03/01/2025 22:42
03/01/2025 22:41
03/01/2025 22:40
03/01/2025 22:38
03/01/2025 22:37
03/01/2025 22:36
03/01/2025 22:36
03/01/2025 22:36
03/01/2025 22:35
03/01/2025 22:35
Chajari » Chajari al dia
Fecha: 01/01/2025 01:56
Termina un año y comienza uno nuevo. Es la vida, en realidad, con esa costumbre que el hombre tiene de medir el tiempo dentro de la vida que le toca. Se cambia el viejo almanaque por uno flamante y, tal vez, con una imagen más atractiva. Pero aunque parezca irracional, aunque ya lo viviera muchísimas veces, no es poca la gente que renueva esperanzas. Tal vez haga un balance de su vida o de lo vivido en el último año, pero además renueva esperanzas. Es posible que sepa a ciencia cierta que todo será igual si no hace cosas distintas, pero finalmente renueva esperanzas. Puede incluso considerar que el año vivido, a pesar de los momentos duros que siempre hay, no fue tan malo. Y sigue renovando esperanzas. ¿Tiene el 31 de diciembre algo especial?. Para muchos lo tiene, pero no siempre fue así la historia. En 1582 se cambió al calendario gregoriano, fue entonces que el 31 de diciembre comenzó a celebrarse el fin de año. También hay diferencias enormes con el Año Nuevo Judío (Rosh Hashaná), o el Año Nuevo Musulmán que es en el primer día del Muharram (primer mes del calendario islámico). En árabe, el Año Nuevo es llamado “R’as as-Sana”. Pero sin embargo, a pesar que todo esto se sabe, llega el 31 de diciembre y se producen ciertas cosas que, como apuntábamos, podrían suceder en otro momento, pero se concretan en esta fecha. Una de ellas es renovar las esperanzas. ¿Está mal esto?… No, en absoluto. Hasta podemos decir que es importante que así suceda. En horas comenzaremos a vivir el año 2025. Así lo indica el calendario, más allá que para algunas personas será un día como cualquier otro porque no pretenden hacer ningún tipo de cambio en su vida cotidiana, no iniciarán el nuevo año prometiendo cambiar, o imaginando mejores propósitos para con su vida, tal vez sea así porque se sienten satisfechos con la vida que llevan, o tal vez no estén satisfechos pero no están dispuestos a hacer ningún cambio para mejorar su situación. Sin embargo, la inmensa mayoría tiene en esta fecha una mentalidad positiva, se llena de entusiasmo y de esperanza y no escatima los buenos deseos hacia los demás. Claro está que, comenzado el año, debemos observar la realidad y en ella las áreas de nuestra vida en las que debemos trabajar para poder ser mejor persona, mejor ser humano. Cada uno conoce sus debilidades y fortalezas. Sin duda, en las áreas en las que se es más débil será donde se deberá buscar la manera de fortalecerse y no solo por uno mismo, sino por las personas que nos demuestran su cariño, su afecto y que tenemos alrededor y con las que se convive. Es bueno sentirte en paz con uno mismo, porque al sentirte así, se estará en paz con quienes se convive. La vida no se vive solamente por vivirla; es necesario aprender que cada minuto, cada segundo que transcurre, debe tener un propósito positivo. Cada minuto, cada segundo, es irrepetible y único. No lo podemos repetir ni recuperar. Pero no solamente porque inicia un año nuevo hay que tener buenos propósitos, porque los mismos deben existir a diario, comenzando con los miembros de la familia, ayudando en lo que se pueda a cada uno, incluso dar una mano a muchos que no se conoce pero necesitan esa ayuda que uno puede dar. Pasa lo mismo en el trabajo. ¿Por qué no ayudar a quien tiene un problema? No se debería esperar una fecha específica para iniciar con los buenos propósitos. Cada día hay que hacerlo, cada día es propicio. La ida sería diferente de esta manera. Sería mejor. Si se pretende una vida superadora, no alcanzará con un brindis cada 31 de diciembre. Si se pretende lograr cambios para mejor en la vida hay que empezar ya, poco a poco, y no solo con promesas que en un día se olvidan. No perder la fe, la esperanza, las ganas de hacer, la decisión para lograr ciertas cosas, la importancia de compartir lo que se tiene. Pero además es fundamental aprender que nadie es dueño de la verdad, que es necesario unirse a dialogar para hallar soluciones para todos, no olvidar que estamos hartos de peleas inútiles que no llevan a nada positivo, que necesitamos dirigentes con mayor humildad y por lo tanto cada uno de nosotros debemos ser más humildes ya que los dirigentes no llegan de Venus. Hay tantas cosas importantes que se pueden hacer pero no se hacen. Otra de gran importancia es aprender a valorar lo que la vida pone a nuestro alcance a cada momento. Tal vez por eso llega el 31 de diciembre y renacen los buenos deseos, la fe y la esperanza, pero es sólo el principio. Los cambios no vendrán solamente con buenos deseos. El último día del año creemos que es posible cambiar, pero después lo olvidamos o no estamos dispuestos a dar, ceder, esforzarnos, aceptar las ideas de los demás, trabajar para que esos cambios que se desean con la mejor intención se concreten. Felicidades, fe, esperanza y voluntad para, entre todos, hacer que el año venidero sea mejor. Es de esperar que lo logremos.
Ver noticia original