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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/01/2025 02:35
Carlos Palacios, el primer refuerzo que llegó a Boca para la nueva temporada “Soy el Pastor salvador de Carlos, porque hoy es un exitoso futbolista. Pasó a Boca, jugó en Colo Colo y en Brasil. Yo lo vi jugar, lo saqué de su entorno, lo llevé a Unión Española, aunque era medio gordito, y fue subiendo de categoría. En ese tiempo, podría haber ido a un equipo más grande, pero eligió a Unión porque siempre les da oportunidades a los jóvenes”. De esta manera, se presenta Jaime Carreño, descubridor del mediocampista ofensivo Carlos Palacios, el primer refuerzo de Boca Juniors en este mercado de pases. El Pastor Carreño, así lo apodan en Unión Española por la cantidad de chicos que hizo debutar en Primera División, trabaja como buscador de talentos en ese club desde el 2023. Anteriormente, estuvo como entrenador en las divisiones inferiores, siendo el formador del talentoso chileno de 24 años, que es fanático de Boca y que tiene como máximo ídolo a Juan Román Riquelme, presidente de la entidad de Brandsen 805. Jaime Carreño es descubridor de talentos y conoce a Palacios desde que el refuerzo de Boca era un niño “Carlos es muy introvertido y un niño mimado. Boca deberá prepararlo muy bien y cobijarlo. Hay que saber apapacharlo. Saberle llegar, quererlo. El entrenador deberá darle bola, si no, Carlos se enfría. Son jugadores que, si están bien, te marcan diferencias”, reconoce la persona que más conoce la personalidad y el talento futbolístico de Palacios. Ambos se conocieron en el 2012, cuando el joven futbolista se destacaba en la escuela de Chacabuco de Recoleta, ubicado en el barrio humilde de Renca, en las afueras de Santiago de Chile. Nacido el 20 de julio de 2000, un poco más de cuatro meses antes de la consagración de Boca frente al Real Madrid en la Copa Intercontinental de la mano de Riquelme, Palacios integró una familia humilde junto a su papá albañil, su mamá ama de casa y su hermana más grande que lo llevó a todos lados. Con el tiempo, La Joya empezó a mostrar sus dotes futbolísticos en su lugar de nacimiento hasta que Carreño lo vio por primera vez. “Carlos desde chico marcó la diferencia en la escuela de fútbol donde surgió y también cuando lo llevamos a Unión. Ya tenía buena pegada, es irreverente, si tenía que hacer un taco lo hacía, y no tenía problemas para eludir rivales. Ejecuta muy bien los tiros libres y penales. Al ser un mediocampista nato, piensa también mucho más rápido que un delantero, levanta siempre la cabeza para jugar y le pega muy bien a la pelota”, describe el buscador de talentos en diálogo con Infobae. La Joya debutó en Primera División con la camiseta de la Unión Española en el 2018. Luego de 58 encuentros y diez goles, pasó al Inter de Porto Alegre en el 2021. Sin rodaje, un año después se fue a préstamo a Vasco Da Gama, jugando en el ascenso brasilero. Algunos problemas disciplinarios no gustaron puertas adentro y el 10 de enero de 2023 fue presentado como refuerzo de Colo Colo, donde tuvo una buena temporada para luego ser vendido al Xeneize. “Es jugador para Boca, no para River, eso está claro. Tiene carácter para jugar en Boca. Elige jugar ahí por Boca y por Román”, sentenció su formador. Carlos Palacios con la camiseta de Unión Española - ¿En qué está trabajando Jaime? - Soy jefe de captación en la Unión Española. Asumí el cargo en el 2023. Dirigí 14 años en todas las categorías de ese club. En el 2019, pasé al primer equipo con Fernando Díaz para dirigir la Copa Sudamericana. Y al inicio del 2023, me ofrecieron ser scouting de Unión por el buen trabajo que había hecho con varios jugadores como Carlos Palacios, Bastián Yáñez y otros futbolistas que están destacándose en Chile en varios equipos de menor dimensión que Colo Colo o Boca, donde se fue a jugar Carlos. - ¿En qué año conoció a Palacios? - En el 2012 haciendo una práctica de entrenador para la Unión Española. Él estaba en la Escuela de Chacabuco, semillero de muy buenos jugadores. A Carlos lo vi jugar