08/02/2025 05:59
08/02/2025 05:59
08/02/2025 05:59
08/02/2025 05:58
08/02/2025 05:58
08/02/2025 05:58
08/02/2025 05:56
08/02/2025 05:56
08/02/2025 05:54
08/02/2025 05:54
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 08/02/2025 03:08
El 25 de marzo de 1858. la Virgen reveló su identidad cuando dijo: “Yo soy la Inmaculada Concepción” El 11 de febrero de 1858, en una humilde aldea llamada Lourdes, en el suroeste de Francia, la joven Bernadette Soubirous, de 14 años, experimentó una visión que cambiaría su vida y la historia de la cristiandad. Según su relato, mientras recogía leña cerca de la gruta de Massabielle, se le apareció una figura celestial, vestida de blanco con un cinturón azul y una rosa amarilla en cada pie. Esa aparición, que más tarde Bernadette describiría como “Aqueró” es decir “Aquello” porque todos los diálogos eran en Patois ( la lengua de la región de los Pirineos Franceses), solicitó que rezara el rosario y regresara al lugar durante quince días consecutivos. La aparición se repitió un total de dieciocho ocasiones, durante las cuales la Virgen reveló su identidad como “la Inmaculada Concepción” y solicitó la construcción de un santuario en el lugar. Además, guio a Bernadette hacia un manantial de agua en la gruta, cuyas propiedades curativas atrajeron rápidamente la atención de peregrinos y enfermos de todo el mundo. La noticia de las apariciones y los supuestos milagros relacionados con el agua de la gruta se extendieron rápidamente. Al principio, la Iglesia Católica y las autoridades civiles fueron escépticas, e incluso Bernadette fue sometida a rigurosos interrogatorios. Sin embargo, la profunda devoción y los testimonios de curaciones inexplicables llevaron a la Iglesia a investigar formalmente los eventos. Las dieciocho apariciones fueron las siguientes: 11 de febrero de 1858. Bernadette, junto con su hermana y una amiga, fue a recoger leña al lugar llamado Massabielle. Mientras estaba cerca de la gruta, vio una hermosa dama vestida de blanco con un cinturón azul y un velo que le cubría la cabeza. No se habló nada en este primer encuentro. 14 de febrero de 1858. Bernadette regresó a la gruta y vio nuevamente a la dama. Durante esta aparición, le arrojaron agua bendita para asegurarse de que no era una ilusión. La Virgen sonrió pero no habló. 18 de febrero de 1858. Por primera vez, la Virgen habló. Dijo a Bernadette: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el otro”. Le pidió que siguiera regresando a la gruta. 19 de febrero de 1858. Bernadette llevó una vela bendita a la gruta, comenzando una tradición que continúa hasta hoy. 20 de febrero de 1858. La Virgen enseñó una oración especial a Bernadette, aunque esto nunca reveló su contenido. 21 de febrero de 1858. Se frente produjo a una multitud por primera vez. La Virgen mantuvo una expresión seria mientras Bernadette rezaba. 23 de febrero de 1858. Bernadette tuvo una experiencia profunda y se describió como un momento de revelaciones internas. 24 de febrero de 1858. La Virgen pidió: “¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia!” También pidió rezar por la conversión de los pecadores. 25 de febrero de 1858. La Virgen le indicó que cavara en la tierra. Al hacerlo, brotó agua de un manantial, el cual se considera milagroso. 27 de febrero de 1858. Bernadette, bajo las indicaciones de la Virgen, continuó sus penitencias y oraciones. Bernadette Soubirous, la joven de Lourdes, siempre habló de "aquello", no nombró a la Virgen 28 de febrero de 1858. Nuevamente, se concentraron en la penitencia y la oración. 1 de marzo de 1858. La fuente de agua continuaba fluyendo, y comenzó a registrarse los primeros milagros asociados a ella. 2 de marzo de 1858. La Virgen pidió que se construyera una capilla en el lugar y que se organizaran procesiones. 3 de marzo de 1858. Bernadette llevó nuevamente el mensaje de construir una capilla, aunque las autoridades locales eran escépticas. 4 de marzo de 1858. Una gran multitud acudió a la gruta, pero no hubo mensajes nuevos. 25 de marzo de 1858. La Virgen reveló su identidad diciendo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Este dogma había sido proclamado solo cuatro años antes, en 1854. 7 de abril de 1858. Durante esta aparición, ocurrió el milagro de la vela: Bernadette sostuvo una vela encendida que quemaba sus manos, pero no sintió dolor ni daño. 16 de julio de 1858. Fue la última aparición. Bernadette vio a la Virgen desde la distancia porque las autoridades habían bloqueado la gruta. La descrita como más hermosa que nunca. El santuario se convirtió en un lugar al que concurren peregrinos de todo el mundo (EFE) En 1862, solo cuatro años después de las apariciones, la Iglesia reconoció oficialmente la autenticidad. Esto marcó el inicio de un esfuerzo colectivo para convertir a Lourdes en un centro mundial de peregrinación. Se construyó una capilla en la gruta como primera respuesta a la solicitud de la Virgen, pero pronto quedó claro que la afluencia masiva de fieles requería un espacio más amplio. Entre 1866 y 1871, se