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» Diario Cordoba
Fecha: 03/02/2025 00:17
La selección danesa agigantó su leyenda y conquistó su cuarta corona universal consecutiva, una cifra nunca alcanzada por nadie, tras imponerse este domingo por 26-32 a Croacia en la final del Mundial de Croacia, Dinamarca y Noruega. Un triunfo que no por esperado, dada la superioridad del conjunto nórdico, tiene menos mérito y que encumbra definitivamente a una generación, liderada por el lateral Mathias Gidsel y el portero Emil Nielsen, dispuesta a dominar con puño de hierro este deporte durante muchos años. Un punto de sobreexcitación Consciente de que su única posibilidad de lograr la victoria pasaba por llevar el encuentro a un duelo en el que las emociones pesasen más que lo estrictamente balonmanístico, el conjunto croata, tal y como ya ocurrió ante Francia en las semifinales, arrancó la contienda con un punto de sobreexcitación. Pero el Unity Arena de Oslo no es el Arena de Zagreb, ni los colegiados españoles Ignacio García Serradilla y Andreu Marín Lorente no son los alemanes Schulze y Toennies, que permitieron que la semifinal entre croatas y franceses se convirtiera, por momentos, en una batalla campal. Tal y como demostraron los cinco exclusiones, tres por el bando croata y dos por el danés, y la tarjeta roja directa que vio el croata Marko Mamic, que los árbitros españoles mostraron en el primer tiempo. Rigor arbitral que permitió centrar el foco exclusivamente en lo balonmanístico, una materia en la que a día de Dinamarca se encuentra varios escalones no sólo ya sobre Croacia, sino sobre cualquier rival. Una diferencia de calidad que personifica como nadie el lateral Mathias Gidsel, sin lugar a dudas el mejor jugador del mundo, poseedor de un catálogo de recursos inagotables. Nielsen, el muro de Dinamarca Poco importó que Gidsel, centrado en el arranque de partido en hacer jugar a sus compañeros, tardase casi trece minutos en firmar su primer gol, ya que una vez abierta la cuenta el jugador danés, que cerró la contienda con diez dianas, erró un solo lanzamiento.Pero Dinamarca no sólo puede presumir de contar con el mejor jugador del mundo, sino también el mejor guardameta, el barcelonista Emil Nielsen, que a los seis minutos contabilizaba un espectacular 75 por ciento de paradas. Intervenciones que permitieron a los nórdicos situarse rápidamente con una renta de tres goles en el marcador (3-6), que obligaba a Croacia a protagonizar una gesta su quería arrebatar el oro a los daneses. Pero si un equipo ha mostrado en el este Mundial una fe inquebrantable en sus posibilidades ese es, sin ninguna duda, y liderado por un excepcional Ivan Martinovic, autor de seis tantos, redujo su desventaja a tan sólo un tanto 7-8. Reacción con la que se encargó de acabar Emil Nielsen con dos paradas a lanzamientos del pivote Marin Sipic y Martinovic, que parecieron poner definitivamente en marcha al 'rodillo' danés, que al llegar al descanso ya contaba con una renta de cuatro goles (12-16) en el marcador. ¿La mejor selección de todos los tiempos? Un anticipo de lo que ocurrió en el arranque de la segunda mitad en el que los de Nikolaj Jakobsen sentenciaron definitivamente la final con un parcial de 2-6 que situó a Dinamarca, que no ha perdido ni un sólo partido en los cuatro últimos campeonatos del mundo, con una diferencia de ocho tantos (14-22). Resultado que llevó a Croacia a arriesgar el todo por el todo con un ataque con siete jugadores de campo que no pudo salir peor a los pupilos del islandés Dagur Sigurdsson, que vieron crecer todavía más su desventaja (14-24). Un marcador con el que Dinamarca pareció poner punto y final al partido lo que permitió a los croatas maquillar el marcador al que puso fin el central Domagoj Duvnjak, que su último partido como internacional firmó el definitivo 26-32, que coronó a Dinamarca como la mejor selección de todos los tiempos.
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