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» La Capital
Fecha: 31/01/2025 00:26
Aceptó 5 años y 2 meses de pena en un juicio abreviado. La banda sustraía en Rosario aparatos de dos toneladas y valuados en más de 20 mil dólares para reducir el cobre Un empleado de una cooperativa eléctrica que prestaba servicios de mantenimiento para la Empresa Provincial de la Energía (EPE) fue condenado como el cerebro y conductor de una asociación ilícita dedicada al robo de costosos transformadores valuados entre 20 mil y 50 mil dólares para reducir metal no ferroso. Leandro Andrés Romero, de 28 años, aceptó 5 años y 2 meses de condena en un juicio abreviado en carácter de jefe de una banda y por haber participado además en cuatro de las sustracciones. La pena se fijó en una audiencia ante juez Mariano Aliau en el Centro de Justicia Penal. El fiscal Cesar Pierantoni y la defensa del acusado acordaron la condena que lo declara jefe y organizador de una asociación ilícita, coautor de dos hechos de robo calificado por ser en poblado y en banda —uno consumado, otro en tentativa—, además de otros dos robos que entorpecieron el normal funcionamiento del servicio de electricidad , lo que también encuadra como delito. Si bien al momento de los robos los aparatos estaban desconectados, su activación depende de la mayor o menor demanda de energía de la población. En un caso, dejaron sin luz el barrio Hospitales. En el acuerdo abreviado se considera a Romero conductor de una organización integrada además por los acusados Joel Andrés E., de 34 años, y Kevin Pablo A., de 28 —ambos imputados en el caso—, junto a otras personas que operaron al menos entre noviembre de 2023 a mayo de 2024. Otros tres hombres habían sido imputados previamente. El grupo se dedicaba a “planificar y cometer una pluralidad de delitos de manera organizada” para hacerse de los costos transformadores y el cobre que obtenían de esos aparatos. Romero, según la pesquisa, aprovechaba la información que manejaba como miembro de una cooperativa que prestaba servicios de mantenimiento para la EPE. Para cometer los hechos uno de los miembros de la banda se hacía pasar por empleado para contratar los servicios de empresas de grúas que se llevaban los aparatos con un peso de alrededor de dos toneladas sin saber que estaban participando de robos. Cambio de rumbo sospechoso A la banda se le atribuyó la planificación de cinco hechos, algunos frustrados. El primero fue la sustracción de un transformador marca Fohama 630KVA ubicado en la esquina de Virasoro y Río de Janeiro sustraído el 30 de noviembre de 2023. El aparato había sido adquirido por la empresa Pecam en el marco de un obra de mejoramiento barrial del Servicio Público de la Vivienda y luego cedido a la EPE, con un valor aproximado de 20.300 dólares. Según el fallo, a cargo de la planificación estuvieron Romero y Joel E., que debieron contratar una grúa, quitar los bulones que sujetaban a una estructura el aparato de unos tres metros de altura y utilizar la energía artificial de la hidrogrúa para poder desmontarlo. El grupo llegó a las 7 de la mañana en una camioneta Saveiro con una escalera, fajas para izar el aparato y documentación con membretes de la EPE donde constaba el supuesto permiso para retirarlo. >>Leer más: Un hombre fue detenido por robar costosos transformadores a la EPE para quedarse con el cobre Sobre la marcha, los ladrones cambiaron dos veces el destino al que el chofer debía llevar la estructura. Primero le indicaron que fuera a un lugar en la calle Ovidio Lagos y luego a un depósito de barrio Acindar. Cuando iban por Avellaneda a la altura del 4800, Joel E. le ordenó frenar de pronto al chofer al advertir un corte de tránsito y le dijo que entrara con el camión a una chatarrería. Esta situación le provocó temor al conductor y despertó sus sospechas, por lo que radicó una denuncia, Barrio Hospitales sin luz El siguiente episodio fue el 20 de febrero de 2024: el robo de un transformador Leninteg cuyo peso oscila en 2.000 kilos que había sido colocado por una empresa contratista para un predio de la EPE en Sarmiento al 3000. Junto a Joel E. y Kevin A., según el fallo, Romero llegó a las 6.20 a ese lugar en su Renault Clio para desmontar el transformador como en el caso anterior. “Para lograrlo Joel E. se hizo pasar por trabajador de la EPE. Esta vez usando un apodo, llamó a una empresa de montajes y traslados con hidrogrúas donde lo conocían”. Al chofer le dijeron que el transformador estaba quemado y le mostraron una supuesta orden de retiro con el membrete de la EPE. El destino final fue un depósito de Avellaneda al 4800. El hecho entorpeció el normal funcionamiento del servicio de electricidad, lo que afectó en este caso a una empresa de montaje, al Hospital Italiano, al Hospital Español, los usuarios del barrio y a una empresa de transporte. El 27 de marzo de ese año fue sustraído otro aparato, un Inelpa 315 KVA/33KV valuado en 52 mil dólares que estaba en una estructura de montaje de la EPE en Tomás de la Torre y Los Gladiolos de la ciudad de Funes. Con la misma mecánica que en los casos anteriores lograron desmontar el artefacto y trasladarlo con una grúa hasta el depósito de barrio Acindar, donde le indicaron al conductor que lo dejara dentro de un volquete. Un hecho que afectó el servicio de energía en distintas zonas de Rosario y Funes. Dos transformadores salvados El cuarto episodio no llegó a consumarse. En febrero de 2024 la banda había empezado a trabajar en el robo de un transformador ubicado en Chubut y Guatemala, en barrio Belgrado, pero la investigación en curso obturó el resultado. El aparato fue retirado por la EPE para evitar la sustracción y además se dispuso custodia en la zona, lo que impidió el robo. Algo similar sucedió el 2 de mayo de 2024 cuando se abortó el robo de un transformador Faraday 4445 de la EPE ubicado en Cepeda al 400 de Rosario. Los ladrones se llevaron la estructura pero efectivos policiales realizaron un seguimiento de la grúa que la montaba hasta un depósito de la calle Echeverría al 200 de Pérez, donde iba a ser reducida. Allí fueron apresados tres de los acusados. Luego se comprobó que en el predio funcionaba un local con su habilitación municipal vencida como “depósito de metales no ferrosos” y que en el interior había lingotes de aluminio y 2 morteros de fundición. En la logística del grupo, según la condena, Romero fue la persona encargada de organizar los hechos y definir cuáles eran los transformadores aptos para sustraer. Un denominador común en todos los casos es que ninguno estaba conectado al momento de la sustracción, dato que según la pesquisa estaba en manos del acusado por su trabajo en la cooperativa de mantenimiento. Además de planear los hechos tuvo a su cargo coordinar el pago del transporte de la grúa y el destino final de los transformadores. También aportó elementos “como las escaleras, necesarias porque todos los transformadores estaban suspendidos a una altura mínima de dos metros” y el dinero para pagarles a los choferes de la grúa. “Por todas estas circunstancias, es considerado jefe y organizador de la asociación ilícita”, apunta el fallo.
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