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» Misionesparatodos
Fecha: 16/01/2025 13:44
Detrás del clamor para que sea candidata, la hermanísima prioriza manejar la lapicera del armado del 2025. Su obsesión: no repetir los errores del 2023. La cercanía con el presidente y por qué su candidatura no es “necesaria”. Solo un antojo personal justificaría que Karina Milei se anotase como candidata para las elecciones de este año. Bien mirado, el clamor libertario para que compita parece una coreografía con el propósito de que, en algún momento del 2025, la hermanísima haga una especie de renunciamiento “histórico”. Ser portadora del apellido Milei, que es taquillero para su hermano presidente, resulta insuficiente para ella: Karina mide mal. La secretaria General de Presidencia mejoró su oratoria pública gracias al coaching de estos meses y ganó soltura, cuentan en La Libertad Avanza(LLA), producto del contacto directo con los militantes. Sin embargo, solo se expone en lugares chicos, con asistencia reducida y siempre rodeada de custodios. Este martes, encabezó un acto en un teatro de Mar del Plata, donde también pasó la noche del lunes. Allí asistieron, con inscripción previa, unas 300 personas. Karina tiene una construcción analógica: arma en los territorios, bendice dirigentes, hace actos convencionales y opera con una mesa política de formación clásica en la que sienta a tres Menem -Martín, “Lule” y el más joven, Sharif– y a Sebastián Pareja, armador bonaerense al que secunda Alejandro Carrancio. Con ellos cenó el lunes en un restaurante del puerto de Mar del Plata y después se fue a tomar un helado a la calle Güemes. La carta de Karina como candidata, tanto en CABA como en provincia de Buenos Aires, es una tapadera para mantener la centralidad. Hace meses, José Luis Espert escuchó de la boca de Javier Milei la oferta para ser candidato a primer diputado y, además, para ser el postulante libertario para la gobernación bonaerense en el 2027. Fue un encuentro mano a mano en el despacho presidencial, donde ambos terminaron saltando y abrazándose en un mini pogo. Ese día, ha relatado Espert, se lacró su futuro político: encabezar las boletas libertarias en las dos próximas elecciones. De nombres y necesidades Pero Karina, sistemáticamente, rehúsa darle protagonismo al diputado. Algo parecido ocurre con otros referentes libertarios como Agustín Romo, quien integra el scrum de la batalla cultural en las redes de Santiago Caputo y es, además, jefe del bloque de diputados provinciales de LLA. Romo armó y patrocinó, con respaldo de Joaquín De La Torre, el acto del lanzamiento de Las Fuerzas del Cielo, en un salón de San Miguel, donde habló Daniel Parisini, A.K.A Gordo Dan. En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.Seamos Mejores amigos Espert es más eficiente en retener los votos de Milei que la propia Karina. Lo mismo ocurre en CABA con, por caso, Manuel Adorni o Patricia Bullrich. Por todo eso, una candidatura de la hermanísima es, en cuanto a números, innecesaria. En LLA plantean, por ejemplo, un escenario idílico en el que Karina es candidata a diputada en la provincia y derrota a Cristina Kirchner. “Eso sería game over”, dice un operador libertario y lo enmarca en aquella invocación de Milei de ponerle el último clavo al kirchnerismo. Es la tentación de montar un remake del 2005: elección en la que CFK derrotó a “Chiche” Duhalde y el peronismo resolvió, otra vez, su jefatura interna en una elección general. El diseño perfecto para el karinismo sería que Karina derrote en el mismo turno a Cristina, pero, además, que LLA gane la elección sin necesidad de un acuerdo con el PRO de Mauricio Macri. Los números no la ayudan: un estudio de la Universidad de San Andrés sobre la imagen de los ministros del gabinete nacional le otorga a Karina la imagen negativa “muy mala” más alta de todos (35%) y el peor diferencial positiva-negativa: -15. Según una encuesta de Proyección en CABA, Karina no supera el 15% de intención de voto, varios puntos debajo de Adorni, que suma 22, y muy lejos de los 50 puntos de buena imagen de su hermano, de los que no retiene ni siquiera el 21% que declara tener imagen “muy positiva” del presidente. En la provincia y en la Ciudad, tanto Espert como Adorni y Bullrich tienen mejores datos que Karina. En términos de números, Karina no es necesaria como candidata pero su nombre es una pieza para ordenar y/o taponar candidaturas de LLA. El otro elemento que aparece como inhibitorio de una postulación de Karina es de carácter vincular y tiene que ver con su rol como secretaria General de la Presidencia. No es por sus oficios, sino por la relación con su hermano. “Javier no puede ser presidente sin Karina al lado”, le dijo a Cenital un operador libertario hace dos semanas, para plantear, desde ese lugar, las dificultades de una postulación de Karina. Si la hermanísima fuese taquillera electoralmente podría entenderse el sacrificio o el atajo, siempre en el menú, de una candidatura testimonial. Pero, con las encuestas de estos meses, eso no se verifica. “En la opinión pública no anda bien, pero en el vínculo con la política creció mucho, se la asume como una dirigente pragmática e inteligente”, describe un consultor. A diferencia de Cristina en 2005, Karina no es una candidata imprescindible mientras, según lo dice su hermano, sí es una figura imprescindible en la estructura de poder y en la construcción de la herramienta electoral. La persigue, además, el fantasma del 2023, cuando las listas de LLA, en particular en las provincias, terminaron perforadas y con mucha fuga de dirigentes. El caso testigo es la provincia de Buenos Aires, donde Karina tuvo como mano derecha a Carlos Kikuchi, quien hoy maneja un puñado de legisladores de un sector libertario dador de gobernabilidad a Axel Kicillof. Por Pablo Ibáñez -Centinal
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