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» La Capital
Fecha: 13/01/2025 01:07
Como cada año, se celebró el Día Sin Pantalones en el Metro, una iniciativa que no persigue ningún objetivo más que "diversión inofensiva" Fue un domingo invernal como cualquier otro en Londres, con muchas nubes y los termómetros marcando 2º. Una señora viajaba en el subte con su bolso de las compras. Una pareja de turistas se hacía espacio en el pasillo con sus mochilas. Un hombre con su barba canosa parecía a punto de quedarse dormido, arropado por un gorro de lana y una campera gigante. Hasta que en la estación Piccadilly Circus se abrió la puerta del vagón del metro y subió una chica vestida con bufanda, buzo de polar y, de la cintura para abajo, solamente ropa interior. Y, en la siguiente parada, una mujer en bombacha y un hombre con unos elegantes calzoncillos blancos decorados con flores rojas. Y detrás un grupo grande, todos igual: abrigo en la parte superior, piernas desnudas en la inferior. Se veían más sonrisas que de costumbre pero viajaban aparentando que nada extraño ocurría. Se trata del No Trousers Tube Ride (Día Sin Pantalones en el Metro), un evento anual cuya única finalidad es divertirse y llevar una sonrisa al subte en el desolador invierno londinense. No tiene ningún significado profundo ni un motivo espiritual o de concientización: solamente se trata de hacer el ridículo, aunque sea por una tarde. “Hay tantas cosas malas y nada divertidas. Es bueno hacer algo sólo por el gusto de hacerlo”, dijo el líder del grupo, Dave Selkirk, un entrenador personal de 40 años. Antes de bajar al metro, decenas de anarquistas vestidos de gala marcharon por las calles heladas y, una vez en el subterráneo, se sacaron los pantalones. Algunos pocos desafiaron al clima y llegaron directamente mostrando su mejor ropa interior. Se sacaron selfies e intercambiaron sonrisas. Los turistas parecían desconcertados. La mayoría de los pasajeros celebró la iniciativa, pero algunos no parecían a gusto. 2025-12-01 dia sin pantalones londres 2.jpg 2025-12-01 dia sin pantalones londres 3.jpg El primer espectáculo de este tipo se llevó a cabo en Nueva York en 2002, idea del humorista Charlie Todd. El argumento era simple: ¿no sería divertido si alguien subiera a un tren del metro en pleno invierno con gorro, guantes, bufanda... todo menos pantalones? "Lo que realmente sería gracioso es que en la siguiente parada, un par de minutos después, se abran las puertas y suban otras personas que no lleven pantalones Y actúen como si no se conocieran, como si no fuera gran cosa y simplemente se hubiesen olvidado los pantalones”, dijo Todd. La idea tomó vuelo y desde entonces se celebró el Día Sin Pantalones en distintas ciudades: Berlín, Praga, Jerusalén, Varsovia y Washington DC. Londres lo hace desde 2009, interrumpido únicamente por la pandemia de Covid-19. 2025-12-01 dia sin pantalones londres 4.jpg "Se supone que es un poco de diversión inofensiva. Sin duda, vivimos en un ambiente en el que a la gente le gusta tener peleas culturales. Mi regla en Nueva York siempre fue que el objetivo de este evento es divertir, hacer reír a la gente, no provocar, no se trata de irritar a nadie. Así que espero que ese espíritu continúe”, sostuvo Todd. Un abogado llamado Basil Long se presentó en el punto de encuentro con un abrigo de plumas y un sombrero, pero apenas bajó a los calefaccionados túneles del tube se transformó: vestía únicamente una camisa blanca con rayas de arcoiris, ropa interior rosa y medias con el logotipo del metro. “Lo vi en internet y pensé: ¿por qué no? Cuando a alguien le preguntan por qué escaló el Everest, simplemente responde: ¿por qué no?”, razonó. Miriam Correa tenía un propósito. La chef de 43 años quería venir porque había visto fotos de viajes anteriores en el Día Sin Pantalones en los que aparecían muchas mujeres delgadas y con poca ropa. “Soy una mujer de verdad”, afirmó, y agregó que no hay motivos para avergonzarse de su figura: “Todos los cuerpos son perfectos”.
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