí. ¿Lo calmaría todo el sueño? *Escritora

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