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  • Cómo planificar vacaciones familiares exitosas con hijos adolescentes

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 26/01/2025 00:38

    En vacaciones, los jóvenes quieren sentirse independientes, y tomar decisiones por sí mismos, lo que incluye elegir cómo y con quién pasar su tiempo (Imagen Ilustrativa Infobae) Llega el verano y, con él, la oportunidad de disfrutar del tan esperado descanso familiar. Sin embargo, para muchos padres, esta época trae un desafío adicional: lidiar con la noticia de que sus hijos adolescentes prefieren quedarse en casa o hacer aviones con amigos en lugar de unirse a las vacaciones familiares. Aunque este planteo puede resultar difícil de aceptar, los especialistas coinciden en que es una etapa natural del crecimiento, vinculada al deseo de independencia y la búsqueda de autonomía. “Tarde o temprano llega el temido: “Mamá, papá: este año no quiero ir de vacaciones con ustedes”. Y aunque duela escucharlo, es completamente normal”, señaló a Infobae Florencia Alfie, licenciada en Psicología egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA). “Forma parte del crecimiento y desarrollo de nuestros hijos, no debemos tomarlo como personal”, agregó la experta. Por otra parte, Agustín Orozco, licenciado en Psicología del Servicio de Psiquiatría de Fleni, indicó a Infobae que es esperable que en las etapas de la adolescencia más cercanas a los 17, 18, 19 años “haya planteos relacionados con las vacaciones familiares queriendo, en la mayoría de los casos, comenzar a tener experiencias con grupos de pares o pivotear entre tener vacaciones familiares y también con amigos”. Y completó: “Quizás no es tan esperable si el motivo pasa por temas de aislamiento, exposición social o conflictos familiares. Ahí es importante indagar si lo que subyace es otra cosa que no corresponde solamente a querer vacacionar con amigos”. Las vacaciones consolidan los vínculos familiares más allá de las diferencias generacionales (Imagen Ilustrativa Infobae) Los expertos subrayan que el problema suele surgir porque hay una discrepancia sobre el concepto del ocio entre padres e hijos. Mientras que los primeros buscan descansar, los chicos suelen precisan acción y “adrenalina”. “Los padres buscan disfrutar de actividades más relajadas, como leer o dormir, mientras que los adolescentes, experiencias más dinámicas y emocionantes, como deportes o salir con amigos. Para ellos socializar y estar entre pares puede ser una prioridad mayor que las actividades familiares”, describió Alfie. Y completó: “Durante la adolescencia los jóvenes empiezan a mostrar su deseo de independencia y autonomía, lo que se traduce en querer pasar menos tiempo con la familia. Sabemos que en este momento evolutivo, el grupo de pares es vital, por eso no es de extrañar que un adolescente prefiera quedarse en donde están sus amigos, para no perderse nada (en sus propias palabras: “me da FOMO”), aun cuando esta decisión implique renunciar a un plan familiar o destino atractivo”, explicó Alfie. Y destacó: “Tenemos que tener presente que sus prioridades e intereses siempre están donde sus amigos estén”. Padres e hijos enfrentan discrepancias sobre el concepto de ocio. Lo ideal es buscar un balance en el tiempo compartido durante las vacaciones (Imagen Ilustrativa Infobae) La sigla FOMO proviene de la expresión en inglés Fear of Missing Out (“temor a perderse algo”). Este miedo a “quedarse afuera” puede estar relacionado con salidas o eventos sociales y relaciones. A medida que los adolescentes crecen, sus gustos, intereses y pasatiempos suelen diferir de los de la familia, lo que puede llevarlos a una desconexión con las actividades planteadas por sus padres, las cuales les resultan menos atractivas. “La adolescencia viene acompañada de cambios hormonales y emocionales. Esto puede hacer que los adolescentes se sientan más cómodos en entornos donde pueden expresarse con