y yo era el ayudante de Chamaco Valdés en Chile, un ex jugador de los años 70. José Luis Sierra me ofrece trabajar en Unión y acepté la Sub-13. Colo Colo y la U Católica estaban interesados en Palacios, pero lo llevé a Unión. Carlos estuvo en la Católica seis meses a prueba a los 12 años y cuando tomó la Sub-13, lo llevé para Unión, antes de que me lo arrancara la Católica. - ¿A qué se refiere con qué lo sacó de su entorno? - Del entorno de su barrio, porque él podía haber seguido jugando allí y sin embargo, eligió ir a la Unión Española. “Vente a Unión que aquí vas a jugar”, le dije y aceptó. Jugó, debutó y se hizo jugador en ese club. - ¿Se acuerda la primera charla que tuvieron? - Sí, le dije “venite conmigo que vas a jugar”. Me lo llevé, aunque era medio gordito, y de ahí fue subiendo de categoría. Primero estuvo en la 14, luego en la 15. Carlos se vino conmigo y empezó a hacer su carrera. En muchos reportajes, él siempre habla de mí. He traído a varios jugadores porque donde vivo en Recoleta es muy buena cantera de futbolistas como Yeison Vargas, Carlos Lobo, mi hijo Jaime Carreño, Alexander Arena, Víctor Davila. Siempre él deja en claro que lo ayudé bastante. Estampando la firma en el contrato con Colo Colo - ¿Qué fue lo primero que vio de Carlos como futbolista? - Siempre tuve la virtud de asimilar jugadores y Carlos de chiquito fue muy parecido a Juan Román Riquelme por su forma de jugar, su trote, la pisada que tenía, ese taco, los pases que sorprenden, las ejecuciones de tiros libres y penales, es muy frío, de mucha calidad innata, que me ganaba los partidos muy fáciles en el Sub-13 y 14, en los formativos. Es un enganche que se pega hacia adentro y gira muy rápido. Carlos también la rompió en Chile de la mano del entrenador Ronald Fuentes, quién lo puso de puntero izquierdo en el primer equipo. También, como enganche hacia adentro. Ronald y su cuerpo técnico lo cobijaron. En el 2019 jugó poco en el primer equipo. - ¿Por qué? - Recién había subido a Primera y no funcionó. Luego, bajó a la proyección (Reserva) e hizo entre tres y cuatro goles por partido. Entonces, sale del primer equipo Fernando Díaz, agarra Fuentes y Carlos sube al primer equipo, pero era introvertido, no sabía lo que quería, hasta que Ronald le supo llevar. Hay que saber llegarle a Carlos para sacarle el mejor provecho. - ¿Qué tipo de personalidad tiene? - Si no le sabes llegar, es muy para adentro, no sabes lo que piensa y es un niño mimado. Ahora, está un poco más desarrollado. Pero en mi época era un niño. En Colo Colo lo cobijaron los grandes como Arturo Vidal. Hay que ganarse la confianza de Carlos para que rinda en la cancha. Así fue en la Unión Española, por eso la rompió y salió vendido al Vasco Da Gama, pero es un jugador técnicamente exquisito. Boca deberá prepararlo muy bien y cobijarlo, hay que saber apapacharlo. Saberle llegar, quererlo, el entrenador deberá darle bola, si no, Carlos se enfría. Son jugadores que, si están bien, te marcan diferencias, porque siempre fue titular en los clubes. Incluso, nunca fue seleccionado en las juveniles chilenas. Recién ahora con Ricardo Gareca es llamado a la selección mayor. La categoría 2000 de Chile era muy baja de nivel. Yo tenía dos o tres jugadores, y Carlos que me salvaba los partidos en inferiores. Hoy, mantiene la misma personalidad, no va a cambiar. Es muy introvertido hasta que le das confianza. Va a tener espacio en Boca cuando le vayan dando confianza, pero es muy para adentro. Es de hablar poco en el vestuario y más adentro de la cancha. Si les da espacio, va a ir tomando confianza. No es un jugador que uno diga “es bueno para el camarín”, un chico que te va a hacer reír, porque es muy introvertido. El paso de Palacios por Vasco da Gama no fue bueno y volvió a Chile - ¿Es un futbolista que podría ser el capitán y ponerse el equipo al hombro? - No sería un capitán, más bien un jugador que será mimado por todos, pero no sería un referente porque es introvertido, muy para adentro. Lo mejor de él lo saca adentro en la cancha, es un distinto. Nunca lo vi pelearse con nadie, ni