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» Diario Cordoba
Fecha: 05/01/2025 12:46
Durante cerca de dos años, y en periodos durante los cuales llegaba a violar a su sobrina hasta cinco y seis veces por semana, el ahora condenado “satisfacía sus deseos libidinosos de la forma más cruel y bárbara posible, aprovechándose de la bondad e inocencia de una niña de corta edad”, según remarca la sentencia, que acudía al domicilio de su tío, en un municipio de la Ribera Alta que este periódico no revela para preservar el anonimato de la víctima, para cuidar de sus primos pequeños porque la madre estaba en prisión. La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia condena al acusado a 16 años de cárcel, misma pena que solicitaba el Ministerio Fiscal. Concretamente le impone quince años por un delito continuado de agresión sexual a menor, con prevalimiento por su relación de parentesco, y un año más por el delito de exhibición de material pornográfico. De igual modo le impone también diez años de libertad vigilada, así como doce años de prohibición de comunicación con la víctima y de aproximarse a menos de 300 metros de ella. Así como el pago de 25.000 euros de indemnización por los daños morales. La madre denunció los hechos en enero de 2019 Los hechos declarados probados ocurrieron entre 2017 y enero de 2019, cuando la madre de la menor tuvo conocimiento de lo que estaba pasando y denunció al hermano de su marido. Según refleja la sentencia, el acusado compraba la voluntad de su sobrina dándole porros de marihuana y regalos. El pederasta le hizo creer que se trataba de una relación consentida y la menor debido a “su inmadurez e ignorancia” llegó a pensar inicialmente que así era y que incluso su tío estaba enamorado de ella. Con doce años no podía dar ningún tipo de consentimiento, además cuando la menor quiso poner fin a este tipo de relaciones sexuales con su tío el acusado recurrió a las amenazas. Amenazaba tanto con matar a su madre como con contarle a su padre “su deshonra”. La Sala argumenta que la prueba contra el acusado es “contundente” y que las contradicciones esgrimidas por la defensa del acusado no son tales, ya que la menor siempre ha relatado los mismos hechos, y la única contradicción fue debidamente aclarada. Inicialmente ante la Guardia Civil la víctima manifestó que había sido violada en tres ocasiones, cuando realmente fueron casi a diario. Esto se debe a que por miedo, vergüenza e inmadurez -incluso pensaba que las primeras veces había sido sexo consentido por su parte-, la menor “no era consciente de lo que pasaba”. El testimonio de la menor fue corroborado también por sus hermanas, de 9 y 14 años, quienes presenciaron alguno de los episodios y besos que su tío le daba. La mayor sí se percató de esta actitud lasciva pero tampoco actuó por miedo a represalias y a la deshonra de la familia, hasta que finalmente se lo contó a su madre, que inmediatamente denunció los hechos. La mujer asegura que ya sospechaba algo por los rumores del pueblo, e incluso porque la mujer del acusado se lo había contado, pero hasta que su hija se lo dijo no pudo creer que algo tan grave estuviera ocurriendo y que su cuñado fuera capaz de ello.
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