05/02/2025 19:39
05/02/2025 19:38
05/02/2025 19:37
05/02/2025 19:32
05/02/2025 19:31
05/02/2025 19:31
05/02/2025 19:30
05/02/2025 19:30
05/02/2025 19:22
05/02/2025 19:22
Concordia » Diario Junio
Fecha: 05/02/2025 16:21
Él asegura que desde 1983 superamos el período de la dictadura militar y que, a pesar de las deficiencias del sistema constitucional, todos los gobiernos que sucedieron fueron elegidos por el pueblo, incluido este, que asumió con el 56% de los votos. Pero lo que el Dr. Salduna parece desconocer es que la historia de los partidos y de las ideas políticas se ha transformado a través del tiempo. Si echamos un vistazo a la historia misma, veremos que después de cada crisis del capitalismo emergen gobiernos autoritarios que terminan en dictaduras fascistas, disfrazadas de un «nuevo orden democrático». Y cuando hablamos de fascismo, no nos referimos al más «puro», con el desfile de las camisas negras de Mussolini o las camisas pardas del «pintor austríaco». Hoy se presentan de manera distinta: se han apoderado del lenguaje. Un ejemplo es cuando el mismo presidente dice: «La condición natural del hombre fue la pobreza». Esa frase evidencia la falta de ética democrática del mandatario. En su retórica fascista se sintetizan valores antidemocráticos y reaccionarios que evocan nostalgias autoritarias. Y si no, fíjese cuando declara: «Yo estoy aquí (por el sillón de Rivadavia) para hacer grande a la Argentina nuevamente». Puro mesianismo vulgar. Usted, Dr. Salduna, que habla del funcionamiento de las instituciones, ¿no se da cuenta de que este es un gobierno que exuda antiparlamentarismo irredento? ¿No advierte que el Congreso solo funciona cuando el Ejecutivo está seguro de contar con los votos, muchas veces obtenidos mediante corrupción? ¿No quiere reconocer que el parlamentarismo concentra un poder basado en el principio de que también la oposición tiene derecho a gobernar? En cambio, este gobierno expresa el principio opuesto: solo las minorías tienen el privilegio de hacerlo. Ni hablar del rol marginal de la SIDE, cuyo nuevo director ya no necesita el acuerdo del Senado para manejar los cuantiosos fondos destinados a distintas «operaciones». Mire, Dr. Salduna, salga del oscuro túnel de la historia y observe la realidad imperante en el mundo. La corriente antidemocrática que encarna este gobierno inaugura una nueva filosofía ultraderechista, que se contradice con el supuesto mito del progreso, la redistribución de la riqueza y la justicia social, valores tan despreciados por el actual presidente. Este gobierno expresa una regresión a la matriz oligárquica. Y para sostener esa regresión, declara una guerra fascista, cruel y despiadada contra los más débiles: jubilados, enfermos y trabajadores. La guerra contra el pueblo, ejecutada mediante decisiones políticas y económicas, tiene el rostro de una «guerra civil silenciosa»: pobres contra pobres. Otro eslabón de esta estrategia facciosa es el despliegue descomunal de una narrativa mentirosa, diseñada para justificar y disfrazar la realidad con noticias falsas, amplificadas a viva voz por periodistas afines a los grandes medios de comunicación. Un sistema de dominación que responde a intereses internacionales, donde una agencia francesa vinculada a la OTAN dicta las líneas editoriales que protegen al Ejecutivo porque le es funcional a las corporaciones. Mientras tanto, la sociedad, cautiva de su propia indolencia, practica la «resiliencia», pero no la resistencia. Lamento mucho, Dr. Salduna, que a pesar de haber transitado los más altos escalones de la política, no se haya actualizado para comprender que el mundo cambia vertiginosamente y que las máscaras políticas de hace treinta años han sido maquilladas con nuevos trajes, nuevas narrativas y nuevas traiciones. En este campo, el fascismo marcha a la cabeza. Y no se confunda, Dr. Salduna. Yo soy un humilde comunicador social. No tengo los pergaminos ni los títulos de honorabilidad de los que usted goza. Soy un simple ciudadano que no tiene nada de «ilustrísimo», pero que siempre luchó por la verdad periodística. Ah, y cuando hable en los actos de Urquiza, explíquele a la gente por qué el general entrerriano le entregó el país al mitrismo, traicionando a la Confederación. «Roma no paga traidores.»
Ver noticia original