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  • “Para que la fulería gane la partida basta con que los honestos callen y se queden quietos”

    Chajari » Chajari al dia

    Fecha: 01/01/2025 01:34

    Por El Loco del Tablón “La televisión y las fotografías deschavan a los árbitros y a los jugadores. Como se dice en la tribuna, los manda en cana. En nuestro país, la TV se arrimó al fútbol en 1951. En ese entonces solamente existía Canal 7. El 18 de noviembre de ese año, en blanco y negro por supuesto, televisaba un San Lorenzo-River en el Gasómetro de avenida La Plata. En la década del 60 televisaba un partido por semana, los viernes. Con el tiempo llegó el negocio y la televisión comenzó a incidir primero, y decidir después, muchas cosas del fútbol que dejó de ser un deporte para ser un negocio”, dijo el Abuelo. “Pero comenzaron a observarse cosas que estaban mal, aunque igualmente eran aplaudidas por la hinchada. Tal vez lo más famoso fue el gol que Maradona, con la mano, marcara a los ingleses en el Mundial de México en el año 1986. ‘La mano de Dios‘, le dicen aún y lo irracional es que todo el mundo sabe que el gol fue ilegítimo, pero se lo aplaude igual. No importa la legitimidad; lo que importa es la supuesta ‘avivada‘ del 10. Y se lo aplaude. Se lo aplaude. Claro que la TV y las fotografías pusieron en evidencia que fue con la mano, pero igualmente todos aplauden… No se puede creer”, indicó el veterano. El arquero fue superado y el jugador paró la pelota con la mano. Nimo, el árbitro, no lo vio. Le costó el campeonato a River, pero se aplaudía y aún se aplaude. “Y hubo muchos otros casos. Por ejemplo, el penal que Roma le atajó a Delem en 1962. Roma se adelantó de manera escandalosa, pero el árbitro no se animó a anular y hacer tirar de nuevo. River podría haber sido campeón, pero el árbitro no quiso. El Millonario esperó 18 años para ser campeón. Claro que, una vez más, la TV y las fotografías dejaron en evidencia la adelantada de Roma, pero todos aplaudieron igual aunque la atajada fuera ilegal. Los únicos que no aplaudieron fueron los de River, por supuesto. Cosa rara el fútbol entendido de esta manera, pero claro está que demuestra la manera de ser argentina. Es el resultado de la viveza criolla”, apuntó. “Otro caso escandaloso fue el de Nimo cuando era árbitro; antes de disfrazarse con bigotes tipo Dalí y larga boquilla para aparecer en la tele y terminar diciendo ´por lo menos así lo veo yo´. Lo que no vio, o al menos dijo que no vio, fue el gol de River en Liniers en el año 1969”, apuntó el Abuelo. “Nimo, para mi, vendió un personaje. De joven quiso ser arquero. Llegó a jugar en la reserva de Huracán, pero de allí no pasó y lo largaron. Pero no se amilanó y siguió intentando estar cerca del fútbol. ¡Qué mejor que ser árbitro, entonces!. En la cancha pitaba más de la cuenta y sus gestos ampulosos daban gracia. Durante cuatro años fue árbitro. Debutó en 1965 e hizo más de 130 partidos en primera. Muchas veces fue criticado, pero aquella jornada de 1968 en la que River y Vélez disputaban el campeonato lo marcó para siempre. Nimo dijo que no vio lo que sucedió, aunque estaba a metros del hecho. La televisión y las fotografías lo dejaron en evidencia. La pelota entraba al arco velezano pero Luis Gallo la sacó con la mano. Gallo no era arquero; era defensor. Nimo le aplicó el clásico ´siga… siga´ y River perdió el campeonato. Si los Millonarios ganaban, eran campeones. Finalmente, se consagró Vélez. Al año siguiente Nimo dejó de estar en los registros de la AFA… Pero no pasó nada, porque la gente de Vélez festejó a pesar del gol anulado de manera insólita. Otra muestra del argentinismo que cuesta entender”, apuntó. Prendió otro cigarrillo y con tristeza dijo: “La TV y las fotos muestran en muchos casos lo que tendría que ser vergüenza nacional… Hay muchos otros casos para recordar; muchos… Pero las cosas no cambian. Como dijo Grondona, ‘todo pasa‘, y él de eso sabía un toco… Muchas veces el fútbol es el reflejo de la vida. Los argentinos somos de una manera que cuesta entender, y por eso está bien que se siga aplaudiendo ‘la mano de Dios`, la atajada de Roma o el penal que no vio Nimo. Eso lo demostramos en el día a día… No cambiamos para mejor. Y creo que en esto todos tenemos algo de culpa, porque para que la fulería gane la partida basta con que los honestos callen y se queden quietos. Aquí, además, se la aplaude”, dijo y agregó: “Llega un nuevo año… Es de esperar que las cosas cambien para mejor”.

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