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Parana » Ahora
Fecha: 04/02/2025 20:34
Hoy a Enrique Fabiani no lo busca nadie. De eso tiene seguridad su familia, que dice sentirse cada vez más sola. A ocho meses de su desaparición, no hay datos firmes sobre su paradero. La última vez que se lo vio a este jubilado de 74 años oriundo de Santa Clara de Buena Vista fue un 4 de junio de 2024 cuando salió a cazar en un campo de un amigo, ubicado a la altura del kilómetro 104 de la Ruta Nacional 127, en el departamento Villaguay, casi en el límite con La Paz. “Está todo muy parado. El caso parece haber entrado en una especie de meseta donde no se observan avances significativos”, afirmó Melisa, la hija de Enrique, en diálogo con AHORA. “Es como que no tenemos ayuda de ningún lado”, subrayó, lo que agudiza su percepción de soledad en la búsqueda de justicia. Los días pasan y las respuestas no llegan y el tiempo es el mejor amigo de la impunidad. El fiscal Mauro Quirolo, de Villaguay, no ha logrado avances en una investigación que va rumbo a convertirse en otro caso como el del arquitecto Mario Zappegno, el contador Amado Abib, Fernanda Aguirre, la familia Gill, Kevin Sánchez. Todas las investigaciones que el Poder Judicial y la Policía de Entre Ríos no lograron esclarecer a lo largo de los años. La información oficial dice que el lunes 3 de junio de 2024, alrededor de las 18, Enrique se separó del grupo de amigos. Una hora y media más tarde, un grupo de maquinistas que trabajaban en la zona rural afirmaron haber visto deambulando a un hombre con sus características. Al parecer, Enrique ingresó al campo de Julio Lodi, un estanciero que, según el legajo de investigación, es la última persona que, hasta ahora, vio a Fabiani con vida. Lodi dice que tuvieron una discusión y que Enrique salió para el lado de la calle. Eran las 0:40 del 4 de junio. Tras ese altercado, Lodi llamó a la Brigada de Abigeato, que concurrió al lugar según datos de Lodi y la comprobación a través de una cámara de seguridad que hay en la zona. A lo largo de la investigación, el abogado querellante Rubén Pagliotto ha deslizado sus sospechas hacia los funcionarios policiales. Es más, pidió que la causa se caratule como desaparición forzada de personas, pero Quirolo rechazó el planteo. En los primeros momentos de la causa se realizaron rastrillajes en campos vecinos, bañados, arroyos, lagunas y montes. Se utilizaron canes entrenados, helicópteros, drones termográficos, buzos tácticos e incluso se vació el agua de los bañados. Se convocó a bomberos y rescatistas de Entre Ríos, Santa Fe, Chaco y Misiones. Hasta ahora, nada. Lo más importante y trascendente en la causa lo encontró Hugo Almará, un vidente de la localidad de Sosa. Dicen que el hombre ubicó un cartucho de escopeta que supuestamente perteneció a Enrique. Esta prueba fue hallada a 8 kilómetros a campo traviesa del campo de Lodi, donde fue visto por última vez. En la actualidad la familia espera los resultados de una prueba de ADN de rastros que se levantaron de la camioneta de Julio Lodi. Con el paso del tiempo, lo único que se suma es dolor a una familia que no sabe qué pasó con su ser querido. Mientras ellos sufren, el Poder Judicial entrerriano sigue como si nada. Esperando un dato Un aspecto particularmente preocupante mencionado por Melisa fue la falta de movimientos significativos en la investigación, a pesar de que el último careo entre su hermano y la mujer de Julio Lodi, ocurrido hace un mes y medio, arrojó elementos que podrían ser cruciales para esclarecer el caso. “Ahí había cosas como para sacar también en limpio”, señaló, expresando su incredulidad de que, pese a estos nuevos datos, no se hayan realizado avances tangibles. La declaración refleja la profunda preocupación y desesperanza de los familiares que buscan justicia y respuestas, pero se sienten abandonados por el sistema. La falta de progreso en las investigaciones y la percepción de desinterés por parte de las autoridades competentes agudizan el dolor y la frustración. Una luz de esperanza En el medio de tanta tristeza, Melisa dijo que “a principio de año estuvimos expectantes porque había aparecido un cuerpo en La Paz y la gente nos mandó fotos; pero después me llamaron también porque nuestro abogado había dado una declaración donde decía que el principal sospechoso era Julio Lodi, pero la verdad, yo me quedé helada porque yo no estaba ni al tanto de esa declaración y resulta que, bueno, pensamos que había tomado algún curso la causa y lo llamamos y todo y no, eran dichos de él y bueno, eso nos amargó un poco”. Planteos Melisa dijo que, junto a su familia, esperan que pasen las vacaciones para exigir una respuesta. “Mi idea es retomar con todo, porque sí, a ver, te lo digo así de simple: si mi papá sigue siendo una persona desaparecida, la carátula indica eso, a mi papá se lo tiene que seguir buscando como una persona desaparecida en Alcaraz, entonces si mi papá no es una persona desaparecida o no cree conveniente seguir con la búsqueda, perfecto, cambia la carátula a posible homicidio o desaparición forzosa”. Tristeza y dolor La hija de Enrique aseguró que todo lo que vienen atravesando a lo largo de estos meses es “vergonzoso, la verdad es muy triste, muy triste porque no estamos hablando de que mi papá era de esa zona y podía haber algún ajuste de cuentas, en este caso fue caer en un campo donde él no tenía permiso obviamente, esa es la responsabilidad de mi papá obviamente, más allá de que él ingresó desorientado, no es que lo hizo a adrede ni a propósito, él estaba bajo una desorientación importante, pero es muy loco que ningún lugareño haya visto nada y eso te da muchas pautas a que me parece que no se va a encontrar nada a simple vista, hay que empezar a escarbar un poquitito, escarbar en la investigación, escarbar en todo sentido”.
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