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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/01/2025 08:49
El 1 de enero de 2025 se celebrará el 30 aniversario de la creación de la OMC, que marcó la incorporación parcial de la agricultura al sistema multilateral de comercio.¿Cuáles son los desafíos pendientes? El análisis de la Fundación INAI (REUTERS/Denis Balibouse) El 1 de enero de 2025 se celebrará el 30 aniversario de la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), un hito que marcó la incorporación parcial de la agricultura al sistema multilateral de comercio. “Si bien los avances alcanzados desde la firma de los Acuerdos sobre la Agricultura (AsA) y el acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (AMSF) en 1995 son innegables, la liberalización del comercio agrícola sigue siendo una tarea pendiente y enfrenta numerosos desafíos, especialmente en un contexto internacional cada vez más complejo y volátil”, asegura un informe elaborado por la Fundación Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI). Progresos y desafíos de la Ronda Uruguay Durante la Ronda Uruguay de negociaciones del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) en 1995, se lograron avances significativos en la liberalización y transparencia del comercio agrícola, indica el informe. Agrega que, en ese momento, los países miembros de la OMC asumieron compromisos en tres áreas clave: ayuda interna, acceso a mercados y competencia en las exportaciones. Gracias al Acuerdo sobre la Agricultura (AsA), se establecieron límites a los subsidios distorsivos, se redujeron los aranceles máximos y se habilitaron contingentes arancelarios preferenciales para garantizar un acceso mínimo al mercado global. El AMSF, por su parte, permitió que los países adoptaran medidas sanitarias y fitosanitarias para proteger la salud de las personas, animales y vegetales, siempre que estas no fueran discriminatorias o injustificadas. Sin embargo, el artículo 20 del AsA -puntualiza el análisis de la Fundación INAI- establece que este acuerdo debía ser solo un primer paso hacia la liberalización del comercio agrícola, algo que, tres décadas después, sigue siendo una tarea pendiente. En particular, los subsidios a la producción han crecido considerablemente. Hoy en día, los países de la OMC otorgan un total de 610.000 millones de dólares anuales en subsidios, cifra que continúa en aumento debido a la falta de restricciones eficaces sobre algunas ayudas, como los programas de “Caja Verde”. A pesar de los esfuerzos por reducir estas distorsiones, muchos países no están utilizando su capacidad máxima de subsidios, lo que muestra la ineficiencia de las actuales regulaciones. A 30 años de la creación de la OMC, para la Fundación INAI, "persisten grandes disparidades en los aranceles aplicados a productos agrícolas y no agrícolas" (REUTERS/Agustin Marcarian) En cuanto al acceso a mercados, desde la Fundación INAI consideran que persisten grandes disparidades en los aranceles aplicados a productos agrícolas y no agrícolas. El arancel promedio aplicado a productos agrícolas es del 14,8%, mientras que para los productos no agrícolas es del 8%. En términos de aranceles máximos, los productos agrícolas enfrentan tarifas de hasta el 54%, frente al 27% para los bienes no agrícolas. Estas diferencias son particularmente problemáticas, dado que muchos productos agrícolas enfrentan barreras arancelarias prohibitivas. Estancamiento y retrocesos en las negociaciones La Ronda de Doha, que “comenzó en 2001 con la promesa de avanzar hacia una reforma significativa en el comercio agrícola, se estancó progresivamente. Si bien hubo avances en los primeros años, el proceso fue perdiendo impulso. El único progreso notable desde la creación de la OMC ha sido la adopción de la Declaración Ministerial de Nairobi en 2015, que prohibió el uso de subsidios a la exportación, una medida positiva en cuanto a la competencia en el comercio agrícola internacional”, afirma el análisis de la Fundación Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales. Sin embargo, en la Conferencia Ministerial de Bali de 2013, la OMC adoptó la Decisión sobre Constitución de existencias públicas con fines de seguridad alimentaria, que permitió a los países mantener existencias sin cuestionamientos legales. Esta “cláusula de paz”, lejos de ser una medida progresiva, ha sido vista como un retroceso, ya que otorga cobertura legal a políticas que distorsionan el comercio y contravienen las reglas originales de la OMC. Escenario actual: fragmentación y seguridad nacional Para la Fundación INAI, el panorama del comercio agrícola multilateral "es incierto", por la fragmentación económica y la reconfiguración geopolítica global, impulsada por la pandemia de COVID-19 y la Guerra en Ucrania (ASCIRES SISTEMAS GENÓMICOS) En cuanto al escenario actual, el análisis de la Fundación INAI señala que, en 2024, el panorama del comercio agrícola multilateral es incierto y cada vez más complejo, dado que la creciente fragmentación económica y la reconfiguración geopolítica global, impulsada por la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania, han puesto en evidencia la vulnerabilidad de las cadenas de suministro globales. Esta situación ha llevado a algunos países a cuestionar los beneficios de un comercio agrícola libre y abierto, y a priorizar la “autonomía estratégica” en lugar de la eficiencia económica. En ese contexto, el concepto de seguridad alimentaria ha adquirido un nuevo enfoque -aseguran- con algunos países implementando políticas unilaterales de autoabastecimiento y subsidios a la producción agrícola, lo que complica aún más las negociaciones. Además, la tendencia a promover cadenas de suministro más resilientes y diversificadas está llevando a algunos países a priorizar el comercio con aquellos que comparten afinidades políticas o geográficas. Retos en el futuro del comercio agrícola A pesar de estos desafíos, el Grupo Cairns, que agrupa a Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Indonesia, Malasia, Nueva Zelanda, Pakistán, Paraguay, Perú, Filipinas, Sudáfrica, Tailandia, Ucrania, Uruguay y Vietnam, sigue abogando por una mayor liberalización en el comercio agrícola. La negociación multilateral sigue siendo fundamental para países como Argentina, que dependen en gran medida de un sistema global de comercio libre de distorsiones. Sin embargo, el estancamiento de la negociación agrícola en la OMC y la falta de un “paquete negociador” claro complica la búsqueda de acuerdos sustantivos. El Grupo Cairns, del que forma parte la Argentina, sigue abogando por una mayor liberalización en el comercio agrícola (The Cairns Group) Una de las mayores dificultades -señalan en el informe- radica en la falta de consenso sobre el camino a seguir. Mientras que algunos países insisten en avanzar hacia un sistema de comercio agrícola más transparente y libre de distorsiones, otros buscan ganar más espacio para adoptar medidas distorsivas en aras de su seguridad alimentaria. Esta división ha generado bloqueos y desacuerdos que dificultan el avance de las negociaciones. A nivel de la OMC, en tanto, han surgido nuevas propuestas para mejorar el proceso negociador, como el cambio en el enfoque de las negociaciones, la inclusión de la sostenibilidad como eje central y el uso de un formato de trabajo más reducido y enfocado en la búsqueda de consensos. Sin embargo, el camino hacia una reforma significativa parece más largo que nunca. Multilateralismo: la clave en el comercio agrícola global A pesar de los desafíos, el multilateralismo sigue siendo crucial para abordar cuestiones clave del comercio agrícola global, como la reducción de subsidios distorsivos, asegura el análisis de la Fundación INAI, y ejemplifica que, a nivel bilateral y regional, el avance en acuerdos como el de la Unión Europea con Mercosur es una señal positiva, pero aún hay mucho por resolver. En este contexto, advierten que la Argentina y otros miembros del Grupo Cairns “deben consolidar alianzas con organismos internacionales, fortalecer su liderazgo en la OMC y seguir promoviendo una mayor liberalización del comercio agrícola”.
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