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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 09/01/2025 02:38
JENIFER LAURIA - GRAN HERMANO “Ya estar en esa casa era un sueño cumplido. Siempre miraba Gran Hermano y decía: tengo que estar ahí”, comenta Jenifer Lauría, una de las participantes más recientes del reality show más famoso de Argentina. A los 31 años, esta empleada administrativa, madre de una niña, y ex pareja del futbolista Ricardo Centurión, cumplió el sueño acariciado desde su adolescencia. Pero el camino de su llegada a Gran Hermano estuvo teñido de violencia. Con honestidad, Jennifer habló sin tapujos al referirse a su pasado. Desde sus relaciones más conflictivas, hasta la lucha por mantener a su hija y alcanzar sus objetivos, en cada palabra expresó una mezcla de fortaleza y vulnerabilidad. “Mi vida me enseñó a ser resiliente, a no bajar los brazos. Este momento en Gran Hermano fue solo una recompensa por todo lo que viví antes”, señaló en esta entrevista con Infobae. Jenifer Lauría, ex Gran Hermano (Candela Teicheira) – Estuviste un mes en la casa ¿Cómo fue volver a tu rutina? – Fueron tres semanas, casi casi un mes. Salí de la casa y tuve que hacer prensa. Hace casi dos semanas que estoy afuera y todavía sigo con eso, así que estoy re contenta. Todavía no retomé mi vida. Estoy yendo a todos lados y pensando en empezar a trabajar. Todavía no sé si voy a volver a mi trabajo de antes. Mi idea es quedarme, moverme en los medios, trabajar con las redes. – ¿Tenés licencia en tu trabajo? – Sí, tengo una licencia de seis meses. Me guardan el puesto durante ese tiempo para decidir qué voy a hacer. – ¿Trabajás con los Moyano? – Sí, trabajo con ellos. – ¿Cómo llegaste a ese puesto? – A través de mi ex cuñado. Él fue quien me hizo entrar, y trabajé con ellos durante diez años. – Dijiste que vivirías de las redes. ¿Cuánto cobrarías por una historia o un posteo? – Eso depende mucho de los seguidores que tenga y de la marca que quiera darme el canje. Varía según esas cosas. – ¿Qué contenido te gustaría crear? – Me gustaría, si puedo ser influencer, meterme de lleno en las redes. También me interesa hacer streaming y trabajar como modelo. Me encantaría moverme en todo ese ambiente. Jenifer contó en la entrevista con Infobae sobre la violencia que sufrió por parte de su pareja en 2012, luego de la primera vez que quiso ingresar a Gran Hermano – ¿Siempre quisiste hacer esto? – Sí, desde chica. Después lo dejé, no me anotaba en los castings ni nada de eso. No sé, me decía: “No me van a llamar, ¿para qué lo hago?”. Una vez me anoté en Gran Hermano y me fue mal. Bueno, en realidad me fue bien porque me llamaron, pero en ese momento salía con un chico al que no le gustó mucho. Me golpeó, me rompió la cara, y ahí dejé todo. Fue un sueño que dejé pasar... hasta que me animé otra vez, me anoté y me fue bien. – ¿Ese chico volvió a comunicarse con vos? – No, no. Esto fue en 2012. Nunca más lo vi, nunca más supe nada. — ¿Cómo fue llegar a tu casa después de eso? – Llegué con la cara desfigurada. No me quedó otra que decirle a mi mamá la verdad. Se enojaron, querían ir a buscar al pibe: “¿Por qué te hizo eso?”. Pero todo quedó en la nada. Dije: “Ya está, no lo voy a ver más”. Y quedó ahí. – Imagino que con él llegaste emocionada a contarle que te habías anotado y habías logrado entrar… – Claro, le conté. Cuando le dije que me iba a anotar, me respondió: “No te van a llamar”. Y cuando me llamaron y le dije que tenía que ir el lunes, que tenía que llevar la ropa, me golpeó. No fui a presentarme porque tenía la cara arruinada. En ese momento no se hablaba de la violencia de género como ahora. ¿Qué iba a decir? ¿El chico con el que estoy me pegó? Me daba mucha vergüenza. Además, tenía 18 años, era chica todavía. Para la edición de GH en la que participó, Jenifer le ocultó a todo el mundo que se había anotado – Ahora cumpliste tu objetivo. – No lo podía creer. Me dije: “Bueno, lo voy a intentar una vez más, que sea lo que Dios quiera”. Pero esta vez tenía mucha fe. Mandé el video, y a los cuatro o cinco días me llamaron. Pasé todas las etapas de casting, que son un montón, y no le conté a nadie. Lo mantuve en secreto. Cuando faltaban diez días, ahí recién le conté a mi hermana, a mi mamá y a mi familia. Pero estuve haciendo casting durante tres meses sin que nadie lo supiera. – Y después de lo que pasó, ¿cómo fue decir “sí, llegué, estoy acá”? – Sí, sí. Eso me deja re contenta. Siento que ya gané. Estar en esa