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» Diariopinion
Fecha: 03/01/2025 09:11
El pueblo de Formosa merece más que pan dulce y sidra; merece un gobierno transparente, que priorice sus necesidades reales y rinda cuentas por sus actos Las declaraciones de la diputada provincial justicialista Blanca Denis, al realizar un balance del año 2024, no solo carecen de autocrítica, sino que además representan una burla al sufrimiento cotidiano de miles de formoseños. Denis elogió las políticas de Gildo Insfrán, atribuyendo los problemas económicos de la provincia a las medidas de ajuste del gobierno nacional, mientras pasaba por alto los numerosos escándalos de corrupción, narcotráfico y clientelismo que han marcado su trayectoria y la de varios referentes de su agrupación. El relato oficialista: entre pan dulce y promesas vacías Denis destacó que "Formosa salió adelante" gracias a un "Estado presente" ya los recursos del Tesoro Provincial. Sin embargo, lo que omite mencionar es el uso discrecional de los fondos públicos, que en lugar de destinarse a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, financian la maquinaria política del oficialismo. La entrega de sidras y pan dulce, presentada como un gesto de "amor y solidaridad", no es más que una estrategia de perpetuación en el poder, diseñada para alimentar el culto a la figura de Insfrán y mantener la dependencia económica de las familias formoseñas. El trasfondo de los elogios: corrupción y escándalos impunes Las palabras de Denis contrastan con las numerosas acusaciones que pesan sobre ella, su esposo Edgar Pérez, y sus aliados políticos, como el concejal Marcelo Sosa. Las denuncias incluyen corrupción, desvío de fondos públicos, narcotráfico y abuso de poder. Desde el caso del comisionado Pedro Ramón Bareiro, detenido en 2016 transportando 51 kilos de cocaína en una camioneta del Ministerio de Economía, hasta el incidente de 2020 en el que una camioneta perteneciente a Denis y Pérezy conducida por sobrino de ambos, fue encontrada transportando cocaína y marihuana, la impunidad ha sido la norma. En 2023, el concejal Marcelo Sosa fue denunciado por su pareja, Cynthia Aguirre, por abuso sexual, golpizas y amenazas. Sin embargo, al igual que en otros casos de figuras políticas aliadas al oficialismo, la denuncia quedó en el olvido. Ni la justicia ni el Concejo Deliberante tomó medidas, y el partido justicialista, lejos de reprocharle, guardó un silencio cómplice. Este episodio no solo refleja el desamparo de las víctimas, sino también la connivencia de las instituciones con la violencia de género ejercida por quienes detentan. El verdadero costo del "Modelo Formoseño" Mientras Denis celebra la continuidad de las obras públicas y los "supuestos" incrementos salariales, la realidad es que estas medidas están lejos de resolver los problemas estructurales de la provincia. La pobreza, la falta de oportunidades laborales y el clientelismo perpetúan un círculo vicioso del que los formoseños no pueden escapar. La supuesta resistencia de Formosa al ajuste nacional no es más que una excusa para justificar un modelo político que prioriza los intereses de una élite. Conclusión Las declaraciones de Blanca Denis no son más que una extensión del relato oficialista que intenta maquillar la realidad con palabras vacías y gestos simbólicos. El caso de violencia de género protagonizado por Marcelo Sosa, la impunidad en los casos de narcotráfico y la corrupción que rodea a esta dirigencia son un espejo de un sistema político que ha perdido contacto con las necesidades reales del pueblo. Los formoseños merecen más que pan dulce y sidra; merecen justicia, igualdad y un gobierno que rinde cuentas. Es hora de exigir un cambio que rompa el ciclo de impunidad y corrupción que ha marcado las últimas décadas del Gobierno de Gildo Insfrán.
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