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» Corrienteshoy
Fecha: 06/02/2025 16:16
Odio, fascismo y fútbol militante Por José Luis Lanao El cuerpo posee una capacidad curiosísima, la propiocepción, gracias a la cual sabemos donde tenemos el brazo derecho incluso con los ojos cerrados. En una habitación oscura no te ves, no ves tus pies, ni tus piernas; sin embargo, conocés la posición de cada uno de tus miembros. Significa que tenés conciencia de la unidad de tu cuerpo. A nadie se le ocurriría preguntar dónde se te ha ido el cerebro por el mero hecho de no ser capaz de contemplarlo. ¿O sí? Si alguien expresa que la ideología de género constituye "lisa y llanamente abuso infantil" y asocia homosexualidad con pedofilia es tiempo que se empiece a preguntar por dónde anda su cerebro. Si debe rescatarlo, ponerlo a remojo, o simplemente dejarlo a la deriva. Es que escuchar a Milei nos hace sentir más inteligentes de lo que somos. El sábado hubo mucha vida ahí afuera. Se acudió a beber a mansalva una sed de justicia que no sospechábamos que teníamos. Ahora toca mamar de esta pequeña victoria. Que el pensamiento salga a la calle, que toque el suelo, que se sienta libre, desafiante. Detrás del decorado espera una derecha ultra, inhumana, de mutantes de plomo que elaboran un vaciamiento del lenguaje sobre el relato del odio hacia el otro, que es el odio que mejor se vende. Toda política es "identitaria" desde un sentido ético, ya que se ocupa, o se desocupa, de las acciones que posibilitan que una sociedad asimile hábitos justos, valerosos y libres. Se sabe que todo avance de las minorías incomoda, zarandea prejuicios. De ahí que el fútbol femenino necesitó de armarse desde el inicio de un espíritu combativo, militante. En octubre 106 futbolistas profesionales de 24 países enviaban una carta al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, pidiéndole que la máxima institución del fútbol mundial rompa el contrato de patrocinio que la liga por cuatro años a la petrolera saudí, Aramco –la cuarta mayor empresa del mundo y la primera no estadounidense– por la documentada represión contra las mujeres y la población LGTBI, "cuyos derechos son vulnerados a diario" afirmaba el documento. Es especialmente relevante el hecho de que todas y cada una de las firmantes de la carta hayan sido mujeres. ¿Será qué el fútbol masculino está en otra cosa? ¿Será que está interesado en otros derechos, como el derecho a la libre circulación de capitales o la ingeniería financiera para la evasión de impuestos? Será. La motivación por la que muchos ciudadanos salieron el 1º de febrero a la calle tiene que ver con corregir precisamente esa cosificación del otro, sea hombre o mujer, a favor de unas relaciones personales afines, donde el semejante no sea considerado un mero objeto, fragmentado, funcional, un producto diseñado para la exclusión. Defender esta equidad es también defender la pluralidad y la convergencia de géneros que trascienda los mandatos y roles establecidos, y conserve para todo sujeto su estatus político necesitado de ser cobijado por las instituciones. Lo contrario es puro fascismo y odio. (*) Periodista, ex jugador de Vélez, clubes de España y campeón mundial 1979.
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