casa fue un sueño cumplido. Yo siempre miraba el programa y decía: “Tengo que estar ahí, tengo que estar ahí”. Y cuando estaba adentro, miraba ese cartel y no lo podía creer. – ¿Y qué te dijo tu familia cuando les contaste que habías entrado? – Estaban re contentos. “Por fin”, me dijeron. “No te pelees con nadie”, y yo hice todo lo contrario, jajaja. “No estés con nadie”, y estuve con alguien. Me peleé también. Pero la pasé re bien, no me arrepiento. Tal vez algunos modos que tuve fueron malos, y eso fue lo que me sacó. Pero me mostré como soy, no fui a vender un personaje. – Muchos dijeron: “Qué violencia”. ¿Qué decís ante eso? – No, no me siento violenta. Yo hablo así. Cuando dije: “Cuando la vea le voy a dar un saque”, no era literal. Es una forma de decir, y la gente se lo tomó literal. Salieron a matarme: “Sos violenta”, “sos esto”, “sos lo otro”. Pero no me considero así. La gente que me conoce sabe cómo soy. – ¿Cómo te llevás con las críticas? – Tengo muchos mensajes lindos y también muchos feos, pero no me afectan. Por ejemplo, hay quienes me dicen “negra villera” de manera despectiva. Pero, sinceramente, no me molesta que me digan villera o negra. Me dicen cosas como “abrís la boca y la cagás”, “lo único que tenés es cuerpo”, pero no me interesa. El sueño de Jenifer era trabajar con Cris Morena – Volviendo a la Jenifer antes de Gran Hermano, dejando de lado todo lo que vino después, ¿cuál era tu sueño de infancia? – Cuando era chiquita miraba mucho a Cris Morena. Siempre decía que quería trabajar con ella. Pero, por cosas de la familia, nunca pude ir a los castings. Así que quedó ahí. Después crecí, trabajé en un local de ropa durante cuatro años y luego estuve diez años en Camioneros. – ¿Y tu familia a qué se dedica? ¿Cómo está compuesta? – Mi mamá y mi papá están juntos de toda la vida. Tengo dos hermanas y un hermano, somos cuatro en total. Mi mamá es ama de casa, mi hermano trabaja como Uber y la mayoría de mi familia trabaja en una verdulería. – Y vos querías ser artista... – Sí, fui la única. Todos se cagaban de risa en mi familia, pero me re apoyan. – ¿Qué te decían? – Nada, me decían: “Disfrutá, que todo llega. Tranquila, hacé las cosas bien, pensá, no te alborotes como sos vos”. Tengo mucha contención de parte de ellos. – ¿Te considerás una persona emocional? – Más o menos. Ahora no tanto. Antes capaz que sí, pero después de todo lo que pasé, me volví una persona un poco más fría. – ¿Qué cosas te pasaron? – Durante toda la vida me pasaron cosas, sobre todo en relaciones de pareja. Eso me hizo tener un parate con todo. – ¿Qué aprendiste de esas experiencias? – Aprendí un poco. No del todo, porque a veces vuelvo a tropezar con la misma piedra. Pero aprendí. – ¿Te costó el amor? – Sí, mucho. Estuve de novia cuando era más chica, durante seis años. Estaba súper enamorada de él y me recontra falló. Ese fue mi primer novio, Diego. Después conocí al padre de mi hija, me volví a enamorar y me volvió a pasar lo mismo. – ¿Cómo te fallaron? – Nada, me engañaban. Con el padre de mi hija pasó lo mismo. Fue como volver a repetir la misma historia. Me preguntaba: “¿Por qué permití esto otra vez?”, pero no podía salir porque estaba enamorada. Me costaba mucho decir basta y terminar la relación. – ¿Y cuál fue tu límite? – Mi límite fue mi hija. Ella me veía mal y me di cuenta de que tenía que parar. Pensé: “¿Qué ejemplo le voy a dar si me ve llorando todos los días?”. Ella ya entendía lo que pasaba, así que dije: “Basta, hasta acá llegué”. "Mi límite es mi hija", cuenta Jenifer sobre cuánto podría soportar estando en pareja – ¿Cómo es la relación de Emma con su papá? – Ellos se ven cuando él me escribe para verla. No tenemos días pactados. Cuando la quiere ver, me manda un mensaje y yo se la doy, no tengo problema. La ve cada tanto, pero ahora no está tan presente en su vida. – ¿Viste cambios en él? – Sí, al principio todo era color de rosa. Pero después, a partir del tercer mes de embarazo, empezaron los problemas. Todo con su familia, las cuentas que me hacían en redes, las acusaciones con mi ex... ahí empezó el infierno. – ¿Qué cosas recordás de ese infierno? – Me hacían cuentas falsas en Instagram haciéndose pasar por mí, insultando a su ex pareja que falleció, diciendo cosas que jamás dije. Siempre puse a disposición mi celular para que viera que yo no tenía otra cuenta, pero las acusaciones seguían. Era horrible. Además, estaban las amantes de él, las cosas que subían, las que me mandaban... la familia de él me insultaba, me trataban de cualquier cosa. Me acusaban de seguir viendo a mi ex estando embarazada, y eso era mentira. – ¿Qué hiciste con todo eso? – A mi ex lo denuncié. En ese momento estaba embarazada, imaginate lo que era. Me quería morir, literalmente. Fue horrible. Ahora, si bien todavía hay cosas que me mandan o publican sobre mí, no me afecta como antes. Ya pasó. La gente me escribe: “Mirá lo que ponen de vos, ¿no vas a contestar?”