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» La Capital
Fecha: 02/02/2025 18:42
Fueron arrollados en la esquina de Ovidio Lagos y Jorge Cura hace casi 30 años. En el lugar no hay nada que recuerde el caso El crimen de la madre y sus hijos contado en La Capital al día siguiente. En la esquina de Ovidio Lagos y Jorge Cura no hay nada que recuerde lo que allí ocurrió el 28 de septiembre de 1995. Ese día, a las siete de la tarde, en ese lugar de la zona sur un auto arrolló y mató a una madre y sus dos pequeños hijos y dejó malherida a otra mujer. Quien manejaba tenía 16 años e iba acompañado por otro menor. Al momento del impacto, el Dodge 1500 en el que circulaban corría a más de 80 kilómetros por hora. El chico había tomado el auto del padre sin que este lo supiera y volvía alocadamente a la casa para que su aventura no fuera descubierta, pero algo le hizo perder el control del volante y a esa velocidad el vehículo se volvió incontrolable. Los resultados de su conducta fueron catastróficos para una familia entera. Esa tarde, cuando la gente comenzó a agolparse en torno a los cuerpos desgarrados de Teresa Giantenasio y sus hijos Gustavo (seis años) y Pablo (tres), la escena era devastadora. Algunos vecinos quisieron linchar al conductor del auto y sólo la llegada a tiempo de la policía impidió que lo hicieran. Como el caso del túnel Arturo Illia Aquel episodio, como el que ocurrió el 21 de enero a la salida del túnel Presidente Arturo Illia, alentó una ola de indignación entre los rosarinos. Después hubo otros crímenes viales en la ciudad. Algunos quedaron grabados a fuego en la memoria de los rosarinos, que recuerdan tanto a los causantes como a las víctimas. Las muertes de Teresa y sus pequeños, en cambio, cayó muy rápido en el olvido, quizás porque todavía no había teléfonos inteligentes ni redes sociales, herramientas que hoy le dan masividad a los pedidos de Justicia y permiten a la gente canalizar, muchas veces de forma errónea, el enojo con los asesinos del volante. >> Leer más: Confirmaron que el auto prendido fuego era el buscado como móvil de balaceras Teresa tendría hoy unos 74 años. Gustavo andaría por los 35 y Pablo por los 32. En la esquina donde fueron arrollados por la locura de un conductor debería haber algo que les recuerde a los rosarinos la forma en que murieron, víctimas de un triple crimen vial. Se merecen al menos eso.
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