edificó la Basílica de la Inmaculada Concepción sobre la gruta, un templo neogótico que domina el paisaje. Posteriormente, en 1901, se inauguró la Basílica del Rosario, decorada con mosaicos que narraban los misterios del rosario. Finalmente, en 1958, para conmemorar el centenario de las apariciones, se construyó la Basílica de San Pío X, un enorme edificio subterráneo capaz de albergar hasta 25.000 personas. Es el último lugar de culto construido en el recinto de los Santuarios (inaugurada en 1988), la Iglesia Santa Bernadette se sitúa frente a la Gruta de Massabielle en la orilla derecha del río Gave de Pau. Esta iglesia moderna, dotada con tabiques desmontables, fue construida en el lugar donde se encontraba Bernadette Soubirous durante la última aparición, el 16 de julio de 1858. Por estos días el Santuario de Lourdes es uno de los destinos de peregrinación más importantes del mundo, atrayendo a millones de visitantes cada año. Su manantial, considerado sagrado, sigue siendo un símbolo de fe y esperanza para los creyentes. El impacto de las apariciones de Lourdes trasciende las fronteras de la religión. La Virgen de Lourdes se convirtió en un símbolo universal de consuelo, especialmente para los enfermos y desvalidos. Muchas personas se han inspirado en su mensaje de humildad y servicio para realizar obras de caridad y emprender proyectos que reflejen esos valores. Pietro Ferrero, devoto de la Virgen de Lourdes Una conexión interesante y poco conocida es la relación simbólica entre la Virgen de Lourdes y Pietro Ferrero, el visionario fundador de la empresa italiana Ferrero, famosa por productos como Nutella y Ferrero Rocher y actualmente Tic-Tac y el chocolate Kinder. Aunque no existe evidencia histórica escrita sobre el vínculo directo entre Ferrero y el santuario de Lourdes, la devoción católica profundamente arraigada en la cultura italiana y los valores de fe y esfuerzo promovidos por Pietro sugieren una influencia espiritual en su vida y obra y la historia fue pasando de boca en boca, primero por los miembros de la familia y luego a sus empleados Pietro Ferrero nació en 1898 en el Piamonte, una región del norte de Italia caracterizada por su tradición agrícola y su fuerte vínculo con la religión católica. Durante la posguerra, Pietro se enfrentó a enormes dificultades económicas, como gran parte de Europa. Sin embargo, su creatividad y determinación lo llevaron a desarrollar una crema de avellanas asequible que rápidamente se convirtió en un éxito. La familia Ferrero siempre mantuvo un fuerte compromiso con los valores de humildad, trabajo duro y responsabilidad social, principios que reflejan la espiritualidad católica. Aunque no hay registros de peregrinaciones de Pietro a Lourdes de Francia su vida y legado empresarial están impregnados de un espíritu de servicio y generosidad que resuena con el mensaje de la Virgen de Lourdes, dado que en la parroquia de su pueblo natal la devoción a la Virgen de Lourdes era muy fuerte e impregnaba toda la vida del pueblo. El bombón “Ferrero Rocher” fue lanzado en 1982. Algunos especulan que la elección del nombre “Rocher” (roca en francés) pudo estar influenciada por la Gruta de Massabielle, el lugar donde apareció la Virgen María en Lourdes. Esta conexión sugiere una inspiración simbólica que combina elementos de la fe y la naturaleza. Si observamos con detenimiento el bombón, al quitarle la envoltura dorada, símbolo de la luz divina; observamos que es granuloso al tacto; esto simboliza la gruta de Massabielle. Si partimos el bombón en dos, observamos que en el centro hay una avellana, rodeado de chocolate, esa avellana representa a la Virgen, centro y culmen de la gruta (Rocher) de Lourdes. Las 18 apariciones de la Virgen que presenció Bernadette sucedieron entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858 El padre Mauricio Elías, coordinador de habla hispana del Santuario de Lourdes, comentó que “Don Ferrero tenía mucha devoción a la Virgen de Lourdes, venía mucho a Lourdes y era un bienhechor. Según me dicen, trataba de traer a todos sus empleados a que peregrinaran a Lourdes. Era un hombre que venía siempre acá, tenía mucha devoción por la Virgen, se confesaba, llevaba vida cristiana”, recordó. Michele Ferrero falleció el 14 de febrero de 2015, a los 89 años. Poco tiempo antes de su muerte, una inundación afectó gravemente el santuario, y el empresario prometió “una gran donación para recuperar lo perdido”, según recordó el sacerdote. Los hijos de Ferrero cumplieron la promesa de su padre tras la muerte y ayudaron a las reparaciones del santuario. La devoción era tan fuerte que no había sucursal de la empresa donde no hubiera una estatua de la Virgen de Lourdes. Vemos acá como la fe puede movilizar a una familia a inventar un producto que da trabajo a cientos de personas y de esa manera siendo empresarios justos, y considerados, pueden llegar a ser grandes promotores de un empresariado consciente y cristiano, en este caso, por medio de una devoción probada de su fundador.
Ver noticia original