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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 21/01/2025 09:24
El decreto, impulsado por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, liderado por Federico Sturzenegger, introduce cambios clave en el Código Alimentario Argentino (CAA). Entre las medidas destacadas, se eliminan los requisitos para registrar y autorizar muestras, productos, establecimientos, depósitos y utensilios para alimentos provenientes de países con altos estándares sanitarios, como Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y otros. Esto significa que productos certificados en estos mercados podrán ingresar al país sin restricciones adicionales, facilitando su incorporación directa al mercado argentino. Posibilidades de expansión Por el lado de las exportaciones, el decreto elimina "todas las mochilas regulatorias" que enfrentaban los productores locales. Según Sturzenegger, “el Estado deja de molestar para ponerse al servicio del productor”, limitándose a emitir los certificados requeridos por los países de destino. Esto busca mejorar la competitividad internacional de la industria alimenticia argentina, permitiendo que las empresas tengan un acceso más ágil y económico a los mercados extranjeros. Sin embargo, esta apertura también presenta desafíos importantes. La posibilidad de que ingresen al mercado interno alimentos importados, certificados en países como Australia, Canadá o Nueva Zelanda, podría generar competencia directa para los productores locales. Esto podría impactar especialmente a las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) agroindustriales de la región, que no cuenten con los mismos recursos para adaptarse rápidamente a un entorno más competitivo. Llamados de atención Es ocioso explicar el impacto que tiene la industria alimenticia en Gualeguay, donde empresas como Soychú desempeñan un rol central en la economía local. Este nuevo marco normativo representa una oportunidad de expansión internacional, pero también un llamado de atención. Si bien la desregulación promete facilitar las transacciones y reducir costos para los consumidores, la competencia con productos extranjeros podría generar presiones en el mercado interno, especialmente en el sector cárnico y avícola. En el Anexo III de la normativa se aclara cuáles son los mercados que por tratados de integración económica o acuerdos de reciprocidad podrán ingresar sus productos con menos controles. Entre ellos se encuentran Estados Unidos y la Unión Europea, dos de los principales productores avícolas del mundo. De dicho apartado se encuentra excluido Brasil, la gran amenaza para la industria avícola y porcina local por sus volúmenes de producción y su cercanía, entre otros factores. El decreto también establece que los exportadores solo deberán ajustarse a las normativas del país de destino, eliminando requisitos adicionales del Estado argentino, como la certificación previa de muestras o el cumplimiento de normativas locales no exigidas por los compradores internacionales. Esto permitirá reducir costos y tiempos administrativos, incentivando a las grandes empresas a aumentar su volumen de exportaciones y explorar nuevos mercados. No obstante, sectores productivos de Gualeguay adviertieron sobre la necesidad de monitorear el impacto de esta normativa en el empleo y en la capacidad de las industrias nacionales para competir en igualdad de condiciones con los alimentos importados. La desregulación del comercio exterior, que entrará en vigencia el 21 de enero de 2025, plantea un cambio de paradigma para la agroindustria argentina y, puede tener impacto particular en una ciudad como la nuestra donde el sector alimenticio no solo es motor económico, sino también fuente de identidad local. Mientras algunos celebran la eliminación de barreras para crecer en mercados internacionales, otros observan con cautela cómo la apertura comercial puede reconfigurar el equilibrio entre producción nacional e importaciones.
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