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» Diario Cordoba
Fecha: 03/02/2025 12:48
Un joven que ha sido juzgado este lunes en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba, después de que una amiga suya muriera arrollada el 26 de febrero de 2020 por un tren AVE, cerca de la barriada de Electromecánicas, cuando ambos estaban en las vías, ha negado tener responsabilidad en el fallecimiento de esta chica, ya que ha asegurado que "no vi el tren, ni lo escuché, porque si no la hubiera quitado de allí porque ella ya se había intentado suicidar tres veces". En la jornada de este lunes se ha celebrado la primera sesión de este juicio con jurado, en el que este joven se enfrenta a doce años de cárcel, solicitados por el Ministerio Fiscal, por un delito de comisión por omisión, mientras que la acusación particular reclama 25 años de cárcel, al imputarle un delito de asesinato con la agravante de abuso de confianza, a la vez que la defensa ha pedido la libre absolución para su representado. El joven encausado ha relatado que conocía a la joven que murió atropellada "desde chicos" y que "éramos como hermanos". Ha asegurado que ese día él primero iba a ir al cine con otra persona, pero finalmente quedó con la chica fallecida y otra amiga y que también estaba el novio de la difunta. El enjuiciado ha expuesto que por el camino se enteró de que su amiga que falleció atropellada quería ir a hacerse fotos en las vías junto a una casa abandonada, en la que había un agujero para acceder a dichas vías. Ha contado que esta chica le pidió su chaqueta y lo abrazó, algo que pensó él que era porque ella necesitaba cariño, ya que le vio mala cara y preocupada, pues había sufrido bullying y tenía mala relación con sus padres, a la vez que ha manifestado que no vio ni oyó el tren, pero que sí recordaba estar abrazados, un grito, que su amiga lo empujó y que lo siguiente que recuerda era estar el hospital. Representantes del Ministerio Fiscal y acusación particular. / MANUEL MURILLO Descripción de los hechos Sobre este aspecto, la Fiscalía defiende que después de las fotos, "sin que ninguno de los dos tuviera el firme propósito de poner fin a sus vidas", al ver que se acercaba un tren, cubrieron sus cabezas con la cazadora del chico y se quedaron agazapados sobre la vía del tren. "Asumieron una misma situación de peligro arriesgando sus vidas, colocándose juntos justo en medio de la vía de alta velocidad", describe el ministerio público. La Fiscalía añade que "el tren acababa de salir de la estación de Córdoba y había recorrido poco más de dos kilómetros. El maquinista observó a unos 400 metros que ambos jóvenes, "formando un bulto", se colocaron en el interior de la caja de la vía, por lo que accionó inmediatamente el freno y las bocinas. El tren llevaba una velocidad de 119 kilómetros por hora, por lo que, pese a accionar el freno, continuó su camino. Justo antes de llegar adonde estaban los jóvenes, el acusado se descubrió la cara, miró al tren y saltó a un lado, salvando su vida y abandonando a su suerte a la víctima". Conductas autolesivas El joven que está siendo juzgado por la Audiencia ha declarado que su amiga que murió atropellada le mandó en alguna ocasión fotos con rajas en las manos, pero que su familia de la joven no lo sabía y que ella le contaba que estaba mal, así como que también había tomado alguna vez pastillas, aunque ha admitido que no le consta que sí recibió asistencia médica en algún momento por alguna de estas conductas. Por otro lado, el procesado ha negado, a preguntas de las acusaciones, haber comprado tarjetas telefónicas con ayuda de su amiga fallecida para luego revenderlas, y tampoco ha admitido sentir algo más que amistad por la joven y no ser correspondido, como argumentan la Fiscalía y la acusación particular. Acerca de si él había tenido alguna vez intención de suicidarse, como recoge el escrito del Ministerio Fiscal, el encausado ha negado este extremo y ha vuelto a insistir en que "si hubiera escuchado el tren y no me da tiempo a