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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/02/2025 14:53
The Sims 2, de EA. A principios de los 2000, The Sims me abrió las puertas a un nuevo mundo en los videojuegos. Aún recuerdo la emoción de crear a mis primeros Sims, construirles una casa y ver cómo, en cuestión de minutos, podían incendiar la cocina o deprimirse porque no les alcanzaba el cobre para comprarse un papel tapiz más caro. Era un juego simple pero fascinante: un yo virtual que cobraba vida con cada decisión que tomaba. Luego llegó The Sims 2, y todo cambió. Mi placer más culposo. El juego al que le metí más horas en mi vida. Más profundo, más realista y lleno de historias inesperadas, me atrapó como ningún otro. Ahora, 25 años después, con el relanzamiento de EA de The Sims: Legacy Collection y The Sims 2: Legacy Collection, vuelvo a estos clásicos con una mezcla de nostalgia, emoción, y algunos pequeños dolores de cabeza. The Sims 2, de EA. Volver a The Sims 2: Más vivos que nunca Desde el momento en que abrí The Sims 2, sentí esa conexión instantánea con un juego que nunca dejó de ser especial para mí. Recordé por qué esta entrega se sentía revolucionaria en su momento: un mundo completamente en 3D, Sims expresivos que evolucionaban con el tiempo, una jugabilidad que hacía que cada elección tuviera peso real. Decidí empezar una nueva partida en Las Rarezas, mi barrio favorito, y en cuanto la pantalla de carga mostró su icónico paisaje desértico, sentí que volvía a casa. Ahí estaban los marcianos, los conspiranóicos y los experimentos científicos fallidos, cada uno con su historia lista para desatar el caos. Me reencontré con la familia Curioso, donde Pascal estaba a punto de dar a luz a un bebé alienígena, mientras sus hermanos seguían enfrascados en su eterna rivalidad intelectual. Los Smith, con su patriarca alienígena PT9 tratando de encajar en la vida terrestre, me recordaron lo mucho que este barrio se alejaba de las típicas dinámicas familiares de otros Sims. Las Rarezas siempre tuvo ese equilibrio perfecto entre lo absurdo y lo intrigante, y me encantó sumergirme de nuevo en su atmósfera surrealista. Lo que no olvidé nunca es lo mucho que amo el sistema de Aspiraciones, que determina los miedos y deseos de los Sims y es único de The Sims 2. A diferencia de los juegos más recientes, donde los Sims pueden pasar la vida sin un propósito claro, aquí tienen deseos y miedos concretos. Quieren formar una familia, amasar una fortuna o tener su propio harem de amantes, y sus vidas giran en torno a estas metas. Imaginate lo divertido que es tener una pareja de Sims que se aman, pero sus aspiraciones son opuestas. Como en la vida misma, es difícil, pero muy satisfactorio si lográs que se lleven bien. The Sims, de EA. Revisitando The Sims 1: Un toque de magia (potagia) retro No podía dejar pasar la oportunidad de volver a The Sims 1, el juego que empezó todo. Y en cuanto sonó esa inconfundible música de construcción, supe que había vuelto a casa. Es un juego más simple, sí. Las interacciones son más limitadas, los Sims no tienen rasgos emocionales humanos y a veces parecen pequeños robots sin mucha gracia. Pero sigue teniendo un encanto que ningún otro título de la saga ha podido replicar. Me encontré riéndome con detalles que ya había olvidado: la música de ladrón, las profesiones ridículas que te permitían ascender de oficinista a astronauta y esa sensación de que todo podía salir mal en cualquier momento. The Sims 2, de EA. Un relanzamiento con tropiezos técnicos No todo ha sido perfecto en esta experiencia de regreso al pasado. Hay cuelgues inesperados, errores en la resolución de pantalla y en el audio. Lo que sí destaco es que funcionan bien en lo macro, con tiempos de carga casi nulos y compatibilidad con un solo doble click sin recurrir a decenas de mods y parches hechos por fans como implicaba jugarlos hasta ahora. Por otro lado, el precio también me dejó un sabor agridulce. Para un relanzamiento que no hizo más que empaquetar los juegos y asegurar compatibilidad, sin agregados o mejoras significativas, el costo se siente un poco excesivo. A pesar de los inconvenientes, no me arrepiento ni un segundo de haber vuelto. The Sims 2 sigue siendo un juego increíble, con un nivel de detalle y profundidad que todavía me asombra. Tiene mucho para enseñarle a The Sims 4. La forma en la que sus historias predefinidas se mezclan con la libertad del jugador lo convierte en una experiencia que no existe en las entregas más modernas. Me volví a encariñar con mis Sims, a preocuparme por sus vidas, a emocionarme con sus pequeñas victorias y a reírme de sus desastres. Y aunque The Sims 1 no me atrapó tanto como en su momento, sigue siendo una cápsula del tiempo fascinante. Sin dudas, ddespués de 25 años ha sido un viaje lleno de nostalgia, pero también de reflexión. Hay algo hermoso en revisitar un juego que marcó tu infancia y darte cuenta de que aún sigue ahí, intacto, esperándote. ¿Voy a seguir jugando regularmente? Al primero seguro que no, pero el fin de semana instalé The Sims 2 en Steam Deck y creo que por varias semanas se quedará ahí para entretenerme a diario mientras tarareo el jingle tan icónico del modo construcción.
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