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  • Avanza la IA incorporada o “encarnada”: ¿qué podemos esperar de esta tecnología?

    » Diario Cordoba

    Fecha: 01/01/2025 00:53

    La IA incorporada o “encarnada” permite a los robots y drones autónomos interactuar con el mundo real: utiliza un modelo similar a nuestra comprensión del entorno para aprender de sus experiencias en el mundo físico, al igual que los humanos reaccionan a lo que ven y oyen. También hace posible integrar piezas robóticas gestionadas por IA y hacerlas trabajar en conjunto en forma de “enjambres”, para obtener objetivos específicos. Mediante la combinación de sensores con aprendizaje automático preparados para responder a datos del mundo real, la Inteligencia Artificial (IA) incorporada e encarnada facilita aplicaciones para drones autónomos, vehículos autónomos, automatización de fábricas y distintos artefactos. Las aspiradoras robóticas, por ejemplo, emplean una forma simplificada de IA incorporada. Según un artículo publicado en Live Science, esta variedad de IA aprovecha sistemas autónomos que pueden aprender a navegar obstáculos en el mundo físico, tomando los datos que brinda el entorno. La IA “encarnada” emplea un mapa codificado algorítmicamente que es similar al “mapa mental” que puede haber creado en su cerebro un taxista que debe ubicarse rápidamente en una enorme ciudad. Inteligencia grupal Al mismo tiempo, estos sistemas pueden sumar un tipo de inteligencia grupal incorporada que es semejante a la que puede observarse en los enjambres de insectos, bandadas de aves o rebaños de animales. Gracias a la integración de dispositivos robóticos gestionados con esta modalidad de IA, es posible desarrollar una red de drones o vehículos que actúan en conjunto para lograr un objetivo concreto que no podrían conseguir de manera individual. Un estudio presentado en la Conferencia CHI sobre Factores Humanos en Sistemas Informáticos, realizada en Honolulu, Hawái (Estados Unidos), en mayo de 2024, indica que la plasticidad del cerebro humano permite la integración de partes artificiales en la estructura física natural, como por ejemplo en el caso de prótesis. Aprovechando este esquema, los sistemas robóticos gestionados con IA incorporada o encarnada pueden realizar interacciones intuitivas con el entorno. La investigación presenta robots de enjambre “encarnados”: estos dispositivos constituyen un colectivo de robots que trabajan en armonía para lograr un objetivo común, manejados por los conocimientos de la IA incorporada que, en vez de aprender mediante modelos de lenguaje amplio como la IA tradicional, avanza a partir de los datos que adquiere del entorno. Aplicaciones infinitas El desarrollo de la IA incorporada o encarnada comenzó en la década de 1950, a partir de una “tortuga cibernética” creada por William Grey Walter en el Burden Neurological Institute del Reino Unido. Sin embargo, recién en las últimas décadas se ha vuelto a poner el foco en estos sistemas, pensando en un complemento para la IA cognitiva o textual. Se cree que el progreso de la IA generativa, que marca un adelanto con respecto a las potencialidades de la IA actual, podrá agilizar en los próximos años el desarrollo de los sistemas incorporados. En realidad, la IA “encarnada” no tiene límites: además de la integración de robots, vehículos y otros dispositivos con fines industriales, de seguridad o ambientales, también posee un amplio campo de desarrollo en el área de la salud, propiciando “ejércitos” de robots microscópicos que puedan “reparar” nuestros cuerpos o hasta integrarse en prótesis más inteligentes e intuitivas.

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