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  • Depresión, un grito desesperado que no se escucha, pero afecta a millones

    » Elterritorio

    Fecha: 12/01/2025 13:54

    No existe una sola causa que la provoque y nadie está exento de padecerla. Las señales de alerta y la importancia de la redes de contención y la ayuda profesional domingo 12 de enero de 2025 | 2:30hs. Es esencial entender que quien padece depresión está sumergido en un estado del que no puede salir. Foto ilustrativa La depresión no siempre grita; a menudo, susurra en silencio, envolviendo a quien la padece en una niebla densa que distorsiona todo. A veces sí lo hace, pero no se la oye. Quienes la enfrentan describen una sensación constante de vacío, como si una parte de ellos se hubiera apagado sin previo aviso. Cada día se convierte en una montaña que escalar, incluso cuando no hay fuerza ni motivación para dar el primer paso. El mundo, que antes parecía lleno de colores y posibilidades, se vuelve gris y distante. Las tareas más simples, como levantarse de la cama o responder un mensaje, pueden sentirse como desafíos insuperables. La soledad, aunque no siempre sea física, se percibe como un muro que separa a la persona de los demás, incluso de aquellos que más la quieren. La mente puede llenarse de pensamientos oscuros y un sentimiento persistente de inutilidad o culpa. Afecta a millones de personas alrededor del mundo, le pasa al de al lado y nos puede pasar a nosotros. Hoy, en el Día de la Lucha Contra la Depresión, El Territorio abordó la problemática universal con la psicóloga y especialista en salud mental Olga Acevedo. Las causas son diversas y cada uno las maneja de manera particular. Un duelo, una separación, perder el trabajo, las adicciones se enumeran entre los desencadenantes. La búsqueda de ayuda profesional, así como la presencia y el apoyo de las redes de contención para identificar las señales de alerta son clave para iniciar el camino de la recuperación. Porque sí, aunque parezca que no, hay salida. “Son cambios significativos que puede acompañar una tristeza, pero cuando esa tristeza ya se vuelve persistente, aparece el desgano, la falta de motivación, el insomnio, el sentimiento de inutilidad, de culpa, desesperanza, ahí ya estamos hablando de que hay un trastorno depresivo que necesita un tratamiento de tipo terapéutico y casi siempre un tratamiento farmacológico”, explicó Acevedo, que brinda asistencia a adolescentes y jóvenes en los Centros de Atención Primaria de la Salud (Caps) 3, 4 y 23 de la ciudad de Posadas. En su experiencia en estos espacios nota que es cada vez más creciente la demanda de pedidos de ayuda y consultas. Chicos entre 16 y 25 años llegan con trastornos depresivos ansiosos y al indagar más profundamente confiesan que hay adicción detrás, casi siempre policonsumo, o bien, están tratando de dejar las sustancias. Los pacientes que tienen entre 30 y 40 años asisten por consumo de alcohol, con antecedentes de policonsumo, pero con el acoplado de otros problemas que tienen que ver con lo económico, pérdida del trabajo, separaciones. “Es el entorno el que va detectando estos cambios. Tenemos que buscar la manera de comunicarnos con nuestros hijos y con nuestros adolescentes en la casa. Por la edad, porque están más con sus amigos, priorizan los juegos ya no van a estar como cuando eran chicos pegados a nosotros, pero podemos encontrar un momentito del día para preguntarles cómo les fue en la escuela, en su día, contarles cómo nos fue a nosotros. Es un hábito que inicia desde chicos”, recomendó. En esa misma línea, agregó: “Que podamos acercarnos, ver cómo está ese chico, se está bañando, se está comunicando, tiene amigos, se encierra, lo veo adelgazado, lo veo que no hace lo mismo que antes. En el compañero de trabajo que está muy pensativo, callado, ya no se arregla como antes, ya no habla como antes, yo lo invito para hacer actividades y pone excusas; acercarnos y decirle que puede contar con uno, y si no nos tiene confianza, ayudarlo