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» Diario Cordoba
Fecha: 15/01/2025 03:18
Han transcurrido exactamente 195 años de su fallecimiento. Pero su memoria sigue bien presente en Montilla, que hoy recuerda el aniversario de la muerte de uno de sus vecinos más insignes: Diego de Alvear y Ponce de León, uno de los más ilustres militares, exploradores y hombres de negocios de los siglos XVIII y XIX. Su luz se apagó para siempre el 15 de enero de 1830, a los 80 años de edad, dejando tras de sí un legado de valor, sacrificio y dedicación a su patria y a su familia. Sus restos mortales reposan en la iglesia de San Ginés, uno de los templos más emblemáticos del Madrid de los Austrias donde, curiosamente, muchas décadas más tarde recibiría cristiana sepultura Ramón Areces, fundador de El Corte Inglés. Prácticamente un año después del deceso, el 5 de enero de 1831, su viuda, Luisa Rebecca Ward, dirigía una carta a su hijo Diego, que se encontraba en Francia completando sus estudios. La carta, que ha sido recuperada por la Fundación Alvear, dice así: «Estamos tratando de hacer más honras de aniversario con todo el esplendor posible a tu amado padre. Es el último acto público de respeto a su memoria que puedo hacerle y quiero que todo el mundo sepa cuánto le amaba y cuán constantemente le lamento». Sus restos mortales reposan en la iglesia de San Ginés, uno de los templos más emblemáticos del Madrid de los Austrias El escrito recuerda que «sus exequias en Madrid fueron y aquí hasta ahora nada público se ha podido hacer por no ser costumbre hasta el año, pero en ese día trato que se haga honras en todas las iglesias, pero con suntuosidad en la parroquia, con convite y asistencia general». La compungida viuda, que había contraído matrimonio con su marido el 28 de septiembre de 1805, en la londinense iglesia anglicana de Santa Margarita, junto a la Abadía de Westminster, confesaba a su hijo que «nada dejaré que pueda servir a su alma, satisfacer a su familia y amigos y confundir a sus enemigos y trato de ver si algún día se podrá escribir su memoria». De familia adinerada Una memoria que sigue muy presente en Montilla, donde el insigne militar había nacido el 13 de noviembre de 1749 en el seno de una familia adinerada y prominente. Tercer hijo del matrimonio formado por Santiago Alvear y Escolástica Ponce de León, su abuelo, Diego de Alvear y Escalera, había fundado veinte años atrás las Bodegas Alvear, santo y seña de la zona Montilla-Moriles. Cuando contaba 21 años, decidió forjar su propio camino en la Armada española, en la que ingresó como guardiamarina en 1770, alcanzando pronto el grado de brigadier. Fue así como dio inicio a una brillante carrera militar que lo llevaría a las Américas. En efecto, en 1774, Diego de Alvear fue destinado al Río de la Plata, y pronto se unió a la Expedición de Cevallos (1776-1777) en la Guerra de Sacramento, un conflicto entre España y Portugal por el control de la Colonia del Sacramento, en la actual Uruguay. Tras la victoria española, se fundó el virreinato del Río de la Plata, y el insigne militar montillano permaneció allí durante casi tres décadas, tiempo más que suficiente para que su vida diera un giro definitivo. Nueve hijos En 1781, Diego de Alvear contrajo matrimonio en Buenos Aires con su primera esposa, María Josefa de las Mercedes Balbastro de Agüero, con quien llegaría a tener nueve hijos, dando así inicio a una dinastía cuyas raíces e influencias se extenderían a ambos lados del océano Atlántico. No en vano, entre sus hijos destacaba Carlos María de Alvear, figura central en la independencia argentina y fundador de una saga de políticos argentinos, como su nieto Torcuato de Alvear y su bisnieto Marcelo Torcuato de Alvear, quien llegaría a ser proclamado presidente de la República Argentina. Hoy, 195 años después de su fallecimiento, su figura sigue viva, no solo en las tierras que defendió y exploró, a ambos lados del Atlántico, sino en la tierra que lo vio nacer y en la memoria de sus descendientes que, de la mano de la Fundación Alvear, conmemoran su ejemplar legado de vida. Suscríbete para seguir leyendo
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