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  • La increíble historia del argentino que sorteó una moto y vendió hamburguesas y choripanes para poder correr el Rally Dakar

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 04/01/2025 14:40

    Santiago Rostan con la bandera argentina que homenajea a los veteranos y caídos en la Guerra de Malvinas (@santirostandakar) Juan Santiago Rostan nació el 11 de septiembre de 1995, trece años después de la Guerra de Malvinas. Le contaron de aquel hecho que marcó la historia de Argentina y siempre quiso indagar sobre el tema. Generó un vínculo con dos veteranos del conflicto armado y en su segunda participación en el Rally Dakar decidió homenajearlos con una bandera que tuvo dibujada las islas en el medio. Para poder hacerlo debió pedir permiso a la organización de la carrera. Aunque antes de llegar a Arabia Saudita, sobre la hora debió hacer malabares para reunir el presupuesto y le contó su historia a Infobae. El oriundo de Neuquén corre en motos y debutó en 2024 en la carrera más dura del mundo, cuando fue 39º. Este año busca terminar en el top 25 y compite con una KTM 450 atendida por el equipo XRaid Experience. Acompañado de su padre Santiago, se lo nota muy entusiasmado al tercer argentino que integra la divisional de las dos ruedas junto con los hermanos Kevin y Luciano Benavides. Se suma el cordobés Benjamín Pascual, que está con una Segway eléctrica, en una división especial para vehículo con energías alternativas. De su gesto con la bandera explica que “muchos me preguntan, pero no tengo ningún familiar que haya ido a Malvinas. La verdad que es algo que me nació y siento que hay que representar de la mejor manera a la Argentina. Soy neuquino y estoy en la Patagonia que es la zona que más cerca está de las islas. En mi ciudad hay un museo y un monumento muy lindo a los excombatientes. Vivo cerca de ahí, lo veo todos los días y la verdad que es algo que a mí me llamó mucho la atención”. En acción sobre la KTM 450 en Arabia Saudita (@santirostandakar) Recuerda que “siempre tuve un vecino que era excombatiente y le teníamos mucho respeto. En su momento, cuando se tiraban fuegos artificiales, su familia nos pedía que no lo hagamos porque a él le repercutía mucho en su momento y es algo que me generó mucho respeto y así. Gracias a eso tuve un amigo que fue excombatiente y por eso me traje su bandera para poder representarlo y para mí es algo muy patriota para un argentino, más allá de cualquier pensamiento”. Aunque aclara que ·”me costó mucho pedir permiso a la organización, porque acá hay que pensar que las banderas con estas connotaciones no las podemos mostrar mucho. Pero como fue algo con mucho respeto no tuve problemas”. Su pasión por las dos ruedas nació desde muy chico. “Ando en moto de los cinco años, producto de que mi papá anda en moto y así arrancamos, dejé las rueditas y mi papá me compró mi primera moto a escondidas porque mi mamá no sabía. Siempre cuento que yo llegaba medio golpeado a mi casa y mi mamá pensaba que me fajaban y no, era porque me caía y más allá de las protecciones, cuando era chico los golpes se marcaban fácil en el cuerpo. Hasta que mi vieja nos descubrió y ahí empecé a competir”. Santiago saluda tras completar la primera etapa Hamburguesas y choripanes para correr el Rally Dakar Más tarde pasó del motocross al Rally Raid y comenzó su camino para poder llegar algún día en el Rally Dakar. “En 2021 pasé a correr al rally y fui al Desafío Ruta 40 de 2023 en Argentina. Gané en motos y eso me dio la invitación (no tuvo que pagar la inscripción) para correr el Dakar de 2024, pero igual hice un esfuerzo económico inmenso”. Para este año el tema se encaminó porque se sumaron sponsors, pero sobre la hora el tema se complicó y sobre la hora estuvo a punto de no poder correr. “Hice el sorteo de mi moto y el Motocross Club Neuquén me cedió la