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    » El litoral Corrientes

    Fecha: 05/01/2025 17:44

    n Es la tarea ingrata que vislumbra las irregularidades en cometidos, que la vida instala para controlar, tener idea exacta, detenernos en la realidad, sin ficción que desdibuje lo cierto. Las certezas se permiten hablar. Decirnos que la realidad siempre tiene otro color, otro humor. La verdad desnuda y concreta. Perón decía, que el hombre es valioso pero controlado, rinde mucho más. Esa desconfianza entre lo encomendado y lo hecho, sorprende las ecuaciones o especulaciones que al respecto siempre se especulan. Un Balance tiene la misión de decirnos, cómo anduvimos en el tiempo desandado. Cómo registramos. De allí, las conclusiones si conviene o no su adopción. Mejorando las fallas. Que aumente la calificación positiva que nos libere el camino para poder cruzar la meta victoriosos. Es una prueba lisa y llanamente que nos habilita con números, el comportamiento de los plazos y la excelencia prometida en prospectiva con cifras en mano. Hemos surcado 2024, repleto de ansiedad ante un nuevo Gobierno y expectativa, comprobando que se marcaría el ajuste conveniente más salvaje de la historia económica del país. Motosierra en mano, inflexible sin percatarnos de las cabezas rodando, y la pobreza en lucha abierta con una inflación voraz, impertinente, haciéndose infranqueable no obstante la brecha más aguda entre pudientes y necesitados. Tarifas por el cielo, remarcando su necesidad por estar atrasadas, obras sociales marcándonos que Pami no absorbe más remedios; todas las contemplaciones de liberación despiadada mientras la pobreza se mantiene incólume con precios estacionados, fortalecidos, cambiando usos y costumbres si se tiene o no, rompiendo la normalidad. Nadie fijándose que ellos, los de siempre, los de abajo, siempre están atrasados, fijados e inalterables. Llegándose a la conclusión: Menos empleos. Más pobreza. Y la inflación en desaceleración en la macro, mientras la micro, bien gracias. Según y conforme la opinión de Sturzenegger: “Cerca de 36.000 empleados públicos perdieron su trabajo desde que asumió Milei.” Pareciera ser que Menem siempre está presente en las buenas y malas comparaciones. Tomando aquello de “Ramal que para. Ramal que se levanta”, es como decir empleo que no produce, trabajador que se mata. Somos todos argentinos, hoy partidos por la mitad. Donde ese medio somos nosotros. O todos, o nada. Divididos somos solamente media parte. La lucha es clara e inobjetable, la gente no se medica como debe, prefiere comer, porque la pobreza no puede ser ignorada, casi, casi está como Boca en sus mejores tiempos: la mitad menos uno. El “gallinero” está que arde. Votos prometidos que después traicionan en el Congreso porque primero se aseguran su supervivencia; peleas abiertas con todos los improperios posibles, ya que el que cacarea tiene mayor suerte, o por lo menos se asegura la diaria manutención. Es también cierto sin ser precisamente un “reloj”, que los países nos toman por ejemplo de una política, inverosímil tal vez, pero la atención la tenemos cubierta. Algunos remezones con aire de justicia pero justicia al fin: se reflotan casos como Dalmasso, Nissman, supuestamente hay un endurecimiento en el revisionismo de causas emblemáticas dormidas hace mucho tiempo. Si bien Lorenzetti hizo crujir la Corte criticando a su propio compañero de equipo, hoy de 3, parece ser que alguien tiró del “piolín”. Algo es algo. El balance tiene la palabra.Pero también la solución, pensando en el bolsillo de todos. Porque todos somos uno. La Iglesia encabezada por el Papa argentino, arremete de seguido con fuego cruzado. Pidió a los argentinos: “Levantar la voz contra las injusticias a los pobres.” Otro llamado de atención de Francisco, ahonda la idea: Pidió enfáticamente: “Que se defiendan de las ideologías. No se dejen engañar.” Olor a pólvora hay en el “campo de batalla” en defensa de los indigentes y pobres, pobres. Coincidimos que estábamos hasta el cuello por falta de planes, o si los hubo, íbamos derecho a la hoguera. Estamos viviendo vestigio de ellos, pero tengamos compasión con quienes menos pueden, hoy integrado por muchos otros hasta ayer “balconeando”. Un Balance de números como todos ellos ostentan, pero la realidad la plantean muchas voces que hoy se suman al coro cada vez de mayor peso, de innegables urgencias donde sumar años es una desgracia y no un mérito existencial. Si bien la comparación se parangona con una canción, para poner calma y no olvido, donde Chico Novarro gran autor nos habla de “Nuestro Balance”, el que no siempre es un jolgorio sino un sufrimiento a goteo. “Sentémonos un rato en este bar / a conversar… serenamente. Echemos un vistazo desde aquí / a todo aquello que pudimos rescatar. / Hagamos un balance del pasado / como socios arruinados / sin rencor. / Fracasado solo un año / y el adiós abrió su herida; / un años nada más, / que en nuestro amor duró una vida. / Lentamente fue creciendo / la visión de la caída. / La sombra del ayer nos envolvió / y no atinamos a luchar…/ En la vida todas las cosas se parecen porque el dolor lo llevamos adentro. Engañar cuesta hasta mitigarnos o poner fin, que el dolor es verdadero y se merece gritar. Somos todos argentinos hoy partidos por la mitad. Donde ese medio somos nosotros. O todos, o nada. Divididos somos solamente media parte.

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