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  • El braille cumple 200 años como "la puerta a la cultura, a la autonomía y al esparcimiento" de las personas ciegas

    » Diario Cordoba

    Fecha: 05/01/2025 12:51

    Louis Braille no nació ciego. Fue en un accidente a los tres años en el taller de su padre, fabricante de arneses y monturas para caballos, cuando se hirió el ojo con una lezna y perdió completamente la visión. Sus padres se empeñaron en que recibiese una educación, en una época, principios del siglo XIX, en la que los afectados por esta condición quedaban relegados a la mendicidad. Excepcional en la escuela, Braille recibió una beca a los 10 años para estudiar en el Real Instituto para Jóvenes Ciegos de París (Institution Royale des Jeunes Aveugles), una de las primeras escuelas para ciegos del mundo. Allí comenzó a leer con el sistema de Valentin Haüy: imprimir letras en relieve sobre papel húmedo. Pero este método no permitía a los ciegos escribir por sí mismos, era lento y costoso. Un capitán del ejército francés visitó el instituto y presentó su sistema de escritura nocturna, que consistía en puntos en relieve y que se empleaba para que los soldados pudiesen comunicarse en silencio en la oscuridad. Braille se dio cuenta de que podía simplificarlo y adaptarlo para que lo utilizasen personas con su misma afección, y fue de esta manera cuando, siendo tan sólo un adolescente, desarrolló su propio sistema de lectoescritura de seis puntos organizados en dos columnas de tres puntos. Se fija en el 4 de enero de 1825 la fecha de la creación. Hoy se cumplen 200 años del nacimiento de uno de los sistemas más importantes de lectoescritura, que heredó el nombre de su creador. Una persona lee una página de braille, el sistema de lectoescritura que cumple 200 años. / Eren Li (PEXELS) El braille fue una revolución Este sistema supuso una revolución para las personas ciegas. Su implantación permitió el acceso a la cultura, a la educación y a la vida diaria de este colectivo. Marina Rojas, responsable de la Unidad Braille y del Departamento de Comisión Braille Española y del Etiquetado en la ONCE, y persona con discapacidad visual, no se imagina su vida sin el braille. "Es la oportunidad de que las personas con discapacidad visual accedamos a la alfabetización, y por tanto, a poder tener autonomía y plena capacidad para participar en muchos aspectos de la vida", señala en una entrevista con El Peiródico de España. El braille le ha permitido desarrollar su carrera. Estudió un Grado Superior de Canto y siempre pudo ir, gracias a este sistema de lectoescritura, "a la par" que sus compañeros de clase. Como además existe una signografía específica para música, pudo estudiar canto y leer con soltura partituras y diversos materiales musicales, que le han permitido "alcanzar grandes conocimientos en mi etapa tanto como estudiante, así como profesional y personal". Este método facilita, dice, la "plena autonomía en el uso de medicamentos, tanto veterinario como humano, y el acceso a la lectura o al ocio, mediante juegos de mesa". También en las botoneras de ascensor, en los productos de higiene o en la alimentación, así como en cartelas de diversos monumentos o museos, destaca la responsable de la Unidad Braille y del Departamento de Comisión Braille Española y del Etiquetado en la ONCE. El braille es fundamental para las personas con ceguera, pero también para aquellos que tienen sordoceguera, que lo emplean como su acceso a la comunicación. Avances del braille El braille ha sabido adaptarse siempre a los avances que han ido surgiendo a lo largo de la historia. La tecnología, sostiene Marina Rojas, ha sido "una gran aliada" y ha permitido "compaginar este sistema con nuevas herramientas con las que acceder a la información, como pueden ser los teclados o líneas braille". "El braille ha evolucionado muy rápido y, en tan solo unos años, pasó de realizarse de una forma muy artesanal a poder ser realizado mediante imprentas más modernas, que permitían una producción más rápida y eficiente", destaca Rojas. Las impresiones en braille han ido mejorando su calidad y se han adaptado a las nuevas tecnologías. La Comisión Braille Española (CBE), el máximo órgano que ostenta la capacidad de desarrollo del braille, estudia las necesidades tanto de los usuarios de este sistema como de las diversas actualizaciones que se van realizando con el paso del tiempo, así como la creación de nuevas herramientas. Marina Rojas, responsable de la Unidad Braille y del Departamento de Comisión Braille Española y del Etiquetado en la ONCE. / ONCE Esta Comisión cuenta con grupos de trabajo, formados por los mayores expertos en la materia, procedentes de diferentes áreas de ONCE, y está en constante diálogo sobre la situación del braille en todos sus aspectos. Asesora a entidades y empresas para que lo incluyan en sus productos y servicios, para alcanzar la inclusión y la autonomía de las personas con discapacidad visual. El aprendizaje del braille "no resulta más complejo que cualquier otro, sino que requiere, como en todos los aspectos de la vida, tiempo y paciencia". Para Marina Rojas, este sistema de lectoescritura supone "la puerta a la cultura, a la autonomía y al esparcimiento, tanto en el ámbito personal como en el profesional". En la ONCE cuentan con maestros y promotores de braille, que dedican sus días a enseñar tanto a niños y adultos este sistema, para que las personas con discapacidad visual puedan "participar en igualdad" en la sociedad. Principales desafíos A pesar de que los avances de los últimos años han sido muy notables, Marina Rojas asegura que "aún queda mucho camino que recorrer". Actualmente, la Comisión Braille Española se encuentra "inmersa" en un proceso que esperan que suponga "la puesta en marcha de la Ley 4/2022, para proteger a los consumidores vulnerables". Piden la inclusión del etiquetado en braille de aquellos productos que puedan resultar imprescindibles por ser de primera necesidad o por resultar un peligro para la salud o la integridad de las personas con discapacidad visual. "Tenemos mucho trabajo aún por hacer, aunque cada vez son más las personas que van abandonando la ignorancia que puede existir sobre el braille, para dar paso a la oportunidad de conocerlo y, sobre todo, de incluirlo en cuantos más productos mejor", expresa. El etiquetado de productos, entiende Rojas, es el "aspecto que más cabe evolucionar" es en el etiquetado de productos. Actualmente, una persona con ceguera o con una deficiencia visual grave "no puede de ninguna de las formas distinguir si un producto puede ser perjudicial, ya que el empaquetado es idéntico y, por tanto, depende de otra persona, lo que resta autonomía e igualdad de oportunidades en su vida diaria, por no hablar de que puede ser un peligro para su salud". Además, Marina Rojas incide en que es "fundamental" que el braille sea utilizado "en los deberes de todo ciudadano, como los procesos electorales", en los que ya cuentan con un kit de voto accesible, pero que "desgraciadamente no siempre está al alcance de todos".

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