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Rio Negro » Catriel 25 Noticias
Fecha: 03/02/2025 04:00
La crisis económica que atraviesa Argentina ha dejado un impacto significativo en la mesa de los ciudadanos. Por primera vez en la historia, el consumo de carne ha tocado niveles históricos donde el pollo ha sobrepasado a la vaca en las preferencias alimenticias. Esta tendencia refleja no sólo un cambio en los hábitos de consumo, sino también un problema económico más amplio que ha afectado a la industria cárnica por su raíz. Durante el año 2024, los argentinos enfrentaron una recesión profunda que obligó a la población a ajustar su alimentación, optando por productos más económicos. Como resultado, la demanda de carne de vaca quedó por debajo de las expectativas, cayendo a un mínimo que no veía desde hace 28 años. De acuerdo con la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), el consumo promedio fue de 48,5 kilos por persona, mientras que el pollo alcanzó los 49,3 kilos. Este fenómeno refleja una situación contraria a la acontecida entre las décadas de 1950 y 1980, cuando el consumo de carne de vaca llegó a cargar 84 kilos por habitante, posicionando a Argentina como uno de los mayores consumidores de carne a nivel mundial. A pesar de la baja actual en el consumo de carne de vaca, si se considera la ingesta total de carne vacuna, aviar y porcina, Argentina no ha perdido su puesto entre los grandes consumidores, situándose segunda después de Estados Unidos con 115 kilos per cápita, según informes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). La caída en el consumo y el cambio en la demanda han tenido múltiples efectos en el sector productivo argentino. Los frigoríficos se han visto obligados a subir los precios entre un 5% y un 7% como maniobra para equilibrar la reducción en la oferta de hacienda en el mercado. En el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG), la escasez de ganado ha forzado un aumento del 7% en los costos que se transmiten directamente a los consumidores en las carnicerías. El gremio de los carniceros señala una preocupación creciente por estas dinámicas de mercado que influyen no solo en los márgenes de ganancia, sino también en la accesibilidad a la carne, un alimento tan emblemático en la dieta argentina. Según declararon, «cada vez es mucho más complicado comprar», reflejando una incertidumbre que concierne tanto a profesionales del sector como a los consumidores. Si bien el consumo de carne sigue siendo un pilar en la cultura gastronómica del país, estos cambios en el mercado reflejan un llamado urgente a reevaluar las políticas agroalimentarias y económicas que afectan a uno de los sectores más tradicionales en la Argentina.
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