a buscar un profesional”. La soledad de los adultos mayores Si bien la depresión no discrimina clase social y tampoco edades, generalmente no se tiene en cuenta que los adultos mayores también pueden ser víctima de ella dado los grandes cambios que van sucediendo en su vida: la partida de sus hijos para seguir sus proyectos personales, las dificultades para realizar con independencia las cosas que hacían antes, la soledad, entre otras cosas pueden desencadenarla. “Creo que esto es un compromiso social, el compromiso del vecino, de la familia, obviamente de nosotros como centro de salud. No identificamos que el adulto mayor es uno de los más vulnerables también en caer en depresión por todos esos cambios que la vida le va generando, ni hablar de que la plata no les alcanza. La realidad es que los hijos empiezan a hacer su vida, tienen otras preocupaciones, trabajan todo el día y no pueden hacerse cargo”, reconoció y sumó la experiencia de su trabajo de campo en conjunto con trabajadoras sociales para la identificación de quienes están en estado de vulnerabilidad para hacer un abordaje integral. Prevenir para no caer La psicóloga además recomendó una serie de actividades para prevenir la depresión. Insistió que es necesario buscar en el día un momento de relajación y hacer cosas que gusten y distienden como arreglar las plantas, leer un libro, escuchar música. “Permitirte un tiempito para encontrarte con vos mismo. Intentar tener una alimentación sana, es importantísimo poder hablar de nuestras emociones, además de enojarme, gritar, llorar, hablar de por qué estoy así, qué me está pasando que lloro mucho”, indicó. Asimismo, enumeró: buscar personas de confianza para hablar, evitar el aislamiento, hacer actividad física, salir a caminar, regular los horarios de sueño, no estar en las redes hasta altas horas, organizar las rutinas y actividades. “Qué importante también es nosotros poder estar dispuestos a la escucha del otro, no compararnos, no hacerlo sentir culpable, porque quizás tuvo su única fuerza para contarnos, le cortamos y ya se pierde la oportunidad de ayudar. El que está atravesando un trastorno depresivo no está así porque quiere, no puede salir adelante, necesita ayuda. Estar totalmente abiertos a la escucha, lo acompaño y si no sé qué decir, cómo aconsejarle o no me sale nada, proponerle consultar a un psicólogo, acompañarlo”, recomendó la profesional. La persona con depresión está sumida en una emoción que no puede manejar “y que lo está tramitando a través del cuerpo para calmar el dolor del alma”, por lo que en casos extremos y más si no hay ayuda profesional pueden llevar a autolesiones y hasta el suicidio. “Que haya un compromiso con el otro es difícil en el mundo en el que vivimos, siempre tan apurados y con tantas responsabilidades, pero no imposible”, aseguró. Por último, hizo hincapié en que un trastorno depresivo ansioso necesariamente tiene que ser tratado con medicación y con acompañamiento constante de psicoterapia. “La persona tiene que llevar un tratamiento farmacológico que justamente le ayude con toda esta sintomatología, a tener un buen descanso, a poder sentirse un poquito más tranquilo, menos ansioso e ir acompañando con la psicoterapia para poder trabajar todas las situaciones difíciles y límites que está teniendo en su vida”, cerró. Señales de alerta Estado de ánimo Estado de ánimo depresivo la mayor parte del tiempo, casi cada día. En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable. Tristeza persistente Tristeza que se vuelve persistente, aparece el desgano, la falta de motivación, el sentimiento de inutilidad, de culpa y la desesperanza. Cambios Pérdida de interés o placer en actividades habituales. Cambios significativos en peso, apetito o patrones de sueño como insomnio o hipersomnia. Adultos mayores Los adultos mayores son una población vulnerable ante la depresión por los grandes cambios que tienen en la vida y la soledad en la que muchos se quedan.

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