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  • Default en empresas de agroinsumos: un llamado de atención para el sector agropecuario

    » La Capital

    Fecha: 01/01/2025 10:29

    El sector de ventas de insumos para el agro no pasa por su mejor momento. La firma Surcos registró un default de u$s500 mil, mientras que Los Grobo Agropecuaria y Agrofina acumulan deudas impagas por u$s100.000 y $400 millones, respectivamente. La situación particular de algunas firmas de uno de los eslabones del mundo agropecuario puso en alerta a todo el sector productivo. “Esto es un llamado de atención a lo que está ocurriendo, el negocio agropecuario en general está pasando por dificultades y estamos hablando de uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina”, analizó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral. El especialista en mercados agropecuarios explicó que la situación “es algo complejo de los distribuidores de insumos y de la cadena de pagos en general, no es sólo Red Surco, Agrofina y Los Grobo”. Romano señaló: “ Es más generalizado, pero por ahí no todas las empresas emitieron pagares u obligaciones negociables, y por eso no todo tiene la misma trascendencia. La verdad que está bastante complicada la situación, sobre todo de las empresas que trabajan en la distribución”. Para entender la situación, Romano se remontó a octubre y noviembre de 2023. “Venimos con una cuestión de fondo que es que en octubre y noviembre del año pasado, inclusive antes era difícil dolarizarse y una forma de dolarizarse que había era anticiparse a la compra de insumos. Esto lo hacían productores que tenían que sembrar y también algunos distribuidores que después iban a vender más adelante, cuando aparecía la demanda de esos productos. El problema es que se hizo cuando los insumos estaban caros y después a nivel internacional se fueron abaratando y quedó una cuenta difícil de sacar”, describió. La compra de agroinsumos En ese esquema resultó clave cómo se financió la compra. Por un lado, estaban los insumos que se pagaron en pesos al tipo de cambio antes de la devaluación de diciembre de 2023 y ahora se vendieron, pero “es muy difícil saber si se terminó ganando o perdiendo dinero en el medio”. Para Romano “ese es un primer problema y hay que ver caso a caso, cómo se compró, cómo se financió, cuál fue el beneficio de esa operación financiera a tasa negativa versus a cuánto se pudo vender y recuperar la plata hoy”. Pero en la ecuación entró a jugar un segundo tema, algo imprevisto un año atrás. Apareció el problema de spiroplasma en el maíz que generó fuertes pérdidas de producción del centro al norte del país, principalmente, y “ahí hubo productores que compraron insumos para maíz y las empresas que vendieron insumos se encontraron con algunas dificultades para cobrar”. “Estas cuestiones muchas veces se hacen con créditos comerciales, el financiamiento se toma mucho con los propios laboratorios, proveedores, el crédito bancario tiene generalmente una participación menor. Lo que hace es que cuando hay un problema en la cadena siempre sea más sencillo negociar. El proveedor necesita que trabajes el año siguiente y te asiste, de alguna forma u otra terminas encontrándole la vuelta. Estos casos que están surgiendo son porque se usaron instrumentos bursátiles, pagares bursátiles y obligaciones negociables que tienen fecha de pago determinada. Lo que termina pasando es que cuando no llegas a cumplir con tiempo y forma con los compromisos a diferencia de un crédito comercial si para el día determinado no pudiste afrontar el pago no te queda otra más que informar a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que no podés hacer el pago. Ahí surgen los comunicados de Red Surcos en su momento y ahora Agrofina. Es mucho más difícil renegociar esa deuda”, explicó Romano. >> Leer más: Los activos y las tensiones que hereda la política económica de 2025 En rigor, señaló que “la situación puntual de estas empresas se venía viendo” ya que había dificultades del ciclo pasado, de los insumos de la campaña que se terminó ahora. “La expectativa era que como no falta tanto para la cosecha gruesa, más el flujo de lo que se cosechó de trigo, se pudiera salvar esta situación. Pero los números están cada vez más apretados para los productores, con los valores de soja a mayo y los costos de producción hoy para la soja te generaría un quebranto. La gente está renuente, la venta de insumos para esta campaña se enfrenta a un área de maíz que bajó casi 20%, es el producto que más facturación genera para estas empresas y faltó la venta. Además, el bajo volumen de venta generó competencia, en un contexto de precios de insumos en baja, todos querían vender para recuperar flujo financiero y se entró en una competencia que complica más la situación”, detalló Romano sobre la situación que atraviesan compañías medianas, locales, a las que hoy financiarse en el mercado de capitales a una tasa de interés en dólares al 7 u 8% no les es conveniente. La realidad de la empresa agropecuaria Para el analista fue determinante que la venta de agroquímicos está integrada por empresa de patrimonio chico, pero que manejan un volumen de facturación y créditos alto. “Es un sector particularmente riesgoso. No se puede extender lo que pasa con las empresas de insumos a otros eslabones de producción de granos, pero es una realidad que afecta a toda la cadena. Particularmente es el eslabón más débil porque tiene patrimonio más chico”, señaló. Sin embargo, el productor agropecuario enfrenta un escenario complejo. Es que esta campaña se expandió el área de soja en detrimento del maíz y con los precios actuales la rentabilidad es soja es negativa. “Si no hay una mejora puede terminar siendo un año con rentabilidad negativa para la empresa agropecuaria. Esto no significa que sea un vendaval de empresas que se van a presentar en concurso. Lo que tienen que recuperar las empresas es su capital variable. Hace dos años atrás se terminaron refinanciando alquileres, por ejemplo, que hizo que el sector evitara un quiebre. Hemos tenido otros años cuando la ecuación de la soja era deficitaria y es algo que pueda ocurrir y que el sistema está preparado. Si esto pasaba al año siguiente de una seca estaríamos en problemas pero salimos de una campaña que fue buena y agarra a los productores capitalizados. La rentabilidad puede ser muy chiquita pero el sector tiene espalda para pasarla, aunque va a ser un año duro”, detalló Romano. >> Leer más: Olivares: "A Santa Fe no le conviene el régimen de compensación de deudas" A la espera de una baja de las retenciones Es ante esta situación que cobra más fuerza la presión por el tema baja de las retenciones. “La verdad en este contexto debería acelerarse la reducción de las retenciones, para evitar un mal peor. Se generó mucha expectativa por las palabras del presidente en la exposición Rural. La cuestión es que si el productor agropecuario que en marzo y abril levanta la soja está enfrentando un quebranto, la demanda de que esta situación se sane va a ser muy grande. Con una rentabilidad positiva posiblemente estas empresas a las que los productores le compran insumos podrían haber tenido un mejor nivel de ventas y no llegar a esta circunstancia. Esto es un llamado de atención a lo que está ocurriendo, el negocio agropecuario en general está pasando por dificultades y estamos hablando de uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina”, resaltó el analista del mercados granarios.

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