saltar, yo la hubiera quitado (en referencia a la fallecida) antes que a mí porque siempre la he estado cuidando". El abogado defensor de este joven ha precisado que, como consecuencia de las heridas que sufrió el día del atropello, el encartado, que ya padecía de antes una discapacidad auditiva del 33%, perdió un riñón y sufrió un derrame cerebral, que provocó que estuviera cuatro meses ingresado en el hospital. El abogado defensor y el acusado en el juicio. / MANUEL MURILLO Declaraciones de una amiga de la víctima Por su parte, la amiga que estuvo con el joven juzgado y la víctima en la jornada del atropello ha declarado en el juicio que ese día ella quedó primero con su amiga y que luego vino el procesado, rechazado esta testigo que ella supiera que iban a ir a la casa abandonada, aunque en alguna ocasión su amiga le había hecho referencia a este lugar. Según esta joven, el acusado dijo de ir a hacer fotos a esa casa abandonada, algo que le pareció bien a su amiga y que ella los acompañó, negando la testigo que el novio de la fallecida en el atropello también estuviera allí con ellos, como había asegurado anteriormente el enjuiciado. Esta testigo ha asegurado que se hizo fotos con su amiga y que luego perdió de vista al procesado y a su amiga porque ella se quedó en un poyete fuera de la casa, después de que el encartado quitó una tabla que tapaba un agujero que había en un muro sobre el que había una valla metálica y por el que se podía acceder a las vías del tren. "Él entró primero y vio que estaban las vías del tren y mi amiga se fue detrás de él. Este le dijo a mi amiga que se fuera con él, pero yo creo que ella no sabía que iba a las vías. Ella no sabía qué hacer y al final entró. Yo no los veía desde donde estaba. Escuché el tren llegar, pero no lo vi, una vez que pasó fue visto y no visto. Le grité que se viniera, me quedé blanca, me puse a llorar y empecé a buscar a mi madre", ha relatado esta joven. Esta testigo no recuerda del todo bien si su amiga le había dicho alguna vez que el joven juzgado estaba enamorado de su amiga o no, aunque así aparezca en conversaciones telefónicas y también ha añadido, a las preguntas de si su amiga podía haber mostrado alguna conducta autolesiva, que alguna vez le vio arañazos, pero que ella la apoyaba para que no hiciera nada malo. Otro momento del juicio. / MANUEL MURILLO El maquinista del tren Por su parte, el maquinista que conducía el tren en la jornada del atropello ha declarado que cuando apenas acaba de salir de la estación con un tren AVE vio un bulto a mano derecha y que, al principio él no podía divisar que fueran personas, pero pensó que era alguien que quería suicidarse cuando vio que el bulto se movía y que iba hacia las vías, momento en el que activó el freno y el silbato, recalcando este operario que el freno y el silbato "se oye bastante". El maquinista ha remarcado en que cuando se aproximaba, el bulto se puso en medio de la vía y que aquello no se movía, pero que cuando iba llegando salió una cara del bulto, pero muy rápido salió disparado para el lado izquierdo y ya supe que había dos personas, que él presuponía que estaban en cuclillas agachadas por la altura del bulto, que una de esas personas miró debajo de una ropa que estaba por encima de él y que al ver el tren llegar se asustaría y salió corriendo hacia el lado izquierdo. "Yo no creo que nadie le empujara, sino que salió por pánico", ha expresado. Este trabajador ha añadido que entre que activó la bocina y pasó el suceso no tardó menos de un minuto, porque había poca distancia y el tren iba a una velocidad considerable, que no pudo ver piernas, solo una cara nada más y que salió. "Yo no pude ver la posición de la otra persona y tampoco vi si había más personas, yo sabía que había arrollado a alguien", ha señalado. El maquinista ha precisado que "si le doy, que iba a 80 kilómetros, no creo que pudiera saltar la valla, no me explico como pudo él salvarse". Suscríbete para seguir leyendo
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