otros a quienes les pasan las mismas cosas, y sin la supervisión parental", manifestó Alfie. “Los jóvenes quieren sentirse independientes, y tomar decisiones por sí mismos, lo que incluye elegir cómo y con quién pasar su tiempo, ¿y qué mejor época para experimentar esto que el verano?”, se preguntó la psicóloga. Los adolescentes suelen estar pendientes del celular, porque tienen miedo a “quedarse afuera” de salidas (Imagen Ilustrativa Infobae) Por su parte, el licenciado Orozco explicó que el término “adolescencia” proviene del latín “adolescere”, que significa “crecer” o “desarrollarse”. “Esta transición entre la niñez y la adultez está marcada por cambios biológicos, psicológicos y sociales dentro del marco cultural único de cada persona. Es pertinente aclarar que en estas transiciones hay subtransiciones, no es lo mismo un adolescente de 14 años que otro de 18 años. Sus intereses, deseos, conflictos son diferentes y se retroalimentan con la dinámica familiar y social donde se desarrolle”. El psicólogo destacó que “los cambios en la adolescencia son rápidos, veloces y a veces desconcertantes, sus ritmos son distintos al adulto. Sus cerebros y mentes cambian, también sus cuerpos y la mirada sobre él. A veces, los adolescentes pueden ser ‘osos’ invernando y vampiros nocturnos, siempre con la energía dirigida hacia lo que les gusta y una cansina, lenta y letárgica acción hacia los pedidos cotidianos”. Y añadió: “Es muy frecuente escuchar de los papás que ‘hace dos años era tan colaborador y ahora termina de cenar y se va al cuarto’, entre tantos y muchos más ejemplos. En tiempos de nativos digitales, la adolescencia actual está condicionada por las pantallas y redes sociales, las cuales estimulan, comunican y ayudan, pero también generan dudas, conflictos y hasta acoso”, advirtió el psicólogo. Rutinas e intereses distintos a los de los padres La transición hacia la independencia se refleja en el rechazo de algunos adolescentes a las vacaciones familiares (Imagen Ilustrativa Infobae) Los adolescentes suelen tener ritmos y hábitos diferentes a los de sus padres. La licenciada Alfie dijo que comprender esto es clave para planificar unas vacaciones familiares exitosas, “buscando el equilibrio entre el disfrutar del tiempo juntos, como así también del espacio personal, privado, íntimo, que cada uno necesita”. También es común en vacaciones que los horarios de los hijos y sus padres no resulten compatibles. “Los adolescentes tienden a ser noctámbulos: prefieren quedarse despiertos hasta altas horas de la noche y dormir toda la mañana o incluso hasta pasado el mediodía, lo que puede chocar e interferir con los planes diurnos de los padres”, explicó Alfie. Y añadió: “Recordemos que por la noche, mientras la casa duerme, es cuando los adolescentes encuentran mayor intimidad, silencio y privacidad, por eso salen de sus ‘cuevas- bunkers’ o habitación, y ganan metros cuadrados”. Los adolescentes tienden a ser noctámbulos: prefieren quedarse despiertos hasta altas horas de la noche jugando (Imagen ilustrativa Infobae) Según los expertos, la noche se pone al servicio de largas horas en el chat con amigos, partidas de Play Station, o maratón de series-películas, o playlist musicales. “No olvidemos que esto está también determinado por lo biológico”, dijo Alfie. “Durante la adolescencia, los ritmos circadianos están alterados, y la melatonina, (hormona fundamental para la inducción del sueño), es segregada dos horas más tarde que en los adultos, lo que determina que se acuesten más tarde en la noche y se levanten más tarde al día siguiente", comentó. Y sumó: “Los adolescentes suelen estar conectados 24/7 a sus dispositivos móviles y redes sociales, incluso en vacaciones, mientras que los padres pueden preferir desconectarse para descansar y disfrutar del momento”. Hay estudios que han concluido que, en todas partes del mundo, los adolescentes duermen hasta una hora menos que hace un siglo. El término "vamping" describe