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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 08/01/2025 12:45
Las tarjetas de crédito lideran el mercado de pagos en supermercados, con una participación del 46,3% en el total (Adobe Stock) La participación del efectivo en los pagos en supermercados argentinos alcanzó en octubre de 2024 un mínimo histórico del 16,9% del total de las transacciones, según cifras oficiales. Este descenso, sostenido a lo largo de los últimos años, refleja un cambio estructural en los hábitos de consumo de los argentinos, impulsado por una combinación de factores económicos, tecnológicos y regulatorios. Mientras el efectivo se desplomaba, otros medios de pago electrónicos, como las tarjetas de crédito, las tarjetas de débito y las billeteras virtuales, ganaban terreno. Estos cambios no solo impactan en las dinámicas de consumo cotidiano, sino que también marcan una transformación profunda en la economía y en la forma en que los argentinos gestionan sus finanzas personales. Una evolución marcada por la tecnología y la pandemia El declive del uso del efectivo en los supermercados no es reciente. Si se analizan los datos históricos desde 2017, puede observarse cómo el efectivo perdió terreno frente a las tarjetas de crédito y débito. En ese año, el efectivo representaba más del 35% de las transacciones totales en supermercados. Sin embargo, desde entonces, esa cifra comenzó a disminuir progresivamente. Un hito clave en esta evolución ocurrió en marzo de 2020, cuando la Argentina implementó medidas de cuarentena estricta por la pandemia de Covid-19. Durante este período, se registraron cambios significativos en los patrones de consumo. Las tarjetas de débito incrementaron su participación, impulsadas por el distanciamiento social y las restricciones para el uso de efectivo. Asimismo, los “otros medios” de pago, como los códigos QR y las billeteras virtuales, comenzaron a mostrar un crecimiento acelerado. El impacto de la pandemia aceleró tendencias que ya se venían gestando, como la incorporación de nuevas tecnologías de pago y una mayor digitalización del comercio minorista. La necesidad de reducir el contacto físico en las transacciones llevó a que muchos consumidores adoptaran por primera vez medios de pago electrónicos, lo que impulsó aún más su penetración en el mercado. La inflación y la caída en la demanda de dinero Otro factor clave en el declive del efectivo fue el contexto inflacionario de la Argentina. En octubre de 2024, la inflación interanual alcanzó el 193%, lo que obligó a los consumidores a buscar alternativas al efectivo para proteger su poder adquisitivo. En términos nominales, los pagos en efectivo crecieron un 88,5%, es decir, menos de la mitad de la suba de precios. Esto refleja una caída en la demanda de dinero en efectivo, un fenómeno que los economistas atribuyen a la búsqueda de instrumentos financieros que generen rendimiento frente a la pérdida de valor del peso argentino. La proliferación de cuentas remuneradas y billeteras virtuales contribuyó a este cambio. Estos instrumentos no solo permiten realizar pagos electrónicos, sino que también ofrecen intereses sobre los saldos depositados, lo que los convierte en una alternativa atractiva frente al efectivo, especialmente en un contexto de alta inflación. Además, la agresiva competencia entre actores del sistema financiero, como bancos y fintech, también incentivó el uso de medios electrónicos. Promociones, descuentos y la interoperabilidad entre plataformas de pago, como los códigos QR, facilitaron el acceso y promovieron su adopción masiva. El crecimiento de las tarjetas y “otros medios” En contraste con el desplome del efectivo, el uso de tarjetas de crédito experimentó un crecimiento notable en los últimos años. En octubre de 2024, estas concentraron el 46,3% de los pagos en supermercados, mientras que las tarjetas de débito representaron el 26,3%. En ambos casos, los incrementos estuvieron alineados con la inflación, pero en el caso del crédito se observa una tendencia sostenida de aumento desde los últimos meses de la presidencia de Alberto Fernández hasta el primer año de gestión de Javier Milei. Por su parte, el segmento denominado “otros medios”, que incluye billeteras virtuales, códigos QR y vales, creció un 300% interanual en octubre de 2024, alcanzando el 10% de participación en los pagos en supermercados. Este salto supera ampliamente el ritmo de la inflación, lo que refleja su popularidad creciente como una alternativa práctica y eficiente. La incorporación de la interoperabilidad entre billeteras y tarjetas impulsó aún más esta tendencia, permitiendo que los consumidores realicen pagos con mayor facilidad y sin limitaciones en cuanto a la plataforma utilizada. Transformaciones regulatorias y el impacto del transporte El Gobierno también jugó un papel relevante en la transformación del sistema de pagos. Durante 2024, se adoptaron medidas que incentivaron el uso de medios electrónicos, como la eliminación de retenciones impositivas a cuenta y la exigencia de que los comercios acerquen la terminal POS al cliente, garantizando mayor seguridad en las transacciones. Estas disposiciones no solo promovieron el uso de tarjetas, sino que también contribuyeron a reducir la informalidad en la economía. Un cambio normativo clave que promete profundizar esta transformación es la apertura del sistema SUBE al uso de tarjetas, celulares y códigos QR. Esta medida, anunciada hacia finales de 2024, permite pagar el transporte público con tecnología contactless o billeteras virtuales. Los expertos anticipan que esta modificación podría tener un efecto dominó en el resto de los hábitos de consumo, al fomentar el uso de medios electrónicos en las transacciones cotidianas más frecuentes. En ese contexto, la competencia entre actores clave, como Mercado Pago y la banca tradicional, se intensificó. Ambos buscan posicionarse como la opción preferida para los pagos digitales, ofreciendo descuentos y promociones, especialmente en el transporte público, donde se observa una “guerra comercial” por captar usuarios. Un sistema en transformación constante Los datos más recientes muestran un escenario de transformación constante en los medios de pago en Argentina. Durante el período enero-octubre de 2024, se realizaron más de 10.100 millones de transacciones electrónicas, un incremento del 42% interanual. Entre estas, las transferencias electrónicas lideraron el crecimiento, con un salto del 97%, seguidas por los pagos QR, que aumentaron un 53%. Las tarjetas de crédito y débito, aunque con un avance más moderado, también consolidaron su lugar como protagonistas en el mercado. Con el efectivo en su punto más bajo de participación histórica, el sistema de pagos argentino avanza hacia una mayor digitalización. La combinación de tecnología, inflación y regulación ha redefinido los hábitos de los consumidores, con un impacto significativo en la economía y el comercio.
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