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» Diario Cordoba
Fecha: 05/02/2025 17:05
Gerard Piqué no sólo mantendrá al FC Andorra, su equipo, en el Principado, sino que sopesa, en un futuro, la posibilidad de instalarse en el país de los Pirineos, después de desatarse el domingo pasado la enésima crisis entre el exdefensa azulgrana, propietario del principal club de fútbol local, y el Gobierno de Andorra. Él quiere que sus futbolistas jueguen en el Estadi Nacional y las autoridades deportivas y políticas desean que a partir de la próxima temporada lo hagan en el nuevo recinto que se está acabando de construir en la localidad de Encamp. Él se niega al traslado. Andorra es un país que no se prodiga en exceso por la pasión hacia el fútbol. Vive, más bien, de otros aspectos polideportivos y los aficionados casi parecen más preocupados porque el Morabanc no pierda plaza en la Liga ACB que por el retorno del FC Andorra, el equipo de Piqué, a la Segunda División. El ascenso cada vez parece más utópico, si se tiene en cuenta la clasificación en Primera Federación de un equipo que no levanta cabeza desde la destitución de Eder Sarabia, hoy técnico del Elche, a un solo punto del ascenso directo a Primera. La protesta dominical El domingo pasado Piqué amargó la cena a los periodistas que siguieron en el Estadi Nacional, el campo de los líos, el empate entre el conjunto andorrano y el Ourense. Albert ‘Beto’ Company, que apenas lleva dos semanas en el cargo, acababa de justificar las razones de un 0-0 cuando por sorpresa apareció en la sala de prensa el propietario del club y exfutbolista azulgrana, quien visiblemente enfadado, y lanzó una amenaza que hasta encontró al día siguiente la respuesta de Xavier Espot, el presidente del Gobierno andorrano. “Las condiciones en las que hemos jugado son una vergüenza. Ayer (el sábado) se jugó al rugby. O nos sentamos y buscamos una solución o nosotros tendremos que encontrar una al respecto”. La amenaza de Piqué sonó, y no es la primera vez, con sacar a su equipo del país y llevarlo a otra parte en el sur de los Pirineos. Gerard Piqué. / FC Andorra Piqué es el propietario del Andorra a través de su empresa Kosmos que posee el 56% de las acciones de la entidad. Las amenazas de Piqué no son una novedad. En octubre de 2023 el exfutbolista ya se pronunció en términos similares. Pero el club continuó en el país, descendió a Primera Federación, Ferran Costa dirigió la plantilla hasta que el 20 de enero de este año fue reemplazado por Beto Company, que era su ayudante. El equipo va décimo de la tabla, a cinco puntos del play-off, a 15 del ascenso directo, aunque con la amenaza del descenso a sólo cinco dígitos, lejos, por lo tanto, de cualquier objetivo de regresar a la Segunda División por la vía rápida. Fútbol y rugby Precisamente, la mala racha fue lo que llevó al presidente del Gobierno andorrano a afirmar el lunes que lo que buscaba Piqué era “desviar la atención” por la situación deportiva del equipo. Ahora, como en 2023, la utilización del Estadi Nacional por parte de la selección andorrana de rugby, jugadores conocidos como ‘Els Isards’, ha generado una nueva crisis institucional. El sábado pasado el equipo de rugby hizo historia, aunque con poco lleno en las gradas, al conseguir la primera victoria en la Conferencia Europea ante Israel. El césped, que ya estaba maltrecho, acabó en unas pésimas condiciones para jugar al día siguiente un partido de fútbol. Y fue el desencadenante del cabreo de Piqué. El estadio de Encamp En un primer momento pareció que el exfutbolista hacía las maletas, pero ante la respuesta gubernamental ya el lunes por la noche trató de suavizar las relaciones con las instituciones locales. Este miércoles convocó una conferencia de prensa en Andorra la Vella. Hubo preguntas y respuestas. Dejó entrever su cariño hacía Andorra donde no descarta vivir en un futuro. Alabó el espíritu polideportivo del país y el amor a la montaña y aunque afirmó que la posibilidad de irse a otra parte siempre “era una posibilidad” dejó la puerta abierta a una negociación de aquí al fin de temporada. Defendió que su empresa había desembolsado cuatro millones de euros en la rehabilitación del Estadi Nacional, que “había que rentabilizar la inversión” y aunque ahora se está acabando de construir un estadio nuevo en Encamp, allí iban a jugar y a entrenar muchos equipos por lo que el FC Andorra tenía que seguir apostando por disputar sus partidos en la principal instalación del país, como hace la selección de fútbol. En Encamp están finalizando las obras de un estadio con capacidad para 6.000 personas, financiado en parte por la FIFA y la UEFA. Piqué no quiere jugar allí. El campo se inaugurará el 7 de junio con el partido oficial entre Andorra e Inglaterra clasificatorio para el Mundial.
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