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» Diario Cordoba
Fecha: 07/01/2025 08:37
La llegada de Rosa al plató de Pasapalabra ha supuesto una auténtica revolución. Desde su primer día, la joven gallego-argentina se ha convertido en una de las pocas personas capaces de plantar cara a Manu, el concursante que domina la silla naranja desde hace semanas. Desde que Nacho Mangut abandonó la carrera hacia el bote, pocos participantes han logrado hacerle sombra al invicto Manu. Sin embargo, Rosa parece tener las armas necesarias para convertirse en una rival digna y, al mismo tiempo, una de las concursantes más queridas por el público. Rosa es una joven de raíces gallegas y argentinas que reside en España junto a su familia. Aunque apenas lleva unos programas en el concurso, ha conquistado a los espectadores con su espontaneidad, sentido del humor y cercanía. La concursante, que ya ha superado varios enfrentamientos en la silla azul, llegó al primer programa del año sentada directamente en la silla naranja, tras vencer a su oponente en la edición anterior. Su habilidad para los juegos de palabras y su carisma han hecho que su presencia en el concurso sea imposible de ignorar. Más allá de sus logros en el programa, Rosa ha demostrado ser una persona auténtica y entrañable. Comparte con naturalidad anécdotas de su vida, como sus Navidades familiares, y tiene un gran talento para conectar con la audiencia. En esta edición especial de Año Nuevo, Rosa volvió a dejar huella con un momento que nadie esperaba. El ambiente era festivo en el plató, con todos celebrando el inicio de 2025. Roberto Leal, el carismático presentador del programa, preguntó a Rosa cómo había pasado las fiestas navideñas. La respuesta de la concursante no solo sorprendió a Leal, sino que también dejó al plató en completo silencio. “Estoy embarazada”, dijo Rosa con una sonrisa pícara. El asombro inicial dio paso a las risas cuando la joven aclaró entre carcajadas: “Estoy muy bien. Aquí recuperándome de esta barriga de embarazada, aunque estoy embarazada de comida”. Según explicó, las Navidades habían sido todo un festín, en el que disfrutó cocinando con su madre platos tradicionales argentinos, en pleno verano austral. La confesión fue tan inesperada que la dinámica del concurso tuvo que detenerse unos minutos para que el equipo y el público pudieran reaccionar al divertido momento.
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