cantina en la última fecha del Campeonato Argentino de Motocross.” Aunque para correr el Rally Dakar debió hacer un trabajo a lo largo del año. Fueron cientos de visitas a los sponsors para contarles cómo iba el proyecto y en cada reunión buscó cerrar su apoyo. “Volví del Dakar pasado el 20 enero, pero recién en noviembre pude definir el apoyo presupuestario. Cuando iba a ver a los sponsors en marzo o en abril me decían ‘faltan mucho tiempo y no sabemos qué pasará con el país y nosotros a fin de año’, algo completamente entendible. Su padre, también llamado Santiago, es una persona clave en su vida. Tienen una relación de afinidad muy grande porque ambos comparten el amor por el motociclismo. Lo ayudó para llegar al Rally Dakar y lo acompaña en Arabia Saudita. De hecho, corrieron juntos el Desafío Ruta 40 del año pasado, él en motos y su papá en cuatriciclos. “Era una tranquilidad que estuviese detrás porque sabía que ante cualquier cosa que me pase lo tenía a él para que me ayude”, recuerda. Pero no todo son las dos ruedas en la vida de los Rostan ya que se dedican a autos. “Yo trabajo en la empresa familiar que renta de vehículos en Neuquén. Estoy muy muy comprometido con mi trabajo y todo por eso tengo la posibilidad de que mi familia me apoye. Ellos dejan muchas cosas de lado para poder cumplir nuestro sueño”. De su segundo objetivo en el Rally Dakar, explica que “entrené este año para para poder salir a buscar una posición. Trabajo con mi psicóloga, mi entrenador, mi familia, mi viejo y mis sponsors. Corre en la categoría más desafiante y peligrosa y al respecto recuerda una anécdota. “El año pasado se bajó Carlos Sáenz y lo felicitaron porque había ganado la etapa. Justo llega una moto atrás y él dijo ‘felicítenlo al de la moto, que solo va con un casco y a 160 km/h. Nosotros venimos con jaula antivuelco adentro del coche’. Ahí te das cuenta de los riesgos que tenemos nosotros. Debemos tener confianza para andar muy rápido. Tenemos dos discos de freno cuando en un auto hay cuatro. El desgaste del cuerpo ya que debemos controlar el peso de la moto (140 kilos) y a veces vamos parados. Con todos los elementos de protección personal que tenemos seguimos estando con un alto riesgo”. Con su padre corrieron juntos en la última edición del Desafío Ruta 40 (@santirostandakar) Justamente, en su primera edición falleció tras un accidente el piloto español Carles Falcón. Sobre cómo se sigue corriendo ante la pérdida de un colega, responde que “es muy personal. No quiero opinar mucho, pero la verdad que uno trata en ese momento de tener la menor información posible. Podría haberle pasado a cualquiera, pero creo que el piloto que está acá no sé si es muy consciente de lo que hace, porque si fuese consciente no estaríamos corriendo”. El año pasado tuvo un gesto con un corredor de cuatriciclos al que asistió en carrera, en una actitud que valora la organización pues suelen devolverle el tiempo perdido al piloto que se detiene y ayuda a otro. “Fue con Marcelo Medeiros, que tuvo una caída enorme. Me frené a asistirlo porque el médico era francés y él es de Brasil. Habla portugués y más o menos uno le entiende el español, pero el doctor no le entendía. Entonces me tuve que quedar a hacerle de nexo”. Revela que tras ver a otro competidor accidentado “lo primero que bajás es el ritmo, la concentración y estás mucho más a la defensiva. Para salir de eso empiezo a pensar en cosas positivas. Cada uno tendrá sus herramientas para salir de ese momento”. Santiago Rostan comenzó su segundo Rally Dakar y busca terminar otra vez, pero poder mejorar su resultado. Esta clase de pilotos que se dedican a otra actividad tienen un mérito mayor por el esfuerzo realizado en todo el año para poder recorrer 16 mil kilómetros para llegar a Arabia Saudita y animarse a la carrera más dura del planeta.

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