la actividad nocturna prolongada de los adolescentes frente a las pantallas digitales (Imagen Ilustrativa Infobae) Existen varias causas, pero una nueva razón que contribuye a esta tendencia es tecnológica. Se trata del vamping. La licenciada Alfie explicó que este término proviene del inglés vampire (vampiro) y texting (envío de mensajes) y se refiere a la práctica de quedarse despierto hasta altas horas de la noche utilizando dispositivos electrónicos (celulares, tablets, computadora, play station). “Es una escena repetida en muchas familias, más aún en época de vacaciones. Los adolescentes socializan en redes. Gran parte de su vida social e interacción con pares sucede en el mundo virtual”, destacó la psicóloga. Y añadió: “Esta actividad de sobreexposición a pantallas trae como consecuencia un mal descanso, y esto impacta directamente en los adolescentes, quienes durante el día muestran mayor irritabilidad, fatiga, desconcentración y, en época de clases, bajas en su rendimiento académico”. Cómo planificar las vacaciones en familia y sin conflictos La planificación de vacaciones exitosas en familia con hijos adolescentes requiere negociación y flexibilidad (Imagen Ilustrativa Infobae) Los problemas y complicaciones que pueden surgir al planificar el descanso veraniego en familia se pueden prevenir gestionando con antelación ese tiempo libre. El licenciado Orozco afirmó: “Las vacaciones familiares son un momento único y especial, no importa tanto los lugares, sino la mayor consolidación de nuestros lazos familiares en distintas etapas de nuestras vidas. Con hijos adolescentes, está buenísimo que haya participación, nada mejor que una planificación conjunta, cada uno desde su lugar”. Destacó que lo ideal es que esa planificación no sea conflictiva: “Aprender a negociar el desacuerdo es lo mejor. Por ejemplo: los padres quieren ir a Mar Azul y los hijos adolescentes a Villa Gesell porque justo hay amigos allí. ¿Qué es mejor? Las vacaciones tienen que ser disfrutables para todos. No hay recetas, sí diálogo, respeto y empatía. Cuanto más de acuerdo estén, mejor será esa experiencia”, afirmó el psicólogo. Diálogo, respeto por los intereses e itinerarios flexibles son claves para fortalecer la conexión familiar en el descanso de verano (Imagen Ilustrativa Infobae) Por su parte, la licenciada Alfie dijo que “el énfasis debe estar puesto en lograr la máxima conexión y disfrute durante este tiempo tan ansiado y valioso". Para lograrlo, recomendó: Hablar abiertamente y de forma anticipada con el adolescente sobre sus deseos y preferencias. Escucharlo , e intentar incluir actividades que sean atractivas para él, integrando sus gustos e intereses. Tratar de comprender y empatizar con sus necesidades. Presentarle opciones de destinos y alternativas y permitirle elegir para aumentar su entusiasmo. “Cuando el plan incluye deportes extremos o de aventura, excursiones o tardes de compras, suelen entusiasmarse”, afirmó la psicóloga. Involucrarlo en la planificación. Los expertos destacan que las vacaciones son días para fortalecer los vínculos familiares y hay que aprovecharlos para vivirlos en plenitud(Imagen Ilustrativa Infobae) Armar un itinerario donde haya momentos de encuentro (cada uno puede proponer qué hacer un día determinado), así como también tiempo libre, donde cada uno haga lo que quiera. “Reconocer y respetar cuando los adolescentes necesitan ese tiempo a solas o quieran hacer algo distinto es clave para evitar tensiones, choques y conflictos”, comentó Alfie. “Lo mejor es no obligarlos, sino convencerlos a venir”, destacó. Invitar a un amigo a pasar unos días, “es siempre una buena estrategia”, señaló Alfie. Tener en cuenta que son días para fortalecer los vínculos familiares. “Se trata de atesorar charlas, paseos, risas y crear recuerdos positivos y anécdotas que nos acompañarán por el resto de nuestras vidas”, concluyó la psicóloga.

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