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  • EL FISCAL PERITA Y EL SOL DEL MÍNIMO ESFUERZO: UN VERANO JUDICIAL

    Parana » Radio La Voz

    Fecha: 08/01/2025 16:53

    La tarde en la playa estaba en su esplendor. Las sombrillas cubrían a medias los cuerpos que intentaban escapar del sol abrasador, y los vendedores de churros hacían su recorrido al ritmo de un “¡A los chuuurrosss!”. Entre risas y una brisa cálida, los Perros y Grillitos encontraron su rincón bajo una palmera medio torcida. —¿Vos viste lo que está haciendo el Fiscal Perita? — soltó Perro Maldito, ajustándose las gafas de sol mientras le daba un sorbo a su tereré. —¿Ese que copia y pega lo que le manda la Villana Mentirosa? Decime que no me estás hablando de laburo ahora —, respondió Perro Solemne, estirándose en su reposera con aire de fastidio. —Laburo sería si lo hiciera bien, pero ni eso. La Villana le manda todo por mail y el tipo lo mete tal cual en las presentaciones. Es un poema al mínimo esfuerzo. — —¿Y los grupos de género? ¿No dicen nada? Mirá que la situación da para mínimo un escrache con cartelitos en la arena —, intervino Grillo Verde, que había parado de comer helado para unirse a la charla. —Ni ‘mu’. Lucy Grimald lo defiende como si fuera un monumento nacional. Pero pará, no es lo peor —, continuó Maldito, quitándose el sombrero de paja para enfatizar. —¿Qué más puede haber? — preguntó Perro Mestizo, mientras se aplicaba protector solar con la calma de quien sabe que las sombras se terminan pronto. —Su pareja, la psicóloga del cuerpo médico forense, es la que hace las autopsias psicológicas a los agresores sexuales y declara en los juicios. Testigo estrella de la Fiscalía, y encima, en pareja con el jefe. Es un sainete esto. — —Si esto fuera una novela de verano, ya estarían filmando la adaptación. Che… ¿y el PJ? ¿Nada que decir? — preguntó Mestizo, ahora sentado en la arena como si estuviera escuchando el capítulo de la tarde. —. Expulsaron a Kueider cuando ya no quedaba otra. Pero mirá, el solanismo es tibieza pura. Se autoperciben puros, pero venden a sus propios compañeros mientras cierran filas con el Comandante y Osito Peluche. ¿Sabés qué dijo Cáceres a Karina? ‘Hicimos lo que pudimos’—, dijo, imitando el tono lastimero con precisión. —Ah, mirá. Y después hablan de institucionalidad. Mientras tanto, el Oficialismo de Roger observa a estos grupitos de adolescentes como si fueran simples caprichitos, aunque logran poner en jaque esa misma institucionalidad que dicen defender. Pero decime, ¿no es todo esto una gran obra de teatro?— ironizó Perro Solemne, levantándose para jugar un partido de tejo con unos jubilados que miraban con curiosidad. La charla quedó suspendida cuando un pelotazo de vóley pasó a centímetros del tereré de Maldito. El tipo miró a los jugadores con cara de pocos amigos, mientras murmullos de “perdón” venían del otro lado de la red. —Siempre lo mismo, Solemne. Los poderosos de turno se meten en tus cosas aunque no los invites. Ah, por cierto, parece que lo largan al Pato — Las risas se mezclaron con el ruido de las olas. Las verdades incómodas seguían resonando entre susurros, pero por ahora, bajo el sol y con churros en mano, todo parecía un poco más liviano.

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