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  • El clima agrava la inseguridad alimentaria en América Latina

    Parana » AIM Digital

    Fecha: 30/01/2025 04:40

    Tres de cada cuatro países en América Latina y el Caribe tienen una alta exposición a eventos climáticos extremos, lo que afecta su seguridad alimentaria, indicó un informe de agencias de las Naciones Unidas divulgado este lunes 27. Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), afirmó que “la variabilidad del clima y los eventos extremos son una amenaza para la estabilidad de la seguridad alimentaria y la nutrición”. Destacó de seguidas la necesidad de “políticas y acciones para fortalecer los sistemas agroalimentarios. Esa resiliencia permite anticipar, prevenir, absorber, adaptar y transformar, de manera positiva, eficiente y eficaz frente a diversos riesgos, incluyendo los desafíos asociados al cambio climático y los eventos extremos”. Eventos como sequías, inundaciones y tormentas reducen la productividad agrícola, alteran las cadenas de suministro de alimentos, aumentan los precios y afectan los entornos alimentarios, poniendo en riesgo los logros alcanzados en la reducción del hambre y la malnutrición en la región, expuso el informe. El informe, “Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2024”, presentado en esta capital chilena, señala que América Latina y el Caribe se ubica como la segunda región del mundo más expuesta a eventos climáticos extremos, después de Asia. Al menos 20 países (74 por ciento de los analizados en la región) enfrentan una alta frecuencia de tales eventos, y 14 (52 por ciento) se consideran vulnerables, por tener una mayor probabilidad de impacto en la subalimentación debido a esos fenómenos. El impacto de los extremos climáticos se ve exacerbado aún más por los persistentes desafíos estructurales: conflictos, desaceleraciones económicas y crisis, así como por factores subyacentes como los altos niveles de desigualdad, la falta de acceso a dietas saludables y su inasequibilidad, y entornos alimentarios poco saludables. Según el informe, entre 2019 y 2023, la prevalencia de la subalimentación aumentó 1,5 puntos porcentuales en todos los países afectados por la variabilidad climática y los extremos. La situación es peor en aquellos países que experimentan recesiones económicas. Las poblaciones más vulnerables se ven afectadas de manera desproporcionada, porque tienen menos recursos para adaptarse. El informe destaca la necesidad urgente de acciones para desarrollar la resiliencia dentro de los sistemas agroalimentarios, que son críticos para el progreso de la región hacia la eliminación del hambre y la malnutrición en todas sus formas. Y la sostenibilidad a largo plazo de los sistemas agroalimentarios debe ser garantizada. El hambre afectó a 41 millones de personas en la región durante 2023. Eso representa una disminución de 2,9 millones de personas respecto a 2022 y de 4,3 millones de personas respecto a 2021. Sin embargo, a pesar de los avances regionales, existen disparidades entre subregiones. La prevalencia del hambre ha ido en aumento durante los últimos dos años en el Caribe, alcanzando 17,2 por ciento, mientras que se ha mantenido relativamente sin cambios en Mesoamérica, en 5,8 por ciento. En cuanto a la inseguridad alimentaria moderada o grave, la región también demostró avances por segundo año consecutivo, cayendo bajo el promedio mundial por primera vez en 10 años. En total, 187,6 millones de personas en la región experimentaron inseguridad alimentaria, 19,7 millones menos que en 2022 y 37,3 millones menos que en 2021. Esta reducción se explica por la recuperación económica de varios países de América del Sur debido a programas de protección social, esfuerzos económicos postpandemia y políticas específicas destinadas a mejorar el acceso a los alimentos. El informe refleja también que la inseguridad alimentaria afecta de manera más pronunciada a determinados grupos de población, como las comunidades rurales y las mujeres. La brecha de género en América Latina y el Caribe sigue siendo más elevada que el promedio global. En cuanto a la malnutrición, el reporte informa que el retraso en el crecimiento afectó a 22,3 por ciento de los niños menores de 5 años en el mundo en 2022. En América Latina y el Caribe, la prevalencia se estimó en 11,5 por ciento, significativamente por debajo del promedio mundial, pero el progreso se ha desacelerado en los últimos años. En América Latina y el Caribe, “uno de cada 10 niños y niñas menores de cinco años vive con desnutrición crónica”, advirtió Karin Hulshof, directora regional de inteligencia artificial de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia). Subrayó que “la desnutrición y el sobrepeso coexisten en la región, exacerbados por la alta exposición y vulnerabilidad climática en las comunidades más vulnerables. Esta doble carga amenaza diariamente el desarrollo pleno de la infancia”. En 2022, en el mundo 5,6 por ciento de los niños menores de cinco años estaban afectados por sobrepeso, mientras que en América Latina y el Caribe la prevalencia alcanzó 8,6 por ciento, tras aumentar 1,2 puntos porcentuales entre 2012 y 2022, con América del Sur impulsando en gran medida el aumento. El informe también identifica la falta de acceso económico a dietas saludables como una cuestión crítica. En 2022, en la región 182,9 millones de personas no podían permitirse acceder a ellas, aunque se trató de una mejora de 2,4 puntos porcentuales en comparación con 2021. “El sobrepeso y la obesidad son un creciente desafío en la región y un factor de riesgo clave para las enfermedades no transmisibles. Una dieta saludable es la base para la salud, el bienestar, el crecimiento óptimo y el desarrollo”, recordó Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Fuente: Agencia IPS

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