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    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 15/01/2025 02:52

    En el marco del Día de la Religión, en la edición N° 103 de “Entrevistados” de Despertar Entrerriano conversamos con Mariana y Carina, catequistas de la Parroquia Nuestra Señora del Valle. Ambas llevan años dedicadas a la enseñanza de la fe, trabajando con niños, familias y comunidades para transmitir el amor de Dios. En esta entrevista, nos cuentan cómo llegaron a la catequesis, los desafíos actuales y el impacto que tiene su labor en la sociedad. Entrevista: ¿Cómo llegaron a ser catequistas y qué las motivó a seguir este camino? Carina: “Desde niña siempre estuve cerca de la Iglesia. Mis padres iban a misa y yo crecí en ese ambiente. Me encantaba estar en la comunidad, hacer amigos y compartir con otros. Empecé participando en grupos católicos, luego me alejé por un tiempo, pero cuando volví, supe que era donde quería estar. Desde entonces, no dejé de ir.” Mariana: “En mi caso, llevo alrededor de ocho años como catequista. Mi vocación surgió cuando estudiaba para ser maestra jardinera. Durante la formación, nos enseñaban sobre teología y teníamos un espacio llamado El Rincón con Jesús. Fue ahí donde sentí un llamado especial para compartir la fe con los demás. Cuando terminé mi carrera, una compañera me invitó a formar parte del equipo de catequesis de la parroquia. Desde entonces, no me alejé más de esta misión, porque creo que transmitir el amor de Jesús es un compromiso de vida.” ¿Cuál es el rol del catequista en la actualidad? Carina: “Nosotros trabajamos mucho con las familias. No es solo enseñar a los niños sobre la fe, sino llevar a Jesús a cada hogar. Hoy en día, muchas familias atraviesan conflictos y dificultades, y nuestra misión es ser esa luz que las ayude a encontrar paz en Dios. Cuando damos catequesis, también invitamos a los padres a participar. Mientras algunas compañeras trabajan con los niños, otras charlan con los papás, compartiendo experiencias y enseñanzas sobre la fe.” Mariana: “El rol del catequista ha cambiado mucho. Antes se veía como una enseñanza más estructurada, enfocada solo en preparar a los chicos para los sacramentos. Hoy buscamos llevar el mensaje de Dios a la realidad cotidiana, a lo que las familias viven día a día. No queremos que la catequesis sea algo mecánico o una obligación, sino un espacio donde puedan encontrar esperanza, valores y una conexión verdadera con Jesús.” ¿Cuáles son los desafíos más grandes que enfrentan al transmitir la fe? Carina: “Uno de los mayores desafíos es llegar a los niños y jóvenes en esta era digital. Las redes sociales y la tecnología capturan su atención, y a veces nos cuesta que se interesen en la catequesis. Pero hemos aprendido a adaptarnos. Por ejemplo, algunos catequistas más jóvenes nos ayudan a usar herramientas como Instagram o TikTok para acercarnos a ellos. Aprendemos su lenguaje y tratamos de hablarles de la fe de una manera que les resulte atractiva. Es un trabajo de adaptación constante.” Mariana: “Otro gran desafío es la diversidad de las familias. Hoy en día, las estructuras familiares han cambiado mucho. No siempre encontramos la figura tradicional de mamá, papá e hijos; muchas veces son los abuelos quienes traen a los niños a la catequesis, o hermanos mayores que cuidan a los más chicos. Nuestro desafío es hacer que todas estas familias se sientan parte de la comunidad, sin importar su situación. Dios no hace diferencias, y nuestra misión es transmitir ese amor incondicional a todos.” ¿Han vivido experiencias que las hayan marcado especialmente? Carina: “Sí, muchas. Un ejemplo hermoso fue cuando dejamos de lado los libros estructurados y comenzamos a trabajar directamente con la Biblia en encuentros familiares. El año pasado, vivimos momentos muy emotivos donde hubo reconciliaciones, perdón y reencuentros. Los niños son los primeros en motivar estos cambios: invitan a sus abuelos a la misa, traen a una tía que hacía tiempo no iba a la iglesia. Es increíble ver cómo, cuando sembramos la semilla del amor de Dios, Él se encarga de dar frutos.” Mariana: “También nos pasó que algunos adolescentes que pasaron por la catequesis volvieron como ayudantes y luego se convirtieron en catequistas. Hoy tenemos chicas que, después de haber sido alumnas, ahora están guiando a otros niños y lo hacen con una entrega increíble. Cada uno aporta su talento: algunos pintan, otros cantan, y todos encuentran una manera de expresar su fe. La catequesis se transforma en una gran familia donde cada uno tiene un rol especial.” En un mundo cada vez más modernizado, ¿cómo enfrentan el desafío de transmitir la fe a las nuevas generaciones? Carina: “Más que imponer, intentamos contagiar la fe. En nuestra parroquia hay un grupo grande de jóvenes en formación, y trabajamos con ellos para que sientan que este espacio también es suyo. Nos adaptamos a lo que está de moda, aprendemos nuevas formas de comunicarnos y buscamos maneras creativas de conectar con los chicos. No queremos que vean la Iglesia como algo aburrido, sino como un lugar donde pueden compartir, crecer y encontrar un propósito.” Mariana: “Sabemos que la catequesis es solo un granito de arena en sus vidas. Durante la semana están rodeados de otras influencias, pero si logramos que al menos un mensaje de amor y fe quede en su corazón, habremos cumplido nuestra misión. Lo importante es recordar que no somos cosechadores, sino sembradores. Hacemos nuestro trabajo con amor y dejamos que Dios haga el resto.” ¿Qué consejo le darían a quienes están interesados en poder compartir el mensaje de Dios? Carina: “Les diríamos que se animen a acercarse a su parroquia. No necesitan ser expertos ni haber estudiado teología, solo tener amor por Dios y ganas de compartirlo. Hay una frase que nos gusta mucho: Dios no elige a los capacitados, capacita a los elegidos. Todos tenemos algo para dar, y cuando lo ponemos al servicio de Dios, Él se encarga de multiplicarlo.” Mariana: “La catequesis es un espacio de amor, crecimiento y comunidad. Si alguien siente el deseo de ayudar y compartir su fe, no hay mejor lugar para hacerlo. Las parroquias siempre necesitan catequistas, ya sea para niños, adultos o familias. Donarse a Dios a través de este servicio es una experiencia transformadora, tanto para quienes enseñamos como para quienes aprenden.” Si pudieran volver atrás, ¿elegirían nuevamente este camino? Carina: “Absolutamente sí. Hubo años en los que me alejé, y hoy me pregunto cómo pude perderme tanto tiempo de esta experiencia. La catequesis me llena de alegría y me da una familia enorme donde compartir la fe.” Mariana: “Yo también volvería a decir que sí. Mirando mi vida, me doy cuenta de que Dios siempre estuvo ahí, guiándome. La catequesis es una misión hermosa, y cada día renuevo mi compromiso de seguir compartiendo su amor.” Te invitamos a ver lo más destacado de la entrevista a través de estos reels… Seguinos en las redes sociales, buscanos como: Despertar Entrerriano https://linkin.bio/despertar_entrerriano

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