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» Comercio y Justicia
Fecha: 23/01/2025 09:23
Fernanda y Gabriela son dos madres que declararon este miércoles ante la Justicia tras casi perder a sus hijos en el Hospital Neonatal de Córdoba, por supuestas malas praxis por parte del personal médico. Una de ellas sufre de escoliosis avanzada. En sus testimonios, ubicaron claramente a la enfermera Brenda Agüero en el escenario mismo en que sus hijos pasaron de estar perfectamente sanos a descompensarse gravemente hasta casi perder la vida. María Fernanda Martín, mamá de Pilar, y Gabriela González, mamá de “I”, declararon este miércoles, previo a una jornada, la del jueves, que promete ser clave porque prestará declaración testimonial el ingeniero Francisco Luperi, quien con su denuncia judicial del 4 de julio del fatídico 2022 inició el proceso que hoy culminó en el juicio contra once personas, acusadas de matar a cinco bebés, atacar a otra decena y esconder el conocimiento público de los hechos. Luperi es esposo de una de las médicas que se desempeñaba en aquel momento en el Hospital Neonatal Ramón Carrillo, de Córdoba. Por un lado, Fernanda confesó que su hija recibió un pinchazo en la espalda, que le generó una lesión en forma de cicatriz que aún hoy tiene. La beba estuvo 16 días en terapia intensiva, se salvó de milagro y hoy en día padece de una escoliosis avanzada y se encuentra en rehabilitación, producto de aquel ataque que sufrió en el nosocomio donde vio la luz. Ante esta situación la madre describió: “Le pido a Dios que no la haga sufrir más. Estoy acá hablando por ella. No sé cómo va a quedar, casi mataron a mi hija, la inyectaron mal”. Asimismo, la madre declaró que no puede asegurar si fue Brenda Agüero quien inyectó a su bebé y lamentó no recordar bien lo que pasó. “No puedo asegurar que Brenda estaba en la sala de parto. En recuperación estuve una hora y media. Brenda me dijo dos veces que tenía que darle la teta”. Fernanda agregó que en aquel momento, Agüero le pareció una persona “simpática y amable”, en un momento de grave alarma en todo el equipo médico y de agentes de salud, que corrían, gritaban y trasladaban incubadoras ante el descubrimiento de que había bebés en gravísimo estado y eso sin motivo aparente, lo cual agregaba tensión al escenario por la estupefacción de los médicos. “Una mancha de sangre” Por otro lado, Gabriela explicó que su bebé nació el 26 de abril del 2022 y que en ese entonces Brenda Agüero le pidió a la beba, luego añadió: “Se la di, ella giró y me dio la espalda, caminó dos pasos y la beba pegó un grito fuerte, de llanto en serio, como cuando te pellizcan. Entonces, Brenda se acercó hasta su compañera y se la dio. La compañera le dijo ‘Ahhh, es con vos que lloran’”. Luego, agregó: “En el pantalón de abajo tenía una mancha de sangre. La sangre estaba fresca, mojada, y era del tamaño como de la boca de una taza, enorme”. Asimismo, comentó que se cruzó a Brenda Agüero en los pasillos, mientras su beba estaba internada. “Me preguntó cómo estaba mi bebé, yo le dije ‘ahí, mejorando’. Después me preguntó si me habían explicado qué le había pasado y yo le dije que no, que nadie me decía nada”, relató la madre. Por último, concluyó: “Cómo no iban a saber los médicos lo que tiene mi beba”. Tras el episodio, su hija estuvo 11 días internada en terapia intensiva.
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