. Y yo les digo: “No, no voy a responder porque no quiero seguirles el juego”. – ¿Cómo quedaste con tu ex después de denunciarlo? – Lo denuncié por pasar fotos íntimas mías y decir que eran de cuando estaba embarazada, lo cual era mentira. La familia de mi pareja actual lo contactó y empezó todo ese lío. Él se prendió en el juego y se le fue de las manos. Después se arrepintió, pero ya era tarde. – ¿Cómo reaccionaba tu pareja de ese momento ante todo esto? – Nunca me defendió. Me decía: “Ellos son así”. Pero yo no era una más. Yo estaba esperando un hijo suyo, no era solo una noviecita. Nunca se plantó frente a su familia para defenderme. – ¿Por qué creés que la familia lo hacía? – No sé, nunca tuve una respuesta clara. Cuando nació mi hija, decían que no era de él. Yo incluso le pedí que hiciéramos un estudio para que se callaran, pero él no quiso. Decía: “No, no lo necesitamos, se parecen un montón”. Y sí, mi hija es igual a él, pero igual yo quería cortar con todo eso. – ¿Cómo fue criar a tu hija en ese contexto? – Me daba mucha bronca tener que justificar que era su hija. ¿Qué iba a ganar inventando algo así? Si hubiese sido hija de mi ex, hubiera pasado un embarazo tranquilo. Pero no, fue todo lo contrario. – ¿Qué te gustaría enseñarle a Emma? – Quiero inculcarle que las cosas se ganan, que hay que trabajar, que nada viene de arriba. Y que valore todo, tanto las cosas materiales como a las personas. Jenifer Lauría en la entrevista con Infobae – ¿Hubo algo que te haya hecho decir: “Este es mi límite, basta, me quiero ir”? – Sí, mi hija fue quien me hizo hacer el click. Dije: “No puedo seguir permitiendo esto”. Se lo dije a él: “Te mandás una más y nos separamos”. Él pensó que no lo iba a cumplir porque se lo dije muchas veces, pero cuando se mandó una más, terminé todo. Me separé y nunca más volví. Esto fue en marzo o abril del año pasado. – ¿Te gustaría que tu nena sepa toda tu historia? – La verdad, no. No quiero. Por eso tampoco hablo mal de su familia ni de su papá. No me gustaría que mi hija viera eso. El día de mañana, cuando crezca, si se entera de algo, que ella decida qué pensar. Pero no le contaría la historia con su papá ni todo lo que pasó. Me lo guardo para mí. Ella ama a su mamá, a su papá, a sus tías, a su abuela... y yo me quedo con eso. – Dijiste que siempre tropezás con la misma piedra. – Sí. Siento que elijo a la persona incorrecta. Siempre me pasa lo mismo. Me pregunto: “¿Soy yo o qué carajo pasa?”. Porque yo me considero una buena mujer cuando estoy en pareja. Soy súper compañera, re segunda en todo. Pero bueno, también pienso que tal vez es por el ambiente en el que me muevo. Quizás necesito rodearme de otra gente. – Si pudieras cambiar algo de esa relación anterior, ¿lo harías? – No, porque gracias a esa relación tengo a mi hija. Pero tal vez sí me hubiese ido antes. Ahora tengo claro qué cosas no voy a permitir. Si vuelvo a estar en pareja y me hacen algo que no me gusta, me voy. Por más que me duela, prefiero cortar de raíz antes de pasarla mal otra vez. Antes siempre esperaba un cambio. Siempre aposté a la familia, era lo que yo quería. Pero me di cuenta de que era solo yo quien quería eso, y no se puede. Jenifer asegura que a los 31 años cumplió lo que soñaba desde chica: ingresar a Gran Hermano – ¿Tenés algún sueño próximo por cumplir? – La verdad, no sé. Pero me gustaría llevar a mi hija a Disney. Yo ya conocí Disney, y ahora quiero que ella lo conozca. Ese sería un sueño. – ¿Qué le dirías a la Jenifer que fuiste de chiquita? – Le diría que se puede, que todo llega. Yo tuve una infancia complicada, pero tuve esperanzas y a los 31 años cumplí mi sueño. Así que le diría que nunca deje de soñar. – ¿Cómo fue esa infancia? – Tuve una infancia complicada con mis papás y la vida que llevábamos. Pero sé lo que es no tener nada y también sé lo que es tener un poco. Todo llega, y siempre mantuve la humildad. Creo que por eso Dios me dio esto a los 31 años, porque todo lo ve. Fotos: Candela Teicheira
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