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Parana » Uno
Fecha: 06/01/2025 09:25
El proyecto de Los Caciques , que tuvo su inicio a principios de 2016 en la provincia de Mendoza, se ha consolidado como un referente en la reinserción social y promoción de segundas oportunidades para personas privadas de su libertad. Con el mismo modelo implementado por Eduardo Oderigo en Buenos Aires con el equipo de Los Espartanos, esta iniciativa logró, a través del deporte, bajar significativamente la conflictividad y violencia intramuros e incluso, los niveles de reincidencia. Todos los integrantes del equipo son personas privadas de su libertad, alojadas en un mismo módulo, para que el compromiso, la convivencia, disciplina e incorporación de valores como el respeto y sentido de pertenencia puedan ser trabajados en conjunto. Por otra parte, para ser Cacique, en primer lugar, hay que tener una excelente conducta, asistir a alguno de los tres niveles educativos que se dictan y participar en talleres laborales. El 2024 de Los Caciques Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Caciques Mendoza (@caciquesmdz) Ante esto, UNO habló con Marcos Alemán, coordinador del área de los voluntarios de rugby y promotor de las burbujas de escucha. Alemán llegó a Mendoza en 2019 desde Buenos Aires para sumarse a este ambicioso proyecto de reinserción social. Además, de chico, jugó al rugby para el Club Universitario de Buenos Aires (CUBA). "En esta iniciativa de Los Caciques, que surgió en 2016, se juntan dos intereses. Por un lado, nuestra pasión y agradecimiento a todo lo que el rugby nos brindó y enseñó para la vida. Si bien, en el voluntariado hay gente que no está ligada a este deporte. Pero en sus inicios, surge muy pegado a este mismo. Por otro lado, frente a la inquietud y preocupación por la seguridad, de la cual muchos hemos sido víctimas, busca brindar una segunda oportunidad a la gente privada de su libertad. Además, no queremos conformarnos con exigirle al Estado o a quien sea más mano dura frente a la inseguridad, sino, ser nosotros capaces de brindar una segunda oportunidad", comenzó. Por otro lado, se refirió a valores que tratan de inculcarle a los presidiarios, para que sepan actuar lealmente en un deporte de contacto: "Es un deporte de mucho contacto. Pero si en algo ha crecido, es en el cuidado del jugador y el respeto. Uno de los lemas que manejamos es mente fría en corazón caliente. Entonces, uno frente al contacto o un tackle, no reacciona, sino, sigue respondiendo con esa actitud. A su vez, se fomenta mucho el respeto al árbitro, más allá de que acierte o se equivoque. Siempre hacemos la comparación con el fútbol, donde se busca engañar y hay muchas exageraciones, logrando que hasta se expulsen jugadores. Acá queremos fomentar lo contrario, que el árbitro sea visto como una imagen de autoridad y por eso, se lo respeta. Esto sirve como disciplina para el deporte y la vida". Respecto a los puntos importantes de este proyecto, Alemán, destacó la importancia de la espiritualidad: "Este proyecto tiene cuatro ejes, el deporte, la espiritualidad, alfabetización y reinserción laboral, porque a esto lo vemos como un gran complemento. En el rugby, la idea base es saber jugar y trabajar en equipo, donde todos tienen un lugar y una responsabilidad. También, consideramos que es importante trabajar la espiritualidad, poder estar en contacto con ese niño interior y ponerle palabras a lo que vivimos, expresándolo desde el corazón". Seguidamente, el coordinador se tomó un tiempo para empatizar con la gente privada de su liberad: "Al compartir tiempo y espacio con gente privada de su libertad, por un lado, nos damos cuenta que por mucho que compartamos, no llegamos a imaginar lo que significa estar privado de la libertad 24/7 y viviendo con gente a la cual te han impuesto, compartiendo baño, celda y comida. Entonces, algunas veces es difícil acompañar. Pero lo más placentero es el agradecimiento de ellos, porque buscan que la gente les dedique tiempo, haciéndoles sentir que hay alguien que cree en ellos y les brinda una segunda oportunidad. Por ejemplo, en estas navidades, hicimos un pesebre viviente y fue muy lindo compartir y provocar esos sentimientos tan sanos". Y agregó: "Los grandes cambios que hemos tenido no son solamente en torno al nivel de violencia en el pabellón Cacique, que hace más de un año y medio que estamos y no hay ningún conflicto. Además, se dieron cuenta de que han cambiado su modo de hablar y expresarse entre ellos, con el servicio penitenciario, sus familias e incluso, con nosotros mismos. Les insistimos en que hay que cambiar las actitudes, lenguaje y valores tumberos, por uno Cacique". Finalmente, Marcos habló sobre el futuro de este programa, el cual parece no tener techo: "En cuanto al futuro, tanto de Los Espartanos como de Los Caciques, es un proyecto que no tiene techo. El año pasado, se realizó en Mendoza la Convención Internacional de la Comunidad Espartana, siendo la primera vez que se hace fuera de Buenos Aires y participaron distintos servicios penitenciarios. Ahora, estamos empezamos a gestionar la idea de poder jugar entre los distintos servicios penitenciarios de Cuyo, donde también están con este programa de rugby, como lo son San Juan y San Luis. También, hemos logrado tener partidos por fuera, incluso, en el estadio Malvinas Argentinas. Así es como queremos seguir expandiendo el proyecto. Al mismo tiempo, siempre les decimos a los muchachos que no tienen techo, salvo el que ellos mismos se pongan. Mientras más confíen en ellos, este proyecto va a seguir adelante". Cada día, un colaborador más
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