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  • El fuego de la memoria: el legado de Luis Cervera Novo y la lucha por la justicia

    Parana » Inventario22

    Fecha: 10/01/2025 10:01

    La memoria es un hilo que nunca se corta, aunque intenten desgarrarlo con el olvido y la negación. La reciente detención del represor Julio César Casanova Ferro, vinculado a los centros clandestinos de detención que operaron bajo el amparo de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), es un recordatorio de que la lucha por la justicia, que aunque tardía, llega para honrar a quienes dieron todo en busca de respuestas. En el caso de Casanova Ferro, su accionar en el centro clandestino de detención conocido como Base Pomar, en Nueva Pompeya, fue documentada gracias a investigaciones y archivos desclasificados que permitieron identificar su participación en el circuito represivo SIDE-Bacacay-Orletti-Pomar. Luis Cervera Novo, militante del Partido Comunista (PC), secuestrado junto a otros seis camaradas el 20 de mayo de 1977 a la salida del local de la avenida Callao, fue una de las víctimas de este sistema de terror. Su nieta, Mariana Cervera Novo, destacó la importancia de los avances judiciales y de la memoria colectiva como herramientas fundamentales para enfrentar un pasado doloroso. «Durante 27 años mi abuela, Haydeé, lo buscó por todos lados y se fue sin tener las certezas que ahora, 48 años después, nos brinda la justicia. Lo hizo junto a otros familiares, golpeando puertas, visitando consulados, comisarías e iglesias, incluso en Campo de Mayo. La lucha no fue individual, fue colectiva, como también lo son la herida y la justicia», subrayó. La identificación de la Base Pomar en 2022 y el enjuiciamiento de los responsables son logros que llegan en un contexto de amenazas a las políticas de derechos humanos. Estas amenazas provienen de discursos que reivindican represores y buscan deslegitimar décadas de construcción de memoria y justicia. Sin embargo, frente a estas sombras, las palabras y acciones de familias como la de Mariana son una luz persistente. «La memoria no se negocia ni se borra, se construye con amor y compromiso colectivo», afirma Mariana, reforzando el legado militante de su abuelo y el amor inquebrantable que sostiene esta lucha. La Base Pomar, junto con Bacacay y Automotores Orletti, fue parte de un circuito represivo que operó bajo la lógica del Plan Cóndor, coordinando el terrorismo de Estado en el Cono Sur. Por esos centros pasaron militantes del Partido Comunista como Luis Cervera Novo, Carmen Román, Isidro Gómez, y otros. Mariana destaca que, aunque la justicia llega tarde, «es una manera de compensar tanta lucha por quienes nos antecedieron y de honrar a los 30 mil desaparecidos». Su declaración es un puente entre el pasado y el presente, un recordatorio de que la memoria no es solo un acto de recordar, sino de hacer justicia en nombre de quienes ya no están. En tiempos donde algunos representantes políticos visitan represores en las cárceles y promueven discursos que buscan legitimar crímenes de lesa humanidad, el compromiso de familias como la de Mariana se alza como una llama encendida. «El agradecimiento a la justicia y al periodismo comprometido es enorme, porque alimentan la llama encendida para seguir iluminando el camino que supimos construir para que la memoria arda en el tiempo y no se apague. ¡Nunca Más!», subraya. El desafío no solo es mantener viva la memoria, sino también garantizar que las instituciones democráticas no sean cómplices de un retroceso histórico. Las posturas que niegan los crímenes del pasado no solo ocultan el genocidio, sino que atacan la esencia misma de nuestra democracia. Por eso, la lucha de Haydeé y Mariana Cervera Novo se convierte en un símbolo de resistencia y esperanza. La memoria, la verdad y la justicia son faros que nos guían, recordándonos que aquí no se rinde nadie y que el fuego de la lucha seguirá ardiendo.

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