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Parana » Entreriosya
Fecha: 09/01/2025 02:49
La ciudad correntina de Mercedes ya comenzó a recibir a las y los fieles del Gauchito Gil, quienes buscan rendirle homenaje al santo pagano. Este 8 de enero se cumplen 147 años de su muerte y es una tradición visitar la figura del Gauchito. Mercedes es el epicentro, pero quienes no llegan al centro neurálgico de la celebración se acercan a los santuarios que abundan a las veras de las rutas del litoral. En el lugar ya hay muchas bandera rojas y un escenario donde algunos músicos suben a cantarle al santo y a la gente. En Paraná, el tradicional lugar de encuentro está en el Acceso Norte. En las primeras horas de la noche de este martes comenzaron a llegar los primeros fieles que a puro chamamé, asado, torta fritas empiezan a vivir su fiesta. “Nosotros no organizamos nada, sino que cada uno cumple sus promesas al gauchito trayendo algo para compartir”, dijo la encargada del santuario, Susana Lescano. El santuario de Paraná estará abierto desde la medianoche de este martes hasta este miércoles a las 00 hs. Mercedes colapsada Mercedes esta con su capacidad hotelera completa por las festividades en honor al Gauchito Gil. El Municipio trabaja en garantizar la higiene y seguridad en casas de vecinos que deseen alojar a peregrinos. Ya habilitaron 50 alojamientos alternativos. La intendenta de Mercedes, Juana Gauto dijo: “Somos una ciudad de 40 mil habitantes y en horas recibimos más de 300 mil”. Sobre la capacidad hotelera, resaltó que está todo colapsado. “Hoy ya no hay hoteles. Estamos trabajando en alojamientos alternativos”, sumó Gauto. La historia del Gauchito Gil Antonio Mamerto Gil Nuñez nació el 10 de julio de 1850 en la zona cercana al arroyo Pay Ubre, tercera sección rural de Mercedes, provincia de Corrientes. Es probable que al igual que su padre se haya dedicado a las tareas rurales desempeñándose como peón domador, de ahí su fama de buen jinete. El abuelo de Antonio Gil, murió degollado, como lo fueron tantos otros soldados correntinos en la batalla de Pago Largo en 1839. Fue consecuencia de la sublevación de Berón de Astrada, gobernador de Corrientes de tendencia unitaria, derrotado por Pascual Echague, gobernador de Entre Ríos. Antonio Gil era uno de los tantos campesinos que poblaban el Pay Ubre, víctima de las luchas fratricidas de nuestro pasado histórico, cuando combatían celeste contra colorados. Un jefe celeste (unitario) era don Juan de la Cruz Zalazar que alcanzó prestigio en la guerra del Paraguay. Durante una de esas reyertas el coronel Zalazar convocó a leva para formar un batallón. Entre los incorporados estaba Antonio Gil que una noche decidió escapar del campamento. Al saber de su huida Zalazar lo mandó a capturar. Cuando lo apresaron lo dieron por desertor. Antonio Gil se defendió diciendo que si abandonó el campamento no fue por falta de coraje, sino porque creía que no debía derramar sangre inocente. Que había soñado con Nandeyará (Dios en guaraní) y que le había dicho que asi debía proceder. Antonio Gil -a pesar de su simpleza- comprendió que todo hombre debe acatar al que lleva adentro. Comprendió que el uniforme le estorbaba, comprendió que no iba a consentir que se mataran a inocentes y por eso se hizo desertor. Fuente: Ahora
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