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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 20/01/2025 10:47
El mejoramiento genético de los ovinos criollos busca transformar la producción en los valles del Noroeste Argentino, fortaleciendo la sostenibilidad y las economías locales En las tierras áridas del Noroeste Argentino (NOA), los ovinos criollos son más que animales de producción: son un símbolo de adaptación y resistencia. Con su lana áspera y cuerpos robustos, estos pequeños rumiantes evolucionaron para sobrevivir en climas extremos, alimentándose de pasturas escasas y enfrentando sequías prolongadas. Pero su rol va más allá del ecosistema; son esenciales en las economías locales, donde aportan carne y fibra que sustentan tanto el mercado como la tradición artesanal de la región. En este contexto, el INTA Catamarca lidera un programa que busca complementar estas cualidades naturales con avances genéticos, apuntando a mejorar la calidad y el rendimiento de los ovinos criollos. Según los especialistas, optimizar su genética no solo permite fortalecer las economías rurales, sino también garantizar una producción sostenible en tiempos de incertidumbre ambiental. El rol de las ovejas criollas va más allá del ecosistema; son esenciales en las economías locales, donde aportan carne y fibra que sustentan tanto el mercado como la tradición artesanal de la región La genética como herramienta de sostenibilidad Víctor Herrera, especialista del INTA Catamarca, destacó que los recursos genéticos locales ofrecen ventajas únicas frente a razas exóticas: “Los ovinos criollos poseen una notable resistencia a enfermedades, aprovechan vegetación de baja calidad y toleran condiciones adversas, lo que los convierte en una base sólida para las producciones locales”. Sin embargo, la incorporación de mejoras genéticas asegura que estas ventajas se transmitan de generación en generación, brindando estabilidad y competitividad a los productores. Además de garantizar una mayor seguridad en los sistemas productivos, este trabajo promueve la conservación de la biodiversidad. La capacidad de adaptación de los criollos, moldeada por la interacción con las comunidades rurales, contribuye a mantener servicios ecosistémicos esenciales, incluso frente a los desafíos del cambio climático. Caracterización y cooperación técnica El programa del INTA no se limita a la mejora genética; también incluye un proceso detallado de caracterización zoométrica. Este análisis permite identificar rasgos funcionales –como la aptitud lechera o cárnica– y proporciona criterios clave para la selección y manejo de los animales. Florencia González, especialista del INTA Catamarca, resaltó que esta caracterización “es fundamental para los sistemas de producción de la región, ya que muchas familias dependen directamente de estos ovinos para su sustento. Al mejorar la productividad y la eficiencia, se impulsa la calidad de vida de las poblaciones rurales, promoviendo el arraigo y evitando la migración a las ciudades”. El proyecto, que inició en 2023, involucra a técnicos, productores y organizaciones locales en comunidades como Condor Huasi, Hualfín y Ampajango. Estas actividades buscan construir una base de datos sólida para evaluar objetivamente el potencial productivo de los ovinos criollos y su papel en los diversos sistemas productivos del NOA. Un enfoque colaborativo para la ganadería regional La cooperación entre provincias ha sido clave para avanzar en esta iniciativa. En el Campo Experimental Las Vizcacheras de La Rioja, técnicos de Catamarca y La Rioja intercambiaron experiencias y ajustaron metodologías para el análisis zoométrico, fortaleciendo sus capacidades para abordar desafíos comunes. Este trabajo se enmarca en proyectos macroregionales y nacionales orientados a promover una ganadería sostenible, incluyendo el desarrollo de estrategias adaptativas y resilientes. Garantizar el futuro de los ovinos en el NOA Los ovinos criollos son más que un recurso económico; representan un vínculo entre la biodiversidad, la cultura y las necesidades de las comunidades rurales. González enfatizó la importancia de desarrollar estrategias sostenibles que integren aspectos ambientales, económicos y culturales para asegurar el futuro de estas producciones. Con este programa, el INTA no solo fomenta la sostenibilidad de los sistemas productivos, sino que también reafirma el valor del ovino criollo como parte del patrimonio genético y cultural del NOA. Una apuesta a largo plazo que busca fortalecer el arraigo rural y preservar las tradiciones que dan identidad a esta región. Fuente: Inta
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