con los árbitros. Le pegaban cada patada y no reaccionaba. Le pegaban mil patadas y se reía, se les quedaba mirando y nada más. Nunca en inferiores tuvo una mala reacción. Los profes le decían “Ya guatón (panzón) anda a hacer goles nomas”, porque era medio gordito. Fuera de la cancha, lo veía conectado al Facebook y le decía “acuéstate que mañana jugamos, cuídate y ponte canilleras”. Me respondía “bueno profe, quédese tranquilo”. Es tan educado que me pedía permiso para salir a jugar el clásico de su barrio mientras estaba en las inferiores. Le decía: “Carlos, que no te vean con la camiseta de Colo Colo” porque se iba con la barra brava de Colo Colo a ver los partidos. - ¿Viene de una familia muy humilde? - Sí, muy humilde. Viene de Renca. En muchas reuniones que yo tenía en el club con los dirigentes me decían: “¿Qué hacemos con Carlos”? Yo respondía: “Hay que preocuparse por él”. La mamá es ama de casa, su papá albañil. Carlos se paseaba por el club. Es hincha de Colo Colo, colocolino fanático, y le aconsejaba “cuídate en las redes sociales, porque jugas en Unión”. Iba con la barra brava de Colo Colo a ver los clásicos a la cancha. Además, presenciaba los clásicos de Renca que son muy potentes. Su mamá y su hermana lo llevaban siempre. Ellas estuvieron a su lado. Vivían a 40 minutos de la ciudad y no es fácil llegar, pero siempre estuvieron apoyándolo. Su papá un poco menos por tema laboral. En ese sentido, Carlos estuvo acobijado por su familia, que lo llevaba a entrenar. - ¿Es cierto que iba con un recipiente con comida siempre en su mochila? - Le pedíamos a los chicos que lleven un poco de proteínas, pero con comida no. - ¿Tuvo que bajar de peso? - Sí, cuando era gordito, pero no mucho. Era ese niño que todavía no se desarrollaba y que tenía su pancita salida para afuera. Le decíamos “Carlos, tenés que cuidarte”. Ahora está bien y creció. Su problema era físico, porque en la cancha no tenía mucha dinámica. Era como pedirle a Riquelme que tuviera dinámica. Pero en un metro cuadrado marcaba la diferencia. Carlos es igual. Te pone un pase de gol entre líneas, te hace un taco, ejecuta muy bien los tiros libres y penales. Un jugador diferente, y tiene una visión de juego distinta a la media. Pero Boca para él es otra cosa. Carreño en Unión Española. El formador de Palacios dice que el futbolista tiene algunas características similares a Riquelme, su ídolo ¿Fue una pasión Boca desde chiquito para Carlos? - Más por Juan Román (Riquelme) que por Boca. Siempre tuvo su vínculo e imitaba a Román, su máximo ídolo. Carlos tiene todo para ser el número 10 del fútbol chileno. Cuando Martin Lasarte estaba como entrenador en la selección chilena, él debió ser el 10 chileno. Si Boca lo cobija, lo quiere, lo apoya, Carlos luego podría ser vendido a Italia. - ¿Es su sueño como futbolista? - Sí, jugar primero en Boca y luego en Europa. Si hace un buen año, será vendido a Europa. Boca le da todo. Si le va muy bien, se va a Europa. En, cambio si no le salen las cosas, pasa a un club de menor nivel. Es jugador para Boca, no para River, eso está claro. Tiene carácter para Boca. Elige jugar ahí por Boca y Román. Es su ídolo desde niño, cuando era hincha de Colo Colo y de Boca. - ¿Es verdad que tenía malas influencias con los amigos del barrio? - Los que son buenos para el fútbol siempre andan con amigos que a lo mejor tienen un estigma que están mal vistos y vestidos, pero es pura discriminación. Carlos es un chico muy piola y andaba con un amigo que nunca llegó a Primera División y era mejor que él. Empezaron a decir cosas, pero él es un chico reservado, y andaba junto a su mamá y su hermana. Le gustaba irse a la sede del club y se juntaba con amigos, pero nada más. - ¿En algún momento quiso dejar el fútbol? - Sí, cuando lo subieron al primer equipo de Unión y luego lo bajaron a la segunda categoría, ahí quería largar todo. Pero, así como una tontera de niño, pensaba que no lo querían considerar. Yo le decía que debía ganarse su espacio. Eso le ayudó también porque cuando marcaba la diferencia en la Reserva, donde hacia tres o cuatro goles, le generaba pensar que debía estar en Primera, pero no lo consideraban y se enojaba. Tenía 19 años en ese momento. Por eso digo hay que saberle llegar, porque es un niño mimado. Palacios, sonriente, con los colores de Boca - ¿Estaba en la Unión Española cuando quiso dejar el fútbol? - Sí, en Unión Española, pero no pasó por una cuestión futbolística, sino anímica. Luego, volvió y lo hicieron jugar. Ronald Fuentes tomó un rol importante en su carrera. Lo hace debutar en Primera, juega más seguido y empieza a tomar sentido su vida. El entrenador lo ayudó bastante para tener paciencia e ir creciendo. Ya no me tenía a mí, pero sí un colchón más grande que lo cobijó. - Luego de Unión Española se va al Inter de Porto Alegre… - Sí, en Brasil no la pasó bien, el idioma no es fácil. El fútbol no es el mismo que Chile y es distinta la competencia. Luego, se fue al Vasco De Gama. Justo le llegó el apriete de la barra brava del Vasco y una denuncia de su ex pareja, que verdaderamente no la conozco, que la había amenazado con balas. Cuando empezó a tener un poco más de fama, empezó a sufrir esas cosas. - Hace un tiempo se lo vio muy activo en las redes sociales, mostrando joyas, vendiendo tratamientos estéticos y el dinero que ganaba. ¿Es así de ostentoso o por qué actúa de esa manera? - No, es la moda en Chile. A muchos chicos le gusta el reggaetón y él es seguidor de la gente. Creo que lo hace por moda, nomás. Es como el chico que con su primer laburo se compra su auto y lo muestra. A Carlos le ha ido bien. De aquí en adelante, juegue en Boca o en Colo Colo, es otro el camino. Tiene que estar acompañado de su familia y de su representante. Ellos son lo que lo tienen que guiar. Yo hice mi trabajo de guiarlo futbolísticamente. Todos queremos que siga bien. Como todo jugador de fútbol, queremos que sea el de siempre. Eso le dará la humildad para llegar al éxito. Pero si piensa de otra manera, estará más cerca del fracaso si no pone los pies sobre la tierra. “Es jugador para Boca, no para River, eso está claro. Tiene carácter para jugar en Boca. Elige jugar ahí por Boca y por Román”, dice Carreño sobre Palacios, que se entrena pensando en el debut con la camiseta azul y oro - ¿Tiene los pies sobre la tierra hoy? - Sí, Carlos sí. Se va a sacar la foto con quién quiera, no le va a hacer un quite a nadie. Es un chico muy llegado a la gente, introvertido, que no te va a robar cámara por nada. - ¿Le mandaste un mensaje a Palacios por su pase a Boca? - No, porque fue tan rápido que no pude. Soy una persona que no me gusta incomodar a los chicos a los que pude ayudar. Me dicen que soy el pastor salvador de los chicos. Sus padres me dicen que soy la salvación de sus hijos. El Pastor Carreño me apodan. Y por los chicos que puse en otros clubes. Yo nunca les pido nada, y no tengo una camiseta de Carlos, ni de otros jugadores. Si me recuerdan, que lo hagan como persona. Luego de 14 años que Unión Española lo vendió, todavía me reconocen en el club y además reciben dinero por los derechos de formación de Carlos. Me dicen que debía firmarles a los representantes el dos por ciento de cada jugador, pero sí fuese así no seguiría trabajando como busca talentos. Por eso, desde el club me dan un puesto de trabajo que me gusta mucho. Yo soy feliz con qué me reconozcan y con eso me alcanza. El talento está en la calle. - Fuiste el pastor salvador de Carlos, entonces… - Sí, porque hoy Carlos es un exitoso futbolista. Pasó a Boca, jugó en Colo Colo y en Brasil. Yo a Colo Colo le pedí práctica cuando terminé mi carrera. Desde el club me dijeron que no, porque eran prácticas solo para exfutbolistas y actuales futbolistas del club. Cuando descubrimos a Palacios, Luis Pérez me llama de parte de Colo Colo para que lo llevé ahí y les dije que no. Es una por otra, porque no me habían dado práctica para laburar y me la habían negado. Ahora, me tocó a mí y Carlos me acompañó en ese proceso. Lo tentaron con el nombre de Colo Colo y finalmente fue a Unión Española, donde empezó su buena carrera.
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